«Los hipopótamos serán tus vecinos», me dice mi guía de safari, Nancy, mientras me recoge en la pista de aterrizaje de Ol Kiombo y me lleva a través de la aparentemente interminable sabana hasta el nuevo Mara Toto Tree Camp.
Inaugurado en julio de 2024, este campamento ultra convivial de solo cuatro tiendas está escondido en la frontera norte de la Reserva Nacional Maasai Mara, famosa por la Gran Migración, que normalmente tiene lugar entre julio y octubre. Con solo cuatro tiendas elevadas a casi tres metros sobre el río Ntiakitiak, de color té, los hipopótamos serán, efectivamente, mis vecinos, junto con traviesos monos vervet, galagos y algún que otro cocodrilo. Afortunadamente, las pasarelas de madera elevadas y las patrullas de seguridad del campamento, disponibles las 24 horas y compuestas por personas locales de la comunidad Maasai, envueltas en shukas de tartán azul y portando lanzas, vigilan a los animales y están siempre disponibles para guiarme hasta mi tienda (un requisito al caer la noche).
Este nuevo campamento junto al río es obra de Great Plains, una compañía de safaris ecológicos y de lujo liderada por la pareja de exploradores y cineastas de National Geographic, Dereck y Beverly Joubert.
“Vivir al nivel de las aves es transformador”, dice Dereck, quien se aseguró de que no se cortará ningún árbol durante la construcción del campamento. Además de las aves y otros animales, los visitantes pueden disfrutar de las impresiones de arte de vida silvestre de la pareja, que adornan tanto las tiendas de los huéspedes como la tienda comunal. Esta última está decorada como el refugio de un explorador del viejo mundo, con lámparas hechas a mano a partir de semillas de baobab, esculturas colgantes de hojas de acacia forjadas en bronce y sofás mullidos que prácticamente invitan a relajarse.
Por muy cómodo que sea el campamento (y realmente es una maravilla), la mayor diversión ocurre en las vastas llanuras durante mis safaris diarios con Nancy, quien, como el 90% del personal, también es maasai. “Nací aquí, crecí aquí y ahora trabajo aquí”, comenta. No solo fue la primera guía de safari mujer de su aldea, en el este del Maasai Mara, sino también la primera guía mujer de Great Plains en Kenia.
La hierba dorada brilla con el rocío en nuestros paseos matutinos en un Land Cruiser abierto y ruidoso. Observamos a los leones disfrutar de las presas de la noche anterior: búfalos cafres e incluso jirafas de largas pestañas. A veces es difícil de ver, pero como todos aprendimos en El Rey León, es el ciclo de la vida.
Desayunamos en el camino, con Nancy sirviendo té negro caliente keniano de un termo y preparando una mesa con yogur, jugo fresco de sandía y huevos duros. Luego regresamos al campamento para disfrutar de un festín fresco de tres o cuatro ensaladas de jardín crujientes, preparadas por el chef Pemba, también maasai. Por la tarde, volvemos a salir para un safari vespertino, esta vez acompañado de sundowners (la hora del cóctel en plena sabana), seguido de una acogedora cena en el campamento, alrededor del fuego, en la terraza al aire libre.
Es algo sacado de tus sueños más salvajes, y hasta los veteranos en safaris quedarán impresionados por el nivel de comodidad, estilo y generosa hospitalidad aquí. Aquí está lo que más me encantó de mi estadía en Mara Toto Tree Camp.
Las habitaciones
Cada una de las cuatro tiendas es una casa en el árbol privada con elegantes áreas de descanso que incluyen sofás de cuero, terrazas con sillas colgantes y enormes baños decorados con linternas brillantes. No hay aire acondicionado, pero un ventilador mantiene el aire en circulación, y las tiendas se mantienen frescas durante la noche.
Todas las tiendas son lo suficientemente grandes como para acomodar dos camas separadas si es necesario, aunque la Tienda Cuatro es la más amplia. Los mini bares de cortesía están alojados en armarios de madera envejecida y llenos de Tusker, la cerveza local de Kenia, galletas caseras y el refresco de jengibre típico de África Oriental, Stoney Tangawizi. Otros detalles encantadores incluyen una selección de equipo de gimnasio (como pesas y una bicicleta estática) y artículos de tocador de Great Plains con aromas a naranja, toronja y marula. Como en la mayoría de los campamentos de safari de alta gama, el servicio de lavandería es gratuito (lo cual es una gran ventaja considerando las restricciones de peso en las avionetas).
Comer y beber
Aquí comerás muy bien y las tarifas todo incluido abarcan comidas, bebidas, licores y vinos, incluyendo Champagnes internacionales de alta gama como Taittinger.
Un desayuno frío suele estar listo para el safari matutino, pero puedes solicitar un más elaborado “desayuno en la sabana”, donde una cocina móvil llega hasta ti en medio del paisaje y un chef prepara huevos calientes y mimosas refrescantes. El almuerzo generalmente se sirve de regreso en el campamento, con un menú fijo diario de opciones ligeras y frescas. También hay un menú general disponible si el menú fijo no es de tu agrado.
Durante los safaris vespertinos, puedes disfrutar de sundowners con tu bebida preferida (prueba un gin tonic con la ginebra destilada en Sudáfrica de Great Plains) y una fiambrera de latón llena de bocadillos caseros como chips de polenta y frutos secos especiados. La cena regresa al campamento, donde quizá comiences con un vino espumoso sudafricano frente al fuego. Suele incluir una sopa cremosa de verduras como entrada, tres opciones de plato principal (carne, pescado o platos vegetarianos como risottos ricos o abundantes porciones de pasta), y postres deliciosos como helado de fresa casero, sticky toffee pudding o un cremoso posset de cúrcuma y limón.
Actividades y experiencias
Los huéspedes del campamento disfrutan de safaris dos veces al día -uno por la mañana y otro por la tarde- en un Land Cruiser abierto conducido por un guía privado. Los safaris se realizan tanto en la Reserva Nacional Maasai Mara como en la mucho menos concurrida Conservación Mara Norte, un terreno de propiedad privada de los maasai pero parte del mismo ecosistema.
Otras actividades incluyen vuelos en globo aerostático al amanecer y guías privados especializados en fotografía. Cada tienda está equipada con binoculares y cámaras de nivel profesional para tu viaje, y las fotos se descargan en una memoria USB al finalizar tu estadía.
Además del espacio comunal para cenar y relajarse, también hay una boutique de safaris de Great Plains. No te pierdas los tesoros hechos a mano con cuentas, creados por el Centro de Artesanía de Mujeres de Naboisho.
SPA
Los tratamientos, como masajes, exfoliaciones, faciales e incluso manicuras y pedicuras, se realizan directamente en tu tienda, utilizando ingredientes naturales y puros como jojoba, rosa mosqueta y papa africana. Después de los tratamientos, se preparan baños tibios, infusionados con aceites de lavanda y sales de baño relajantes para los músculos.
Accesibilidad y sustentabilidad
Aquí no necesitas elegir entre sostenibilidad y lujo: los materiales naturales y reciclados contribuyen a la estética safari-chic, y el campamento funciona casi completamente con energía solar y cuenta con un sistema de filtración de agua. Ni pienses en plásticos de un solo uso. Además, Great Plains tiene su propia fundación que apoya la conservación y beneficia a las comunidades locales.
En cuanto a la accesibilidad, no te dejes intimidar por el diseño tipo casa en el árbol. “Irónicamente, nuestro campamento que parece más arriesgado, el que está en los árboles, es el más conforme a la ADA (Ley de Estadounidenses con Discapacidades)”, dice Dereck. “Fui muy cuidadoso para que todo estuviera en un solo nivel y fuera accesible para sillas de ruedas. Incluso en la entrada, hay una rampa larga que se adentra entre los árboles, conectando con el área principal. Desde allí, cada tienda es accesible según la ADA. Me encanta porque muchos viajeros con problemas de movilidad suelen quedarse atrapados en campamentos a nivel del suelo o en alojamientos poco estilizados”.
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Locación
Se espera que los huéspedes viajen en avión ligero para llegar al Mara Toto Tree Camp, que se encuentra en medio de la sabana, en la frontera entre la Reserva Nacional Maasai Mara y la Conservación Olare Motorogi. Está a unos 45 minutos en coche a través de la sabana desde la pista de aterrizaje de Ol Kiombo y a aproximadamente una hora de vuelo desde el Aeropuerto Wilson de Nairobi.
Se pueden organizar vuelos privados, pero los huéspedes también pueden utilizar la aerolínea de safari Safarilink, que normalmente hace paradas en otras pistas de aterrizaje en ruta hacia su destino final. Para los safaris, los huéspedes del campamento tienen acceso a la Reserva Nacional Maasai Mara, con la que limita, y a la Conservación Mara Norte, que está a unas horas de viaje, atravesando la propia conservación.
