Las Fiestas del Pilar están, seguramente, entre las más famosas de toda España. La ciudad se llena de visitantes ansiosos por disfrutar del ambiente, bailar en los conciertos o salir hasta que salga el sol. Al fin y al cabo, la virgen es una de las imágenes que más devoción suscitan por todo el mundo. Además, se celebra el 12 de octubre, el mismo día en que Cristóbal Colón llegó a América, por lo que suele asociar a la festividad del Día de la Hispanidad. Sin embargo, Zaragoza cuenta con muchas más razones para visitarla.
El pueblo a 20 minutos de Zaragoza con un bonito castillo medieval y un precioso mirador
Si eres de los que disfrutan con la arquitectura y el patrimonio, es una ciudad para ti. Si te encanta comer y beber, gozar con la gastronomía, también es para ti. Si buscas bellos entornos naturales a menos de una hora, te encantará. En definitiva, es un destino imprescindible para un viaje por España.
Historia milenaria visible en un patrimonio espectacular
El gran icono zaragozano es la Basílica del Pilar. Su imponente fachada, llegando desde el Ebro o desde la emblemática calle Alfonso I, te impresionará. El majestuoso tejado que la corona, lleno de cúpulas, es una de las fotografías más repetidas por los turistas que se acercan hasta Zaragoza. En su interior está la famosa Virgen del Pilar, celebrada en las fiestas y venerada por los zaragozanos.
La decoración barroca del interior es apabullante y en sus cúpulas hay frescos de artistas de la talla de Francisco de Goya. Está abierta prácticamente todos los días del año. Visitarla es una de las razones más potentes para acercarse hasta la ciudad.

Al lado de la Basílica del Pilar está la Catedral del Salvador, también conocida como la Seo. Merece mucho la pena porque su fachada de cerámica es un gran ejemplo del arte mudéjar aragonés, mezcla de herencia islámica y cristiana. En este pequeño enclave está también el Museo del Foro romano, testimonio actual de Caesaraugusta, una de las ciudades más importantes de la Hispania romana.
En este sentido, merece la pena acercarse al antiguo teatro y a las termas, ruinas dignamente conservadas. De su pasado árabe, merece la pena la Aljafería, con algunas estancias que te recordarán a la Alhambra.

Por último pero no menos importante, hay que recordar la imborrable huella de Goya en toda la ciudad. El Museo de Goya – Colección Ibercaja cuenta con algunas de sus mejores pinturas y con la mejor colección de grabados del artista en el mundo. Sus frescos también pueden visitarse en la Cartuja Aula Dei, a las afueras de Zaragoza.
Una ciudad hedonista y glotona
Zaragoza es un destino culinario cada vez más relevante. Su zona de tapeo más famosa es el legendario Tubo. En él se sirven delicias aragonesas como el ternasco, el jamón de Teruel o los vinos del Campo de Borja. En un espacio realmente reducido hay una cantidad de bares apabullante. La inmensa mayoría son recomendables, pero los imprescindibles son El Champi, La Miguería, Doña Casta, Bodegas Almau o El Blasón.

Además, en los últimos años Zaragoza ha sabido diversificar sus zonas de tapeo y gastronomía. Lugares como el Mercado de Puerta Cinegia, con numerosas opciones de restauración, están cada vez más de moda. Donde también hay un gran ambiente es en los alrededores de la céntrica plaza de Santa Marta. Es otra zona llena de opciones de tapeo y con muchas terrazas en las que pasar un rato muy agradable.
Ideal para el paseo y con la naturaleza cerca
El paseo más apreciado por los zaragozanos es el que transcurre a orillas del Ebro. El trayecto más recomendable es la Ruta 22, que puede hacerse desde distintos puntos de la ciudad y pasa por las zonas más emblemáticas del centro. Suele estar llena de gente paseando o corriendo, pero también se puede hacer en bicicleta.
Un buen paseo por el río puede llevar hasta los pabellones de la Expo Zaragoza 2008. Son ejemplos de arquitectura moderna y vanguardista, como el puente diseñado por Zaha Hadid o el Acuario Fluvial, el mayor de Europa en su categoría.

La ciudad está muy bien pensada para pasearla y tiene parques grandes como el José Antonio Labordeta, muy recomendables para ir en familia.
Por último, Zaragoza es el punto de partida perfecto para seguir explorando Aragón. En hora y media en coche se puede visitar el impresionante Monasterio de Piedra, con ochocientos años de historia y lleno de preciosas cascadas. En solo una hora en coche puede visitarse también un paraje muy especial en el territorio español: el desierto de los Monegros, repleto de dunas y construcciones rocosas arenosas.