Lucía Cordera nos recomienda con qué brindar en las fiestas
Gizela Glavas / Istock

Lucía Cordera vivía viajando por el mundo desde los catorce años, trabajando en producciones de fotografía y comerciales. El 2020 le trajo, además de una pandemia, a su primera hija y decidió cambiar el rumbo. Ya estudiaba sommellerie en el Centro Argentino de Vinos y Espirituosas, sin pretensiones de dedicarse al vino profesionalmente. Poco a poco, con cada vez más gente pidiéndole botellas, surgió La cava de Lucía, su vinoteca en Buenos Aires. 

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Los recomendados de Lucía

Lo primero que se me vino a la mente para arrancar fue el Cantieri Navali Blanco, el nuevo vermut de Inés De Los Santos y Felipe Menéndez, con una rodajita de algún cítrico y mucho hielo. Si estamos muy cerca de la cena pero todavía no empezamos, ahí al borde, cambiaría por algo menos aromático. Tal vez el Allegra Pet Nat de Bodega Lavaque. Es simple, bien fresco y seco, una gran idea para abrir el estómago.

Para las entradas y los primeros platos, más ligeros, iría por un Teho Semillón, etiqueta que probablemente yo ponga en mi mesa. Es un blanco que tiene volumen y no pasa desapercibido. También funcionaría un Bira Rosé. Tiene cuerpo ligero pero es super aromático y una muy buena acidez. O un naranjo, ¿por qué no? El de ánfora de Pielihueso quizás, que tiene mucha presencia.

Para los platos más fuertes se me ocurren tres opciones. Un pinot noir de Mariflor, de Bodega Rolland, que tiene paso por roble y le da un poco más de power, por lo que puede acompañar comidas más pesadas. El nuevo Apuntes Grenache de Luigi Bosca, un gol total: es una garnacha con un estilo más de viejo mundo, con un poquito más de estructura. Finalmente uno que seguro tenga en mi mesa, Meteora de Altos Las Hormigas, un malbec que no deja de ganar premios, que está tremendo, que es una delicia. Super equilibrado y encima a un muy buen precio.

Con los postres se me ocurren dos opciones de vinos dulces: Lindaflor Cosecha Tardía y Mendel Petit Manseng. Obviamente, dependerá de qué comamos. Para el que no sea fan de los dulces, las sidras de Pulku pueden acompañar con dulzura más sutil y limpiar con la burbuja.

Estamos mal acostumbrados y ponemos las burbujas al final cuando deberían ir al principio, pero hay que apreciar las tradiciones y es lindo el momento del brindis al final de la comida o a las doce de la noche. Para eso, obviamente espumantes. Podría ser un Bohème de Luigi Bosca o el Petit Fleur, como algo más económico. 

Yo no soy tan de los método tradicional, así que probablemente beba algún pet nat, como el Simbiosis de Joanna Foster que me encanta: super frutado, rico. ¿Para seguir la noche? Suelo ir con vino de principio a fin. Siempre fui así, soy una cordobesa que no toma Fernet ni cerveza. De vez en cuando un Aperol y muy de vez en cuando, un Gin Tonic. Así que iría con un tinto de verano a full, para refrescar la noche.