En una ciudad donde todo cambia a la velocidad de un taxi en hora pico, hay algo que se mantiene intacto desde 1975: el aroma irresistible de una buena rebanada saliendo del horno de Joe’s Pizza, en pleno Greenwich Village. Fundada por Joe Pozzuoli, un inmigrante napolitano que trajo consigo el secreto de una auténtica pizza italiana, este lugar se volvió leyenda sin buscarlo.
Joe’s Pizza y su masa perfecta
La receta —masa delgada, borde crujiente, salsa equilibrada y queso que se estira con cada mordida— no ha cambiado desde el primer día. Y eso, en Nueva York, ya es motivo de culto. Porque mientras las modas vienen y van, Joe’s sigue ahí, fiel a lo esencial, sirviendo rebanadas sin pretensiones y con mucho carácter.
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La fama internacional le llegó en 2004, cuando Peter Parker (Tobey Maguire) trabajó como repartidor en Spider-Man 2. Desde entonces, la esquina se volvió parada obligada para fans del superhéroe, cinéfilos curiosos y uno que otro turista que viene con la esperanza de salir en la siguiente película de Marvel.
Pero más allá del cine, la verdadera razón por la que Joe’s es icónica está en su constancia. Muchos la consideran la mejor “plain slice” de toda la ciudad —la clásica de queso, sin adornos ni toppings exóticos— porque simplemente lo es. Aquí no hay trufas, ni piña, ni masa de coliflor: solo queso, pepperoni y quizás un par más. ¿Para qué cambiar algo que roza la perfección?
Las paredes de sus sucursales cuentan otra parte de la historia: fotos enmarcadas de Leonardo DiCaprio, las Kardashian y hasta deportistas legendarios, todos con una rebanada en la mano y cara de satisfacción total.
Aunque todo comenzó en Manhattan, hoy Joe’s ha cruzado fronteras. Ya hay sucursales en Brooklyn, Times Square, Miami y hasta en Shanghai, llevando el sabor clásico del East Coast al otro lado del mundo.
Porque, a veces, lo único que necesitas para entender Nueva York… es una rebanada caliente, doblada a la mitad, comiéndola en la banqueta mientras el mundo gira a tu alrededor. Y en eso, Joe’s es insuperable.
