Resulta complicado definir lo que es Xcaret. “Más que un parque ecológico, más que un cúmulo de vivencias, Xcaret se erige como un verdadero embajador de la mexicanidad, la cultura y la sostenibilidad bajo un propósito claro: ‘hacer más feliz al planeta contagiando su gran amor por México’, intenta resumirme mi guía y anfitrión, embajador del parque, cuando llego.
Me cuenta que, atravesando más de 30 años de trayectoria, Xcaret se ha convertido en un sinónimo de excelencia gracias a una oferta que es tan grande como la diversidad misma del país. “Se trata de un destino ideal para parejas, familias y amigos; abarcando parques temáticos, hoteles de ensueño, tours, naviera, gastronomía elevada, eventos de alto impacto y más, mucho más”.
Pero lo que hace verdaderamente único a Xcaret va más allá de sus atracciones de clase mundial. “Es el énfasis en la sostenibilidad, lo que nos separa del resto”, me dice mi guía. Reviso la información y lo cierto es que no exagera: cuenta con experiencias diseñadas para salvaguardar el patrimonio cultural de México, programas de conservación y un enfoque decidido en apoyar la economía local, con más del 97% de las compras provenientes de proveedores nacionales.
Además, Xcaret ha obtenido certificaciones EarthCheck, que reconocen sus esfuerzos en la gestión sostenible destacando su compromiso con las mejores prácticas medioambientales a nivel internacional.
Enseguida me doy cuenta de que no voy a vivir una experiencia turística convencional; aquí la innovación coexiste con la naturaleza de manera fascinante. “¡Todo!… O nada”, me responde mi guía cuando le pregunto qué se puede hacer en Xcaret, y lo explica: “Depende de si prefieres un día lleno de actividades o solo relajarte bajo un cielo de palmeras con un coctel en mano”. Las dos ideas me parecen tentadoras, pero he venido aquí a explorar y (¡atención, espóiler!) enamorarme de un destino que me invita a vivir la esencia de México.

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Múltiples oasis para elegir
El parque Xcaret es el epicentro de la experiencia que propone este Grupo turístico homónimo. Fusiona la naturaleza con la historia y la cultura mexicana, con más de 50 atractivos: ríos subterráneos, mariposario, acuario, aviario, espectáculos folklóricos… cada rincón es una ventana a la riqueza del país. Asisto y me dejo embriagar por la puesta en escena multipremiada, Xcaret México Espectacular, en la que más 300 artistas se unen para relatar la rica historia del país, un espectáculo conmovedor que puede disfrutarse los 365 días del año.
El parque acuático- Xel-Há está considerado como una de las maravillas naturales de México, con la experiencia de snorkel más impresionante del Caribe. Pero lo que convierte a este parque todo incluido en algo único es que hacia su caleta fluye el mayor sistema de ríos subterráneos del planeta creando una gran diversidad. A pesar de que sufro de vértigo, no puedo evitar la tentación de subir al Faro Mirador, desde donde, a 40 metros de altura, tengo una vista panorámica inigualable. La bajada es aún más retadora: desciendo por un tobogán interminable mientras siento cómo la adrenalina burbujea en mi interior.
Superada esta prueba, me veo con fuerzas para visitar Xplor y Xplor Fuego. El primer parque está dirigido a los amantes de la aventura, con la tirolesa más alta del destino. Para compensar esta experiencia trepidante que vuelve a poner a prueba mi vértigo, disfruto de un delicioso buffet a la parrilla. En Xplor Fuego (más que un parque, una máquina del tiempo que te traslada a la prehistoria), mi anfitrión me anuncia que próximamente van a inaugurar el Toboganxote, el único tobogán cinco en uno en el mundo. Sin duda, este es un lugar para vivir experiencias intensas.
Xenses es un concepto imaginado para deleitar los sentidos, un lugar donde la realidad se mezcla con la fantasía con actividades sensoriales e ilusiones ópticas que desafían mi percepción de la realidad. Al caer la noche, el parque se ilumina de forma mágica para dar paso a Xenses Lunatic, un concepto dirigido actualmente a los huéspedes de Hoteles Xcaret, que forma parte del innovador servicio All-Fun Inclusive ®. Cuando llegamos a Xoximilco Cancún compruebo in situ que es un homenaje a la bella tradición de Ciudad de México y me confirma una percepción común: los mexicanos aman la fiesta y son los mejores anfitriones. Realizamos un delicioso recorrido en trajinera por los elementos culturales más representativos del país; desde el Mariachi hasta la gastronomía mundialmente famosa, y los juegos tradicionales, como los toques.
De ahí pasamos al espectacular Xavage, la creación más reciente de Xcaret y vecino de Xoximilco Cancún, donde regresamos a las grandes emociones: es el único lugar de la Riviera Maya para hacer rafting, tiene Monster Trucks creados específicamente para el parque, y un Circuito de Cuerdas de cuatro niveles que llega hasta los 36 metros. Una vez más, pongo a prueba mi capacidad para segregar adrenalina.



Xcaret más allá de los parques
El estado de Quintana Roo, donde nos encontramos, es un paraíso en sí mismo a donde también llega la experiencia Xcaret. Esta zona alberga miles de cenotes, pero en un solo tour, Xenotes, conozco los cuatro tipos que existen, y en el camino se pueden realizar actividades de aventura como rappel asistido o kayak, aunque yo esta vez prefiero tomármelo de un modo más relajado. En un momento del recorrido hacemos un alto y los guías improvisan un delicioso picnic en medio de la selva, acompañado de buen vino y un cafecito caliente. A través de Xcaret Expeditions, además, se puede aprender de la rica historia de las antiguas ciudades mayas de Chichén Itzá, Cobá y Tulum.
Nuestro próximo destino es la bella Isla Mujeres, cuya ciudad homónima se ha ganado el estatus de Pueblo Mágico gracias a su pintoresca cotidianidad, playas mundialmente famosas, y rica cultura. Para llegar allí, existe un ferry de la naviera Xcaret Xailing, que sale de un exclusivo embarcadero de la zona hotelera de Cancún. Yo opto por un tour en catamarán (un servicio adicional de esta naviera), en el que me ofrecen multitud de bebidas premium y tengo la opción de practicar snorkel y, para reponer fuerzas, disfruto de un buffet en un club de playa mientras me deleito con la belleza del Caribe.

Comer y dormir, experiencias apasionantes
En estos días me alojé en cada uno de los tres hoteles de Xcaret, que comparten un sentido del lujo que abarca el respeto por el entorno natural. Elegí para el primer día el Hotel Xcaret México, un hotel familiar que ha recibido múltiples galardones y donde se han alojado estrellas internacionales como Michelle Salas, Pedro Almodóvar o Javier Bardem, lo que sin duda despertó mi curiosidad. Allí viví una inmersión en lo mejor de la cultura del país: revestida de arte mexicano, mi suite, como las 900 del hotel, brindan una espléndida vista a las maravillas naturales de la Riviera Maya, con todos sus majestuosos ingredientes: playa, selva, ríos y playones.

De entre sus once restaurantes, cené en HA’, del renombrado chef Carlos Gaytán, primer mexicano en obtener una Estrella Michelin, y que ha recibido la certificación 5 Diamantes por la AAA por sus estándares de calidez y servicio.
“Estamos en Playa del Carmen, en un entorno donde todo se enfoca a mostrar la cultura de aquí, y de ahí viene la inspiración de mis platos, una cocina mexicana moderna, sabores con los que yo crecí de niño”, me explicaría Gaytán días más tarde, por teléfono. La selección del vino, en los tres hoteles, corre a cargo de la sumiller Sandra Fernández, la única mujer en recibir el reconocimiento como Mejor Sommelier de México- Canirac 2022.
Me deleité con su menú degustación de nueve tiempos, en el que cada platillo está perfectamente armonizado con exquisitos vinos y destilados para la ocasión. Y detecté su influencia francesa en su delicado uso de la mantequilla y los quesos suaves.
El chef cocina de manera sostenible con productos de temporada, así que su carta cambia en cada estación. Me adelanta los platos que incorporará en breve: “Habrá un cayos de hacha negros de Sinaloa y de Sonora, un aguachile de Sonora, y estamos trabajando en una receta de zanahorias con un puré de marscapone y miel melipona de la región maya con acentos cítricos”, relata, mientras se me hace la boca agua.
Para terminar el día como la mantequilla de los platos de Gaytán, pasé por el Muluk Spa del hotel, un santuario a la relajación que brinda tratamientos especializados en revitalizar y relajar el cuerpo.
La segunda noche la pasé en el Hotel Xcaret Arte, solo para adultos, con 900 suites distribuidas en cuatro edificios llamados Casas, que también albergan talleres artísticos en donde los huéspedes podemos aprender, experimentar y crear. En Casa de los Artistas se encuentra el Taller de Pintura; en Casa del Diseño, el Taller Textil; en Casa de la Pirámide, el Taller de Alfarería; en Casa de la Música, el Taller de Bailes Latinos; y en Casa de la Paz el Muluk Spa.
También me di una vuelta por su biblioteca, que alberga lo más selecto de la literatura nacional e internacional. En sus nueve restaurantes, que forman parte de la experiencia All-Fun Inclusive® de los hoteles Xcaret, presentan experiencias culinarias curadas por célebres chefs como Paco Méndez, ganador de una Estrella Michelin, y parte del Colectivo Gastronómico de Hoteles Xcaret. Me pasé por el Mercado de San Juan, donde degusté sus suculentos antojitos callejeros mexicanos con una reinterpretación de altura. Y saboreé el abrazo de la cocina china y la poblana de las sofisticadas creaciones del chef Jonatan Gómez Luna en Chino Poblano, que obtuvo el premio MexBest 2022 por Mejor Restaurante.


Por aquí también han pasado estrellas internacionales: me dio una extraña sensación de conquista al comprobar que Keanu Reeves, Natalia Lafourcade, Angela Basset o Emma Myers habían disfrutado de las mismas amenidades que yo en este hotel. La tercera noche la pasé rodeado de la selva y el suave oleaje del mar Caribe en La Casa de la Playa, el primer hotel boutique de ultra lujo de Xcaret.“Nace con un alma alegre, un espíritu de servicio, un vasto acervo cultural y un diseño sostenible que respeta, enaltece la belleza de la naturaleza y el orgullo por México”, me explicaron al llegar. Sus 63 suites de lujo con vistas al mar integran una piscina privada climatizada en sus terrazas; un área de descanso con una armoniosa vista al mar; y un hábitat de medusas que es parte de los programas de reproducción de Xcaret. En una de las suites de la categoría Wellness tienen cabinas privadas para tratamientos de Muluk Spa sin salir de la habitación.
Sus cuatro restaurantes de autor reúnen talento nacional e internacional en un exquisito Ensamble Gastronómico, con reconocidos y galardonados miembros a nivel internacional. Reconocido como el mejor chef del mundo, Virgilio Martínez despliega en Estero un recorrido por las cocinas de Latinoamérica, desde México hasta Perú. En Centli, se rinde homenaje a las delicias del sur de México y en Lumbre, a la parrilla norteña y sus jugosos cortes finos. En Tuch de Luna, la célebre chef Martha Ortiz imprime su sello femenino y su pasión por la lírica en coloridos platillos que deleitan más de un sentido a la vez. Pero esto no es todo: como parte del concepto Exclusively Your Way, los huéspedes de La Casa de la Playa tienen acceso a una amplia gama de Experiencias a la Medida, únicas e inmersivas tanto en el interior de la propiedad como en los parques y tours de Xcaret, como una cena en el teatro Gran Tlachco durante la presentación Xcaret México Espectacular, o la Ceremonia de Purificación y Nuevo Ser en Xel-Há, por mencionar algunas.
Por la Casa de la Playa han pasado Angelina Jolie, Lupita N’yongo, María Pombo y Alexander Ludwig. Logré contactar con este último famoso actor y modelo -que ha participado en varias películas y series, como Los juegos del hambre y Vikings-, para que me contara su experiencia: “Fue algo único. El servicio fue uno de los mejores que he experimentado, y nunca me he alojado en una habitación más hermosa. Si buscas una escapada de lujo, este es el lugar”.
Esa frase resonaba en mi cabeza mi última noche de esta Experiencia Xcaret, y con una especie de nostalgia anticipada ante mi partida al día siguiente, comprendí por qué la frase “hacerte sentir alguien especial” cobra aquí un nuevo significado.