
En las faldas de los pintorescos Pirineos catalanes, se esconde Montclar, un minúsculo pueblo cerca de Barcelona que parece congelado en el tiempo. Con sus calles de antaño, casas de piedra del siglo XVII y una iglesia románica del siglo XII, este encantador rincón del Berguedà es una demostración de la esencia rural de Cataluña medieval.
Montclar se encuentra situado en la montaña media, a una altitud de 728 metros sobre el nivel del mar. El municipio está formado por tres núcleos de población: Montclar, el Casó y Torregassa. La población total de Montclar era, en 2018 de solo 129 habitantes, lo que lo convierte en uno de los municipios menos poblados de Cataluña.
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Montclar, el pueblo cerca de Barcelona con orígenes romanos y revivido por excursionistas

Montclar tiene una larga historia que se remonta a la época romana. El pueblo fue mencionado por primera vez en un documento del año 988. En la Edad Media, Montclar formó parte del vizcondado de Berguedà. En tanto, el pueblo fue abandonado en la década de 1940, pero fue repoblado en la década de 1960 por un grupo de excursionistas.
A pesar de su tamaño diminuto, Montclar atesora piezas arquitectónicas que merecen una visita detenida. La Iglesia de Sant Martí, de estilo románico y construida en el siglo XII, alberga dos retablos barrocos y otro neoclásico de gran belleza. Otra joya es La Rectoría, una masía del siglo XVIII con un gran balcón de madera que cautiva a los visitantes. Estos son otros lugares que no pueden faltar en una visita a Montclar.
- La Bassa: una superficie circular cerrada por un muro de unos dos metros de altura, excepto la apertura de las escaleras de acceso que da a la plaza del pueblo.
- La Font: situada en un extremo de la plaza, consta de un grifo y un abrevadero de piedra adosado al depósito de agua.
- El Castillo: son vestigios de la antigua casa señorial que flanqueaba la entrada al pueblo, con elementos subterráneos de un castillo de reconquista del siglo XVI.
- El Portalet y el Camino Real: la antigua confluencia de los caminos reales que atravesaban Montclar, con un portal de arcos de medio punto de los años 60.
- Museu d’Art del Bolet de Montmajor: el primer museo de arte censurado. Sumérgete en una colección de obras agredidas, denunciadas o retiradas de circulación.
Pero el encanto de este pueblo cerca de Barcelona no se limita a sus edificios históricos. Sus tradiciones y fiestas populares son igual de llamativas. Desde 1854, se celebra la Feria de San Sebastián en honor al patrón del municipio, una oportunidad para disfrutar de la cultura local y los productos gastronómicos de la región.
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Una escapada al aire libre en Montclar

Además de su rico patrimonio cultural, Montclar es el punto de partida perfecto para explorar la naturaleza de los Pirineos catalanes. Uno de los mejores planes es recorrer en bicicleta la ruta que conecta el pueblo con las iglesias de Sant Quintí y Santa Creu, esta última una propiedad del monasterio benedictino de Sant Llorenç del siglo IX.
Uno no puede abandonar Montclar sin probar los guisantes negros, típicos del Berguedà, o las patatas enmascaradas, un plato de invierno a base de patatas chafadas y fritas con col y butifarra negra. También puedes aprovechar la visita a este pueblo cerca de Barcelona para ir a coger setas en los bosques de los alrededores.
Cómo llegar a Montclar desde Barcelona
Poco más de una hora de viaje en auto es lo que separa a la cosmopolita Barcelona de la tranquilidad medieval de Montclar.