La Batalla del Clarete, una tradición única en La Rioja, España
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Durante el verano, la mayoría de los españoles hacen tiempo para visitar su ciudad natal. Algunos van a ver a sus familias, mientras que otros lo hacen porque consideran que allí pueden descansar del ajetreo de la vida diaria. Puede que existan otras razones, pero una que se repite con frecuencia es el deseo de participar en las fiestas patronales. Y es que estos eventos celebran la cultura popular de los poblados más pequeños del país y se transmiten de generación a generación. 

En el norte de La Rioja se encuentra la localidad de San Asensio. Tal como ocurre en otros sitios de España, el acontecimiento más importante, que en este caso es conocido como Batalla del Clarete, es celebrado al aire libre. Solo con leer ese nombre, los entendidos del vino ya sabrán por qué, pero, para quienes no tengan idea, les adelanto que se trata de una batalla cuya provisión es un tipo especial de vino tinto.  

La Batalla del Clarete: 51 años de tradición y alegría

La Batalla del Clarete, que ocurrirá el domingo 28 de julio, surgió hace 51 años. Todo comenzó durante la celebración del tradicional almuerzo en honor a San Isidro Labrador, el Santo Patrono de Asensio. De repente, los integrantes de la Peña del Clarete decidieron lanzarse vino entre ellos como un gesto de broma. Lejos de generar molestia entre los presentes, estos “primeros claretazos” dieron inicio a una tradición que se ha celebrado con orgullo desde entonces. 

Según La Vieja Bodega, productora oriunda de La Rioja, las ediciones anteriores de la Batalla del Clarete han congregado a alrededor de 5 mil participantes. Además, anticipa el aumento de esta cifra, ya que el evento se ha convertido en una cita muy esperada por todos los habitantes de la comunidad autónoma.

Una celebración que une a San Asensio

La Batalla del Clarete comienza al mediodía, cuando las autoridades y la corporación municipal se trasladan del ayuntamiento hasta Cerrillo Verballe, escenario habitual del enfrentamiento año tras año. Este lugar guarda un significado especial para esta localidad, pues allí había bodegas familiares que elaboraban vino de forma artesanal durante el siglo XVI. 

Los participantes siguen de cerca la procesión para dar inicio a la fiesta. No puede faltar el remolque cargado con unos 40 o 50 mil litros de vino clarete, donado por cooperativas y bodegas de toda la comarca. Al llegar al Barrio de las Bodegas, como también se le conoce a la zona de Cerrillo Verballe, los asistentes llenan sus baldes y se preparan para el lanzamiento. El resultado es un ambiente de camaradería donde, poco a poco, las camisas pasan de un blanco brillante a un suave color morado. 

La Batalla de San Asensio es muy similar a la Batalla del Vino que se realiza en la ciudad de Haro con motivo de la festividad de San Pedro. La diferencia entre ambas es que, en esta última, el uso de artículos como botellas, pistolas de agua, calderos y otros recipientes están permitidos para manchar a quienes se encuentran a su alrededor.

Al concluir la batalla, que suele prolongarse por una hora, la multitud se dirige hacia el pueblo contagiada por los ritmos de la Charanga de San Asensio. Su destino final es la Plaza Vieja, donde se dan las tradicionales “vueltas”, una especie de baile colectivo. El acto finaliza sobre las dos de la tarde, momento en el que la gente se dirige a la Plaza Nueva para disfrutar de un recorrido de pinchos por los bares de San Asensio.

La economía de la ciudad está profundamente entrelazada con el cultivo, la cosecha, elaboración, conservación y venta del vino. Por ello, la Batalla del Clarete es una oportunidad para mostrar todo lo que San Asensio tiene para ofrecer. Así mismo, es parte esencial de su identidad, por lo que no es de extrañar que haya sido declarada Fiesta de Interés Turístico Regional en mayo de 2012 por el Ejecutivo riojano.