Es el último día del año y mirando en retrospectiva reconozco y agradezco la cantidad de experiencia memorables que compartí con mi familia en este 2024. Logramos varios hitos personales, viajamos a avistar ballenas en el sur de la Argentina y conocimos por primera vez ese lugar mágico llamado Disney. Pero hay varias postales románticas que se elevan, como un agudo sostenido sobre todas las demás notas, y son los días que pasamos juntos en el hotel El Encanto, A Belmond Hotel, un resort enclavado en la Riviera de Santa Barbara.
Recuerdo.
Mis hijos se acurrucan en el sofá cama mientras miran el fuego encendido en la chimenea, aunque sea verano. Desayunamos un waffle repleto de frutos rojos y miel chorreante. Salimos a caminar por un estanque centenario de nenúfares bordeado de glicinas, por terrazas de plantas aromáticas y jardines de nerolis, rosas, jazmines y lavandas que bordan en el paisaje un patchwork encantador de colores y aromas. Un juego de ajedrez gigante entretiene a mis pequeños y me hace pensar que han caído accidentalmente en la madriguera de Alicia en el País de las Maravillas. Ruedo con ellos por alguna de sus colinas. Me relajo en la pileta mirando ese horizonte épico y brumoso de la bahía de Santa Bárbara. Saboreo la Margherita de Bettina (en el top 3 de las mejores pizzas que comí en mi vida) y el helado de avellanas de Rori’s Artisanal Creamery que nos trajimos para almorzar tarde después de conocer por la mañana Lotusland y el Zoo. Paso por el spa y me renuevo con un masaje relajante de tejido profundo a manos de un polaco que enfatiza la importancia de mantener el cuerpo flexible y en movimiento. Escucho el choque de copas del The 1917 y Garden Gimlet, los cocktails que pedimos con mi marido para disfrutar esta noche de ensueño en la que cenamos un delicioso pulpo y garganellis sobre una terraza cubierta por guirnaldas de luces cálidas que iluminan las sonrisas de nuestros hijos.
Aunque yo sea la protagonista de ésta, mi película; El Encanto, A Belmond Hotel, ha sido testigo de la evolución de esta ciudad californiana y, en un siglo de trayectoria, ha alojado en él a cientos de figuras de Hollywood, como Clark Gable, Hedy Lamarr y Carole Lombard, quienes llegaron atraídos por su privacidad, lujo y sofisticación.

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Arquitectura y diseño: homenaje a dos estilos icónicos
Tras una renovación de siete años, completada en 2013, El Encanto ha conservado sus raíces adaptándose a la vez a las altas demandas del lujo contemporáneo. Cuenta con 92 bungalows y suites, distribuidos en un terreno de tres hectáreas de jardines meticulosamente cuidados. Las construcciones ostentan dos estilos arquitectónicos representativos de la primera mitad del siglo XX en California: el California Craftsman y el Spanish Colonial Revival. Cada edificio fue diseñado y restaurado con sumo cuidado para preservar su autenticidad, combinando materiales originales con toques de lujo moderno.

Jardines y paisajismo: un oasis en las colinas
Una de las características más destacadas de El Encanto son esos jardines que tanto nos embelesaron. Cada sendero, arbusto y árbol en la propiedad fue dispuesto estratégicamente para ofrecer un recorrido sensorial. Los caminos serpentean entre una rica vegetación, incluyendo especies nativas y ornamentales, que embellecen el entorno y ofrecen rincones de privacidad y serenidad. Este paisajismo meticuloso crea un microclima fresco y acogedor, donde pasear, relajarse y conectar con la naturaleza.
Desde sus jardines, se disfruta de vistas panorámicas que abarcan desde el centro de Santa Barbara hasta el océano Pacífico. Estas vistas son especialmente impresionantes al atardecer, cuando la luz dorada de California baña las colinas y el mar.

Habitaciones que ofrecen privacidad y comodidad
Cada bungalow en El Encanto fue diseñado pensando en la privacidad y el confort absoluto. Los espacios son amplios y están decorados con un estilo que equilibra elegancia y comodidad, con detalles que reflejan el carácter de la región. Los tonos neutros y los materiales naturales crean una atmósfera de calma, mientras que las terrazas privadas permiten a los huéspedes disfrutar de momentos de paz en sus propios espacios exteriores.

Gastronomía en The Dining Terrace
La experiencia culinaria en El Encanto es otro de los puntos fuertes del resort. The Dining Terrace ofrece menús inspirados en las culturas de California, combinando ingredientes frescos de la región con influencias globales que dan como resultado platos únicos y sofisticados. Cada plato refleja el compromiso del resort con el uso de productos locales y de alta calidad, destacando el sabor de los ingredientes con técnicas culinarias innovadoras.
Los pescados y mariscos frescos del Pacífico, así como las opciones de origen vegetal, son protagonistas en los menús de The Dining Terrace, con una propuesta culinaria que se adapta a diferentes preferencias y estilos de vida. Además, la terraza cuenta con mesas situadas estratégicamente para que los comensales puedan disfrutar de las vistas mientras degustan sus comidas.


El Spa en El Encanto: un santuario de bienestar
El Spa en El Encanto está inspirado en los elementos naturales de la costa de California y ofrece tratamientos que promueven el bienestar a través del uso de productos de alta calidad y técnicas avanzadas de relajación. Se puede elegir entre una variedad de tratamientos que van desde masajes hasta tratamientos faciales y corporales diseñados para revitalizar la piel y el espíritu.
Experiencia de lujo y hospitalidad personalizada
La experiencia en El Encanto se caracteriza por una atención personalizada que busca satisfacer cada detalle de la estancia de sus huéspedes. El personal, altamente capacitado, se anticipa a las necesidades de los visitantes, creando una atmósfera de cuidado y exclusividad. Desde el momento de llegada, cada aspecto está diseñado para que sientas que vives una experiencia única y personalizada.
Este hotel no es solo un lugar de descanso, sino un destino en sí mismo, donde la historia y la modernidad se entrelazan para ofrecer una estancia que representa lo mejor de la hospitalidad californiana.
