
Cuenta la historia que, cuando los aztecas se encontraron con esta vasta ciudad en la cuenca de México, quedaron atónitos. Impresionados por su majestuosidad, la bautizaron como Tollan-Teotihuacán, donde la leyenda se fusiona con la historia y los hombres se convierten en dioses. Para ellos, este lugar fue erigido por gigantes, una creación divina que sostuvo el mundo. Hoy, como vestigio de aquellas creencias ancestrales permanecen majestuosas sus pirámides.
Y así, desde entonces, Teotihuacán cautivó a viajeros y exploradores, incluso a Hernán Cortés, quien pasó entre sus ruinas durante la conquista de México en 1520. Esta joya arqueológica fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad en 1987, y se encuentra a poco más de 50 km al norte de la bulliciosa Ciudad de México. En la actualidad, es posible además verla desde las alturas a bordo de un globo aerostático.

Explorando Teotihuacán, la Ciudad Sagrada
Con una historia que se remonta a siglos antes de nuestra era, Teotihuacán sigue siendo un enigma fascinante para los investigadores. Se cree que la ciudad surgió alrededor del 200 a.C., inicialmente como un centro de comercio de obsidiana, una roca volcánica preciosa. Su ubicación estratégica cerca de minas de obsidiana, manantiales y rutas comerciales la convirtieron en un punto crucial en el paisaje del antiguo México.
La grandeza de Teotihuacán se refleja en sus monumentos imponentes y enigmáticos. Con sus más de 20 km² de extensión, fue un importante centro religioso y de peregrinación. La metrópoli contaba con magníficos templos y palacios, como la Pirámide del Sol y la Pirámide de la Luna, así como con la famosa Calzada de los Muertos, que servía como eje central de la ciudad.
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Por un lado la majestuosa Pirámide del Sol, con sus 63 metros de altura y su base cuadrada de 225 metros, es la estructura más grande y antigua de la ciudad. Construida alrededor del 200 a.C., fue un enigma para arqueólogos y visitantes durante siglos. Por otro lado, la Pirámide de la Luna, con sus 42 metros de altura, guarda secretos igualmente fascinantes. En el extremo norte de la Calzada de los Muertos, esta pirámide ofrece una vista impresionante de la ciudad desde su cima.
Pero cabe remarcar que más allá de estas pirámides icónicas, Teotihuacán está salpicada de otros tesoros arquitectónicos, como el Templo de Quetzalcóatl y los palacios de los nobles.
Ver pirámides desde un globo aerostático, una experiencia única

Más allá de la arquitectura antigua, Teotihuacán ofrece experiencias modernas que deleitan a los visitantes. Desde explorar los misterios de la ciudad en un recorrido guiado hasta disfrutar de la cocina tradicional mexicana en restaurantes cercanos.
Pero una de las experiencias más emocionantes que ofrece Teotihuacán es la oportunidad de volar en globo aerostático sobre el valle que rodea las pirámides. Desde las alturas, los viajeros pueden contemplar la grandeza de la ciudad y el paisaje impresionante que la rodea. Con diversas empresas que ofrecen vuelos compartidos y privados, así como experiencias especiales como el Vuelo Celebración, donde se pueden desplegar mensajes personalizados, la aventura en globo aerostático añade un toque de magia a la visita a Teotihuacán.
Antes de embarcarse en un vuelo en globo aerostático, es importante tener en cuenta algunas consideraciones de seguridad. En ese sentido, se recomienda verificar que la empresa tenga pilotos certificados y equipos seguros. Además, tenga en cuenta las condiciones climáticas antes de programar su vuelo, ya que los globos suelen volar temprano en la mañana, cuando los vientos son más calmados.
Cómo llegar a Teotihuacán desde CDMX
Para llegar a Teotihuacán desde CDMX en coche sólo tienes que tomar la autopista con dirección a Pachuca y desde ahí tomar la desviación a Teotihuacán y llegarás directo a la entrada de la zona arqueológica.