
Los buscadores están repletos de usuarios interesados por viajar caminando, por hacer travesías a pie o por destinos para dar buenos paseos. Llegan las vacaciones y parece que todos queremos huir del mundo frenético, hiperconectado y saturado de estímulos. Viajar a pie es una opción que prioriza la lentitud y la conexión auténtica con el entorno visitado. Además, es saludable y sostenible. Descubre aquí esta nueva tendencia turística mundial.
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El sector turístico prepara cada vez más experiencias para el senderista: senderismo experiencial o rutas de largo recorrido. Son variantes del clásico paseo, algunas más exigentes, otras más hedonistas, pero todas forman parte de una moda que dio un tirón después de la pandemia. ¿Por qué tantas personas están dejando los coches o el avión por un par de buenas botas? ¿Cuáles son los mejores destinos para este tipo de viaje?
Caminar como una forma de vida
Como canta Manolo García, «A San Fernando, un ratito a pie y otro caminando«. Viajar a pie no es nada nuevo: peregrinaciones multitudinarias como el Camino de Santiago tienen siglos de historia. Sin embargo, lo que en el pasado constituía una verdadera necesidad, hoy en día es una elección consciente. Caminar es una forma de habitar el mundo: más sostenible, más pausada y más reflexiva.

El portal Travellyze publicó un estudio en el que afirmaba que los «viajeros activos» representan el 28,9% del total Europeo. Un «viajero activo» es aquel que prioriza actividades en la naturaleza, bienestar físico o turismo rural. Las buenas rutas senderistas o las caminatas a pie siempre cuentan con un lugar preeminente entre las experiencias que este tipo de turista demanda. Además, a este turismo se le ha colocado la acertada etiqueta de «regenerativo»: bueno para el que lo practica y poco invasivo para el entorno.
Las razones por las que viajar a pie es tendencia
Numerosos expertos coinciden en que caminar es la mejor manera de rebajar el estrés y las tensiones del día a día. Además, hacerlo en la naturaleza ayuda a salir de la aceleración de la ciudad, generando tranquilidad. Viajar a pie es la mejor excusa para despegarse de una pantalla y de sus estímulos. Así se consigue volver a un ritmo más pausado y menos impulsivo.
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Otra razón es la evidente sostenibilidad de esta práctica. Al caminar, no usamos ningún transporte que genere huella de carbono. Sin embargo, hay que ser educados y no ensuciar los entornos naturales. Muchas zonas de turismo natural con una afluencia grande de visitantes se lamentan de la basura y los desperdicios que se desechan en el paisaje. Hay incluso un término para ello: «basuraleza«.
Además, viajar a pie es el antídoto perfecto para los típicos excesos de las vacaciones. Caminar es saludable, una de las prácticas deportivas menos invasivas y más adecuadas para todo tipo de personas. Con cada ruta se liberan tensiones, se mejora la salud cardiovascular y la claridad mental.

Por último, viajar a pie es la forma más auténtica de conocer los sitios que visitan. Se atraviesan pueblos y se conversa con los habitantes del lugar, convirtiendo la experiencia en algo más humano y menos turístico. Muchos viajamos para conocernos a nosotros mismos. Qué mejor manera de hacerlo que caminando.
Una tendencia que no para
Las redes sociales están llenas de etiquetas como #walkingtour, #slowtravel o #hikingadventures. Caminar se ha convertido en una especie de identidad viajera para muchos. Un buen baremo para calcular el alcance de la tendencia es el número de peregrinos del Camino de Santiago, que en 2024 rozó los 500.000 llegados a Compostela. De hecho, hay varias plataformas, como AllTrails o Wikiloc que únicamente se dedican al senderismo y a viajar a pie.
Los mejores destinos
El Camino de Santiago
El más emblemático de Europa. Más que una ruta, una experiencia vital. Desde el Camino Francés hasta el Camino del Norte, cada variante ofrece paisajes, espiritualidad y encuentros únicos.

Dolomitas (Italia)
Con rutas como las Alta Vías o el circuito de las Tres Cimas de Lavaredo, es ideal para amantes de la montaña. Paisajes alpinos, buena señalización y refugios con encanto.

Parque Nacional de Torres del Paine (Chile)
El famoso Circuito W o el Circuito O permiten descubrir uno de los paisajes más salvajes del planeta a pie, entre glaciares, lagos y cumbres espectaculares.

Highlands (Escocia)
Rutas como el West Highland Way (154 km) ofrecen una combinación de historia, naturaleza e inmensidad. Ideal para quienes buscan una caminata con épica.

Kumano Kodo (Japón)
El “Camino de Santiago japonés”, Patrimonio de la Humanidad. Senderos que atraviesan bosques milenarios y templos sintoístas, con una dimensión espiritual profunda.

Parque Nacional de los Picos de Europa
Menos masificado que otras zonas del norte de España, ofrece rutas exigentes y solitarias como la Ruta del Cares o travesías de varios días entre refugios.
