Ventanas del vino: un vistazo al pasado renacentista de Florencia
Dominio Público

Si paseas por las calles empedradas  del centro histórico de Florencia y prestas suficiente atención, podrás notar que algunas paredes tienen pequeñas ventanas enmarcadas con piedra. Su ubicación puede parecer aleatoria, pero lo cierto es que estos portales son el núcleo de una larga tradición florentina que está renaciendo con fuerza. Se trata de las ventanas del vino.

Estas ventanas han traído de vuelta la costumbre de comprar una copa de tinto o blanco en plena vía pública. Estos tesoros florentinos son una verdadera prueba del encanto del renacimiento italiano la época del renacimiento y se están plantando en el recorrido gastronómico de todos los foodies que visitan la ciudad de los Médici.

¿Qué son las ventanas del vino? 

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La mayoría parte de las ventanas del vino originales se encuentran en el centro histórico de la ciudad. Créditos: Pexels/Rafael De Lancer

En el siglo XVI (y aún en el presente), el italiano común trabajaba duro por su dinero. En Florencia, concretamente, los Capponi, los Ginori y otras familias nobles encontraron en la producción de vino una actividad muy rentable y dedicaron todo su tiempo y energía en producirlo. Aunque puede ser difícil de creer, algunos de estos comerciantes tenían excedentes y, en vez de tirarlos, los vendían a través de las buchettas del vino

Estas ventanas, que miden alrededor de 30 centímetros de alto por 25 de ancho y están a la altura de los ojos o de los codos para evitar derrames, empezaron a usarse en 1532, cuando la dinastía Médici regresó al poder tras un período de violencia y agitación política en Florencia. La mayoría de ellas se parecen a los tabernáculos de las iglesias católicas y dan hacia las bodegas de las casas (pero también se las podía encontrar en las puertas de entrada). 

Las buchettas del vino dejaron de usarse a principios de 1900. Sin embargo, en los últimos años, algunas personas han decidido revivir el encanto de esta tradición que se había perdido hacía tanto tiempo. De hecho, un grupo de locales crearon la Asociación Cultural Buchette del Vino para preservar e impulsar el conocimiento sobre esta huella del pasado.

¿Cómo funcionan las ventanas del vino?

Las ventanas del vino, que se caracterizan por sus puertas de madera y marcos de piedra, fueron un éxito rotundo entre la población y, especialmente, las familias pudientes de la ciudad. Para estas últimas, estas simples construcciones fueron la oportunidad perfecta para ganar más dinero sin tener que pagar impuestos adicionales.  

En los días en que Sandor Botticelli estaba ocupado pintando El nacimiento de Venus, la transacción era sencilla: el comprador llamaba a la puertita de madera y depositaba algunos florines. A cambio, recibía una copa del especial de la casa que, la mayoría del tiempo, era vino rosado tipo chianti. Esta modalidad se sigue manteniendo hasta el día de hoy, con la diferencia de que ahora se paga con euros.

Más allá de su función comercial, las buchettas del vino han demostrado ser un recurso invaluable en tiempos difíciles. Durante la peste bubónica que azotó la Joya Toscana entre 1630 y 1633, permitieron continuar la venta y el disfrute de una de las bebidas más populares del mundo, ya que reducían el contacto entre ambas partes. De manera similar, en la pandemia de COVID-19, algunas mantuvieron el suministro de vino durante las restricciones de movilidad. Estamos seguros de que, para algunas personas, ir a comprar vino en la ventana era el momento más destacado de su día.

¿Dónde encontrar las ventanas del vino?

Al igual que una escultura de Miguel Ángel o un cuadro de Giorgio Vasari, las ventanas del vino son únicas en su especie porque fueron diseñadas individualmente. No obstante, a diferencia de las obras que están expuestas en la Galería Uffizi, estas aberturas en las paredes florentinas se caracterizan por su simpleza y pueden pasar desapercibidas fácilmente. 

Si bien no existe ningún documento histórico en donde se haya llevado registro de las ventanas del vino originales, la Asociación Cultural Buchette del Vino calcula que existen “más de 180 en el área metropolitana de Florencia”. En el centro histórico hay unas 158 ventanas, incluyendo la de los palacios de familias como los Verrazzano y los Antinori. También podrás encontrarlas en el barrio Santo Spirito, que en algún momento fue el hogar de los nobles más prominentes. 

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Dado que la mayoría de las ventanas del vino pertenecían a las familias adineradas de Florencia, observa detalladamente sus puertas de entrada y fachadas. Créditos: Pexels/Ozan Tabakoğlu

Si eres de los que les gusta vivir la experiencia completa, puedes optar por comer en restaurantes como Babae, que fue el primero que reabrió su escaparate de vinos hace cinco años, Osteria Belledonne, cuya carta es un homenaje a los sabores del pasado, o Il Latini, un restaurante con más de 110 años de historia.

Adicionalmente, hay “más de 100” que “se encuentran en otras 30 localidades de la Toscana”. Si tienes suficiente tiempo, paciencia y curiosidad puedes ir a localidades como Pratovecchio, Fiesole, Colle Val d’Elsa o Bibbiena. 

Así como hay ventanas que han sobrevivido intactas durante siglos, hay otras que simplemente desaparecieron (105, para ser exactos). 

Aunque es triste ver desaparecer algo tan interesante, algunas han dejado su huella en las casas que las albergaron en el pasado. Un ejemplo es la puerta del número 21 de la calle Borgo degli Albizi, en el corazón del centro histórico. 

Esta característica florentina es tan encantadora y peculiar que ha inspirado a personas de todo el mundo a crear su propio acceso a su cava. Esto significa que puedes ir a ciudades como Nueva York, Buenos Aires y Vancouver y comprar una copa de tinto a la antigua usanza italiana. 

Testigos silenciosos de la historia que se ha desarrollado alrededor de ellas, las ventanas del vino se han convertido en miembros honorarios de las cosas que hay que ver, fotografiar y saborear en uno de los destinos más populares de Italia