
¡Welkom in Ámsterdam! En los últimos años, la capital de los Países Bajos se ha convertido en la belle of the ball del Viejo Continente. Pensamos que esta (no tan nueva) popularidad podría deberse a sus edificios antiguos, cientos de kilómetros dedicados a las bicicletas o el dulce aroma de stroopwafels recién hechos, pero ¿qué otras cosas se suman a ese no-se-qué tan único? Vamos a descubrirlo.
Los Países Bajos se visten de gala con la temporada de tulipanes
Jordaan, un vistazo al pasado y presente de Ámsterdam
La típica postal de Ámsterdam muestra al canal Egelantiersgracht bordeado por casitas con hastial, árboles frondosos y un montón de flores coloridas. Esas características coinciden con las calles del vecindario Jordaan, uno de los barrios más concurridos de la ciudad.
Jordaan fue el hogar de muchos de los inmigrantes que arribaron a los Países Bajos a partir del siglo XVII. Aunque sus condiciones se fueron deteriorando con el paso de los años, sus vecinos protestaron para conservar sus edificaciones originales en pie. Gracias a esa lucha, hoy en día podemos disfrutar del carácter de sus muros de ladrillos, piedra y tejas de arcilla.
Con todo lo que tiene para ofrecer, es muy sencillo pasar una tarde entera en Jordaan. Una parada muy obvia, pero altamente recomendada es el número 20 de Westermarkt. Se trata de la enigmática casa (posteriormente convertida en museo) donde Anna Frank, su familia y otros acompañantes se refugiaron de la persecución de los nazis.

A unos pasos de esa antigua fábrica de mermeladas que escondía un anexo, se encuentra Westerkerk. Puede que esta iglesia protestante no parezca diferente a las demás, pero es la que Anna Frank mencionaba con frecuencia en su diario Kitty. Además de sus vínculos con la historia reciente de Europa, este lugar también es conocido por albergar los restos de Rembrandt, el maestro del claroscuro neerlandés.
Otros puntos de interés en Jordaan son el Museo del Tulipán, donde es posible hacerse con un bulbo u otro tipo de souvenir (nada más autóctono que eso); el Museo del Queso, ideal para los amantes de este manjar; y Noordermarkt, un mercadillo que esconde desde tesoros antiguos hasta alimentos orgánicos.
De Van Gogh a Banksy
Ámsterdam es, sin dudas, una meca para los fanáticos del arte. Para no perder de vista las instituciones más importantes, debes dirigirte a Museumplein Square. Allí tendrás acceso al Museo Van Gogh y al Rijksmuseum.
En Museumplein Square también hay otras opciones más peculiares y eclécticas. No te pierdas el Museo Moco, un espacio en el que podrás sumergirte en el mundo del arte contemporáneo. Déjate sorprender por la irreverencia y el ingenio de artistas como Jean-Michel Basquiat, Andy Warhol o, incluso, Banksy (sí, el mismo cuyas piezas critican temas como el capitalismo).

El recorrido cultural continúa en el norte, en Sint Nicolaasstraat 19. Este edificio oculta una galería de arte al aire libre conocida como el “jardín secreto de Ámsterdam”. En sus paredes está plasmada una interesante mezcla de estilos y arte callejero. Durante tu visita puedes ordenar un café en su restaurante y comprar algo en su tienda.
Para terminar esta dosis de erudición con broche de oro, puedes comprar entradas para ver una película en el teatro Tuschinski. Tal vez no entiendas los diálogos, pero una imagen vale más que mil palabras… Sobre todo cuando se trata de una superproducción de Hollywood o de un edificio de estilo art decó de más de cien años de antigüedad.
Una aventura culinaria a través de los sabores de Ámsterdam
Las caminatas largas abren el apetito y son una excusa perfecta para explorar la escena gastronómica de Ámsterdam. Desde postres típicos hasta platos rebosantes que se ven geniales en las fotos, estos son algunos de los sitios que no te puedes perder.
Un viaje gastronómico por los Países Bajos no estaría completo sin probar sus famosas papas fritas. Las de Fabel Friet están causando furor en redes sociales y por una buena razón; son el balance perfecto entre crocante y salado. Las más populares son las que vienen con mayonesa de trufa y lluvia de queso parmesano.

Crujientes, dulces y decadentes, los stroopwafels, que son otro plato emblemático de las Tierras Bajas. Aunque hay muchas tiendas que venden su propia versión de estas galletas rellenas de caramelo, los de Rudy’s Original son los preferidos de locales y turistas. Puedes encontrar su carrito en el centro del mercado Albert Cuyp todos los lunes, martes, viernes y sábados.
Aunque los hotcakes fueron inventados en la Antigua Grecia, forman parte del ADN neerlandés. Pancakehouse Upstairs, que está dentro de una casa construída en 1539, se ha convertido en todo un referente de estas tortitas. Con espacio para solo 18 comensales, es la “panquequería” más pequeña de toda la ciudad y tiene opciones dulces y saladas.
Un centro cosmopolita con un carácter único
No hay que negar que los canales bordeados de casas con hastial y los campos de tulipanes multicolores son los símbolos más icónicos de Ámsterdam.
Sin embargo, esta ciudad es mucho más que eso y está a la altura de cualquiera de las capitales cosmopolitas de Europa. Esa mezcla de culturas, historia y comida para chuparse los dedos hace que sea un ítem obligatorio en cualquier lista de deseos.
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