Dónde ver los altares más impresionantes para Día de Muertos
Los altares para Día de Muertos se pueden encontrar en diferentes regiones, cada una con su particular enfoque y estilo (Pexels)

El Día de Muertos es una de las festividades más significativas en México, donde convergen tradiciones prehispánicas y católicas. El corazón de esta celebración reside en varios tipos de planes, como la creación de altares, conocidos como ofrendas, que rinden homenaje a los difuntos.

En estos altares se colocan alimentos, flores de cempasúchil, velas y objetos personales, con el propósito de recordar a los seres queridos que, según la creencia, regresan temporalmente para reunirse con sus familias. Así, esta festividad es un reflejo de la profunda conexión que los mexicanos mantienen con la muerte y la vida.

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Mientras más descabellado y creativo el altar, más impresionante es (Pexels)

Uno por uno, los altares más impresionantes para Día de Muertos

A lo largo del país, los altares del Día de Muertos varían en tamaño y estilo, dependiendo de la región. Algunos destacan por su complejidad y dedicación, atrayendo la atención de miles de personas. Estos, son los altares más impresionantes para Día de Muertos, que se pueden encontrar en diversos puntos de México.

En San Andrés de Mixquic, ubicado en las cercanías de la Ciudad de México, la celebración del Día de Muertos incluye la tradicional «alumbrada». Durante este evento, los familiares participan en una procesión con velas hacia el cementerio, donde se instalan ofrendas llenas de flores, velas y pan de muerto.

Esta ceremonia convierte el cementerio en un gran altar iluminado, que simboliza el homenaje a los difuntos. Este acto es una de las manifestaciones más emblemáticas de la festividad en el país.

En Oaxaca, uno de los lugares con más arraigo en esta celebración, se organiza el Concurso de Altares de Muertos en el Panteón General. Las familias oaxaqueñas construyen altares en las tumbas de sus seres queridos, llenándolos de flores, velas y ofrendas tradicionales.

Esta expresión cultural no solo se limita al cementerio; en inicios de noviembre se celebra el Día de llevar a los Muertos, en el que se intercambian ofrendas entre familiares y amigos. Este evento ofrece una visión íntima de la tradición oaxaqueña, en la que la vida y la muerte se entrelazan.

El municipio de Huaquechula, en Puebla, se distingue por sus altares monumentales, algunos de los cuales alcanzan hasta cinco metros de altura. Las familias abren sus hogares al público para mostrar estos altares, que varían dependiendo del día en que se honre a los difuntos.

Los altares para quienes murieron en accidentes se suelen colocar el 28 de octubre, los dedicados a los niños fallecidos el 31 de octubre y los altares para los adultos el 1 de noviembre.

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Un hombre se disfraza para el Día de Muertos en la CDMX (Pexels)

Para finalizar, la Ciudad de México es uno de los puntos claves de la celebración de Día de Muertos. En este sentido, el Zócalo se convierte en el epicentro de la celebración con una Megaofrenda monumental.

Esta instalación pública destaca por su escala y la variedad de elementos que la componen, como esculturas gigantes, catrinas y altares de diferentes estilos.

Durante una semana, este espacio es visitado por miles de personas que buscan sumergirse en la tradición del Día de Muertos. Además, el alumbrado especial y las decoraciones en los edificios históricos del centro de la ciudad complementan el ambiente festivo y solemne.

El parque Xcaret, en Cancún, es el escenario del Festival de Tradiciones de Vida y Muerte, un evento cultural que fue reconocido como Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad por la UNESCO.

Durante cinco días, el parque se llena de altares, rituales y exposiciones que reflejan las tradiciones locales en torno al Día de Muertos. Este evento atrae a turistas y locales por igual, ofreciendo una oportunidad única para conocer cómo se vive esta celebración en la región de Quintana Roo.

En el Pueblo Mágico de Malinalco, la tradición dicta que las ofrendas se dediquen a los nuevos difuntos, aquellos que fallecieron entre el 25 de octubre del año anterior y el presente. Las familias abren sus hogares a los visitantes, exhibiendo altares que recrean las actividades cotidianas del difunto.

Por ejemplo, si el difunto era un maestro, el altar puede incluir objetos relacionados con la enseñanza. Esta tradición permite a los visitantes conocer de cerca el vínculo entre la vida diaria de los fallecidos y los elementos simbólicos de la ofrenda.

En Mérida, el Hanal Pixán o «comida de las ánimas» es una celebración que forma parte del Festival de las Ánimas, realizado generalmente del 24 de octubre al 2 de noviembre. Durante este festival, las familias honran a los difuntos con altares que incluyen comidas y bebidas tradicionales.

El Paseo de las Ánimas es un recorrido que comienza en el Cementerio General y finaliza en el Arco de San Juan, donde se pueden observar altares adornados con elementos mayas. Este evento es una manifestación cultural que conecta las creencias prehispánicas con las tradiciones contemporáneas.