
Durante un viaje por Florencia con mi familia recibí un mensaje de Juan Felipe Rubio, un gran fotógrafo amigo, contándome sobre unas cabinas de fotografía automática históricas que había en distintos puntos de la ciudad y diciéndome que debía ir a probar una. Le hice caso, la buscamos, nos tomamos una foto de los tres haciendo morisquetas. Esa secuencia en blanco y negro se convirtió en el mejor recuerdo del viaje.
Estas máquinas, algunas de principios de la década de 1950, ofrecen una nueva experiencia para quienes están acostumbrados a los selfies y a la inmediatez de la tecnología moderna. A diferencia de las cámaras digitales, que muestran una vista previa y permiten repetición, las fotocabinas ofrecen una experiencia única donde el resultado es definitivo.
Buscando el dato para recomendárselo a una amiga que está viajando por allá, reviví ese momento y me surgió la curiosidad de averiguar cómo surgieron y en qué otras ciudades se pueden encontrar photobooth vintage como estos.
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Cómo resurgieron las cabinas automáticas analógias
Detrás del regreso hace ya 14 años y la operatividad de las cabinas florentinas nombradas Fotoautomatica está Matteo Sani, un ex escenógrafo a quien le despertaron interés durante una visita a un museo en Francia en la que no quedaba claro si la máquina era parte de una exhibición o para uso de los visitantes. Unos años después, leyó sobre un artista llamado Franco Vacarri, quien durante la Bienal de Venecia de 1972 había montado una instalación de cabinas fotográficas que hacían participar al público de la muestra.
Tras la caída del Muro de Berlín, las cabinas llegaron del Oeste al Este y cayeron en desuso con el avance de la tecnología digital. Sani reconoció el potencial nostálgico que guardaban y decidió tomarse un año sabático para viajar desde Tallin hasta Tirana, en Europa del Este, para ir en busca de ellas, comprarlas y restaurarlas a su función y estética original.
Hoy tiene cinco cabinas en el centro de la ciudad, dos en locales y muchas más en su laboratorio. Cada cabina es única, pero el proceso es el mismo: se inserta una moneda de €2, se tira de la cortina y se capturan cuatro imágenes con flashes, desarrolladas sin electrónica en cuatro minutos.
Desde 2007, también FotoAutomat restaura y revitaliza cabinas de fotos analógicas en Francia, ubicándolas en espacios dedicados a las artes y la cultura. Su historia comenzó un año antes en Berlín, cuando sus creadores empezaron a salvar estas máquinas destinadas a la destrucción, ofreciendo fotos en blanco y negro por solo 2 euros. Cada tira de fotos se revela de manera analógica, garantizando su durabilidad durante 100 años.


Un tiempo después, en 2009, nació Autofoto en Londres. El catalán Rafael Hortala Vallve compró una cabina de fotos analógica para la boda de un amigo en Barcelona que luego fue enviada a Londres, donde reside, y la ubicó en el restaurante Pizza East en Shoreditch. A medida que la demanda creció, Rafael, junto con el fotógrafo David Boulogne, el artista Marco Ferrari, la arquitecta Arianna Maiello y el fotógrafo Alex Smith, expandieron el proyecto. En 2018, establecieron un taller y estudio en East London con la misión de preservar estas máquinas y su conocimiento para futuras generaciones. Además, organizan colaboraciones y eventos para promover la apreciación de los procesos analógicos y continuar el legado de las cabinas como medio artístico en el siglo XXI.
En los últimos meses los photobooth se hicieron tendencia en San Francisco, en Estados Unidos. Hasta 100 personas al día han estado acudiendo a Photoworks, una tienda de fotografía analógica en el distrito Castro, formando largas colas de jóvenes ansiosos por usar una cabina de fotos vintage. La cabina de Photoworks, un modelo Auto-Photo 14 de los años 60, es propiedad de Photomatica, una empresa local que desde 2010 mantiene y opera más de 50 cabinas vintage en el área de la Bahía y más de 150 en ciudades como Los Ángeles, Toronto y Ámsterdam.
Si querés saber todo sobre estas cabinas, la biblia en este tema está en The Photobooth Blog, con un localizador de cabinas incluido.
Dónde encontrar cabinas fotográficas de film
Florencia, Italia
Via dell’Agnolo esquina Via Verdi
Piazza della Stazione 56r/57r
Via Pietro Francavilla n. 15 – 50142
Via del Proconsolo n19/r
Via Santa Monaca esquina Via dei Serragli
The Student Hotel
Livorno, Italia
Via del Vecchio Lazzaretto, 20
Ventanas del vino: un vistazo al pasado renacentista de Florencia
París, Francia
Le Palais de Tokyo (13 Avenue du Président Wilson)
Montmartre (53 rue des Trois Frères)
Bonton (5 bld des Filles du Calvaire)
Les Galeries Lafayette (60 Av. des Champs Elysées)
Le Citadium (56 rue de Caumartin)
Praga, República Checa
Théâtre National de Prague (Nová scéna, Národní 1393, 110 00 Nové Město)
Londres, Inglaterra
Tate Modern
The Standard, 10 Argyle St, Kings Cross
Netil House, 1 Westgate St, London Fields
Waterstones Gower Street, 82 Gower St, Bloomsbury
Battersea Power Station, Circus Road West, Nine Elms
Rio Cinema, 107 Kingsland High St, Dalston
Hoxton Hotel Holborn, 199 High Holborn, Holborn
Hoxton Hotel Shoreditch, 81 Great Eastern Street, Shoreditch
Selfridges Cinema, 400 Oxford Street, Marylebone
Hackney Bridge, Echo Building, E Bay Lane, Olympic Park
Mercato Metropolitano, 42 Newington Causeway, Elephant & Castle
Coal Drops Yard, Stable Street, Kings Cross
Barcelona, España
Ocaña, Carrer Verdi 28, Gràcia
Dubblefilm Store, Carrer Verdi 28, Gràcia
San Francisco, Estados Unidos
Photoworks, 2279 Market St., Castro
Blackheart Tattoo, 177 Valencia St., Mission
Hotel Zeppelin, 545 Post St., Union Square
El Rio, 3158 Mission St., Mission/Bernal
Delirium, 3139 16th St., Mission
Underdog Film Lab, 1624 Peralta St., Oakland
The Stud, 1123 Folsom St., SoMa
Melbourne, Australia
Estación de trenes Flinders Street, cerca de la esquina de Flinders Street con Elizabeth Street