Hay que tener un corazón de piedra para no dejarse conmover por las callejuelas de París , los palacios de Viena o los sinuosos canales de Venecia. Después de todo, hay una razón por la que estas ciudades icónicas son tan atemporales y populares. Pero Europa es más que estos destinos conocidos. De hecho, algunas de las ciudades más bellas y apasionantes del continente suelen ser también algunas de las más pequeñas o sencillas, e incluso las que pasan desapercibidas, al margen de tópicos.
«Europa es un gran lugar para visitar y disfrutar de las diferentes culturas, comida e historia», nos dice Sofía Markovich, asesora de viajes de primer nivel de Travel + Leisure, especializada en destinos europeos. «Es fácil moverse por Europa, pero la clave para aprovechar la diversidad es elegir una región y viajar por esa zona». Como sugiere Markovich, es una buena idea planificar la estadía por región: Europa occidental, oriental o meridional. Markovich dice que esto «permitirá al viajero la oportunidad de visitar varios países en un solo viaje» o, al menos, experimentar algunas de las mejores ciudades del continente de una sola vez.
Para maximizar el potencial de viaje de un día de tus próximas vacaciones en Europa, Markovich también sugiere limitar su base de operaciones a una ciudad importante donde el transporte público sea un pilar. «Elegir ciudades más grandes como centro proporciona la mayor flexibilidad y fácil acceso a las áreas circundantes», afirma. «Por ejemplo, Múnich es un excelente lugar para hospedarse para tener fácil acceso a Austria, además de muchas áreas de visita obligada de Baviera. Alojarse en un centro grande abre la oportunidad de realizar muchos recorridos fuera de la ciudad y opciones de transporte fáciles. sin tener que pasar innumerables horas viajando de un lado a otro.»
De hecho, es increíblemente fácil moverse por Europa gracias a sus diversos modos de transporte, desde autobús hasta ferry y, por supuesto, subiendo a bordo de sus famosos trenes, que lo llevan de una ciudad glamorosa a otra en apenas unas horas.
Por ejemplo, mientras visitas Londres, puedes llegar a la ciudad medieval de Brujas en un viaje de tres horas en Eurostar. De manera similar, Szczecin en Polonia es una querida ciudad costera que se encuentra a solo dos horas de viaje en tren desde Berlín. Bratislava, la encantadora capital de Eslovaquia, no es un destino tan popular como Viena, pero es una fácil excursión de un día desde la capital austriaca (a sólo una hora en tren) y es una base perfecta para expediciones de cata de vinos en el entorno rural.
Todos los desvíos europeos enumerados aquí son viajes fáciles y convenientes, sin necesidad de conductores privados ni de alquiler de automóviles. Pero, quizás lo más importante, todas las ciudades incluidas (pocas de las cuales reciben la atención que merecen) ofrecen a los viajeros intrépidos la oportunidad de vivir una experiencia europea única.
De Múnich a Salzburgo (Austria)
Quizás más famosa por ser el lugar de nacimiento de Mozart (así como el escenario de ‘Sonrisas y lágrimas’), Salzburgo se encuentra justo en la frontera con Alemania. Una encarnación totalmente conservada de la arquitectura barroca, a pocos edificios modernos se les ha permitido un lugar en el centro de la ciudad, lo que significa que hoy parece casi idéntico a como era hace 400 años.
De Berlín a Szczecin (Polonia)
Como séptima ciudad más grande del país, Szczecin, aparte de ser probablemente la ciudad con el nombre más impronunciable, a menudo se encuentra a la sombra de algunos de los destinos más populares de Polonia, como Varsovia o Cracovia. Sin embargo, esta ciudad portuaria (ubicada justo en la frontera entre Polonia y Alemania) es tan querida por los turistas alemanes como por los lugareños, principalmente por su hermosa ribera y su cerveza y vodka de elaboración local.
De París a la ciudad de Luxemburgo
Una de las capitales más pequeñas de Europa (en uno de los países más pequeños de Europa), la ciudad de Luxemburgo es conocida como el «Gibraltar del Norte» por su amplia serie de fortificaciones medievales.
De Venecia a Pula (Croacia)
Pula, una antigua ciudad llena de ruinas romanas, sigue floreciendo gracias a las mismas industrias que la pusieron en el mapa hace más de 2.000 años: vinificación, pesca y ocio.
De Londres a Brujas (Bélgica)
Brujas es una ciudad medieval clásica, llena de sinuosas calles adoquinadas, atravesada por canales y dominada por su icónico campanario. Uno de los secretos más bonitos de Europa, la ciudad es la escapada corta perfecta del ajetreo y el bullicio de Londres.
De Zúrich a Vaduz (Liechtenstein)
Liechtenstein, con su extraña historia, su poderosa monarquía y su pequeña población, podría ser uno de los países más intrigantes de Europa, y su capital liliputiense (población: 5.700 habitantes) es una joya subestimada para los viajeros alpinos.
De Berna a Lausana (sin salir de Suiza)
Situada a orillas del lago Lemán, Lausana es una de las ciudades más pintorescas de Suiza. La región circundante de Vaud es famosa por sus vinos, su cocina y su impresionante belleza natural y, como la región francófona más grande de Suiza, ofrece una experiencia cultural franco-suiza que complementa muy bien una visita a la ciudad de Berna, de tendencia más germánica.
De Viena a Bratislava (Eslovaquia)
Lo maravilloso de Viena es lo cerca que está de muchas de las mejores ciudades de Europa (Praga, Budapest y Múnich son sólo algunas de ellas), pero Bratislava bien podría ser la vecina más interesante. La capital de Eslovaquia, es el corazón cultural de uno de los países que menos figuran en las rutas turísticas, aunque tiene mil encantos.
De Bilbao a Biarritz (Francia)
No dejes que los Pirineos se interpongan en tu camino. Los viajeros que se alojen cerca de la frontera hispano-francesa deberían aprovechar la oportunidad de saltar al país vecino. Biarritz, en el Golfo de Vizcaya, es una ciudad francesa que, además ser un destino de surf, está marcada por una próspera vida nocturna y el tipo de ostentación y glamour que normalmente sería difícil encontrar fuera de la Riviera francesa.
De Ámsterdam a Gante (Bélgica)
Gante es lo suficientemente tranquilo como para disfrutar de un ambiente relajado, pero también lo suficientemente entretenido, gracias en gran parte a su universidad y su próspero ambiente estudiantil.
De Helsinki a Tallin (Estonia)
Tallin, la capital de Estonia, se encuentra en la costa sur del Golfo de Finlandia. Aunque menos conocida que sus homólogas del norte, a menudo se considera una de las ciudades más cultas, desarrolladas y tecnológicamente avanzadas de Europa. Quizás no sea el mejor destino si intentas alejarte del frío cortante de Finlandia, pero Tallin es sin duda una visita obligada para los amantes del extremo norte del continente.
De Tánger a Tarifa (España)
Bien, Tánger no es del todo Europa, pero está bastante cerca, y ¿con qué frecuencia puedes hacer una excursión rápida al continente de al lado? Tarifa, en la provincia de Cádiz, presume de tener algunas de las playas más bonitas de España y es uno de los mejores lugares para practicar kite surf del país.
Artículo original: 13 Super Charming European Cities Well Worth a Day Trip
