Murales de Oakland: recorre las calles en busca de sus elocuentes obras de arte

Las calles de Oakland funcionan como una galería a cielo abierto. Estoy recorriendo el Uptown, el vecindario más popular de la ciudad, con casi 125 locales comerciales, entre bares, restaurante y boutiques, abiertos en la última década. Camino por aquí en busca de las mejores muestras de arte callejero y el efecto que genera hacerlo sin rumbo claro por la calle Broadway funciona como un juego. De hecho, un poco lo es. La ciudad tiene un post dentro de su blog oficial que indica dónde encontrar los mejores murales de Oakland. Voy mirando expectante las paredes del barrio, en cuyos edificios aún se percibe una fuerte impronta de su pasado automotriz, y que lleva la multiculturalidad tatuada en su piel.

La de Oakland es una sociedad diversa, con un un gran sentido de comunidad y una historia entrelazada y comprometida con los movimientos político-sociales. El Black Panthers Party (BPP), una organización revolucionaria con una ideología de nacionalismo negro, socialismo y autodefensa armada, fue fundado aquí en octubre de 1966, por Huey P. Newton y Bobby Seale. Aquí también vive Alicia Garza, activista de derechos civiles y escritora estadounidense, quien en 2013 puso nombre al movimiento Black Lives Matter, en una una carta a la comunidad negra después de la absolución del asesino de Trayvon Martin. Esta reivindicación creció rápidamente, convirtiéndose en una organización activa en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, que lucha contra el racismo sistémico y la brutalidad policial. En los espacios públicos convergen mensajes de esta campaña junto con el más reciente «Free Gaza», en apoyo a Palestina.

Cruzo a la vereda de enfrente para captar, con poco disimulo, un mural completo mientras un joven negro pasa frente a él. Sonríe, se me acerca, me pregunta si hago fotografía callejera. Me cuenta que él está comenzando a tomar fotos también. Me pide mis redes sociales, me agrega y se despide con un «Keep safe», una advertencia amable. Entro a su cuenta, y veo que, como aficionado, retrata a distintos personajes de esta comunidad.

Oakland está ubicada a tan solo 24 kilómetros de San Francisco y a una hora de viaje de las regiones vitivinícolas de Napa y Sonoma. Es la puerta de entrada al resto del norte de California, pero vale la pena quedarse un tiempo aquí, en esta ciudad que se mantiene tan despierta como siempre pero más creativa que nunca.