
Enclavado en las alturas de la parroquia de San Julián de Loria, el diminuto pueblo de Fontaneda emerge como un tesoro escondido que transporta a través del tiempo. Con apenas 98 habitantes en 2012, este pueblo antiguo de Andorra se yergue en la subida del collado de la Gallina, conectando San Julián de Loria con el venerado Santuario de Canólich.
En el corazón de Fontaneda, la Iglesia de San Miquel se alza como una joya arquitectónica, mientras que las antiguas bordas, construidas en piedra y madera, revelan la riqueza de su pasado agrícola y ganadero.

Fontaneda, el pueblo antiguo de Andorra que teletransporta al pasado
El nombre de Fontaneda se teje desde el latín, donde «fons, fontis» significa fuente. Encajado bajo la solana de Mossers, este pueblo se despliega hacia el sur, atravesado por el río del canal Gran de la Quera y arroyos cercanos.
Rodeado de bosques y viñedos y ubicado a mil 307 metros sobre el nivel del mar este poblamiento guarda un aislamiento pintoresco. A pesar de la despoblación causada por su difícil acceso, Fontaneda se ha convertido en un refugio para senderistas y cicloturistas que buscan explorar sus rincones más recónditos.
Fontaneda se encuentra inmerso en el Coll de la Gallina. Este paisaje idílico conduce al Santuario de Canólich, uno de los más antiguos y emblemáticos de Andorra. El pueblo es una invitación a pasear por sus estrechas calles, respirar aire puro y maravillarse con la iglesia de San Miquel de Fontaneda, un pequeño templo románico que emana simplicidad, rusticidad y encanto.
Qué hacer en Fontaneda
- Senderismo: rutas de Rocafort permiten sumergirse en la belleza natural que rodea a Fontaneda.
- Equitación: para los amantes de este deporte la Casa Bou Horse Center ofrece rutas ecuestres y visitas guiadas a caballo para explorar la región.
- Catas y visitas guiadas: para una experiencia vinícola, Bodegas Mas Berenguer ofrece catas y visitas guiadas, sumergiéndote en los secretos de los viñedos de la región.

Senderismo en Fontaneda
La experiencia en Fontaneda se completa con la sugerencia de un itinerario de senderismo que comienza en el «Coll de la Gallina», un puerto apreciado por los amantes del ciclismo en Andorra. Con una dificultad moderada debido a su longitud, la ruta ofrece vistas panorámicas y un terreno 100% pista ancha de tierra, ideal para aquellos que buscan explorar la belleza natural sin grandes desniveles.