
Si has estado investigando el mejor destino para visitar el próximo verano, es probable que te hayas topado con fotos de playas donde el agua emite un curioso brillo azulado. Este fenómeno es conocido como bioluminiscencia y, aunque no lo creas, no tienes que viajar hasta las Islas Maldivas para verlo en persona.
Puerto Rico es conocido por sus increíbles paisajes naturales. Aunque parte de su territorio estuvo bajo dirección de la marina estadounidense durante mucho tiempo, su industria turística no ha hecho más que florecer. Cada vez hay más opciones para descansar, hacer snorkeling o probar unos crujientes tostones, pero uno de sus secretos mejor guardados son sus bahías bioluminiscentes, que se encienden como si fueran un show de navidad.
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¿Qué es la bioluminiscencia?
El resplandor que emiten algunas playas es conocido con el nombre de bioluminiscencia. Esta luz es el resultado de una reacción química natural que ocurre dentro de organismos vivos como luciérnagas, medusas, plancton, y algunos tipos de peces. Según algunos científicos marinos, este fenómeno, que puede ocurrir tanto en el océano como en tierra firme, comenzó hace 150 millones de años.
Si bien lugares como la isla Matsu, en Taiwán y Koh Rong, en Camboya son conocidos por encenderse durante la noche, existen muy pocos ecosistemas que cuentan con las condiciones necesarias para ser considerados bahías bioluminiscentes. Tres de las cinco que existen en el mundo se encuentran en territorio puertorriqueño.

Tres opciones bioluminiscentes para visitar en Puerto Rico
Bahía Mosquito es, sin dudas, una de las principales atracciones de Vieques, la isla periférica más grande de Puerto Rico. Es una de las “bio bahías” más brillantes del mundo gracias a la poca contaminación lumínica del lugar y a la alta concentración de dinoflagelados, los microorganismos responsables de este espectáculo.
Los recorridos nocturnos en kayak son populares en Bahía Mosquito. Un servicio de calidad debería incluir equipos como el remo y un salvavidas, algunas instrucciones básicas, y un guía que conozca la zona y dirija al grupo de forma segura.
Laguna Grande se encuentra en el municipio de Fajardo, a menos de dos horas de San Juan. Aunque técnicamente no es una bahía, es el hogar de un diverso ecosistema que, con las condiciones climáticas adecuadas, se bañan de ese enigmático resplandor.
Gracias a su cercanía de la capital, es la ensenada más frecuentada por locales y turistas. Además, es un destino popular entre los fanáticos de la pesca, ya que se pueden atrapar numerosas especies locales como el sábalo y el pámpano de aleta corta.

En Laguna Grande también se realizan recorridos en kayak. Los precios, que varían según el operador turístico, oscilan entre los $48 y los $76 por persona. Por lo general, se realizan dos recorridos guiados por día. El primero ocurre durante la puesta de sol y es ideal para observar el paisaje general. El segundo se hace después de las 7:30 de la tarde y es el adecuado para experimentar la bioluminiscencia.
Puedes visitar la página web del Departamento de Recursos Turísticos Naturales para consultar el listado de los operadores turísticos que están autorizados para realizar recorridos guiados por estas bahías.
La Parguera está al suroeste de la isla principal. De las tres bahías bioluminiscentes, esta es la que cuenta con la oferta más variada de tours y actividades al aire libre y es la única que le permite a sus visitantes nadar entre esos puntos de luz hipnótica.
En esta zona, los recorridos en catamarán son la mejor opción para las familias jóvenes. Hay compañías que cuentan con embarcaciones con un fondo de vidrio que no solo permite apreciar la bioluminiscencia, sino también la riqueza de la fauna caribeña.
A mayor oscuridad, mayor cantidad de destellos
Si bien este fenómeno ocurre durante todo el año, hay momentos en los que el brillo es más intenso. La mejor época del año para visitar estos parajes es la temporada de sequía, que es cuando hay menos probabilidades de que el agua se vuelva turbia y opaca por la lluvia. Esta se da entre diciembre y mediados de abril.
Para tener una mejor experiencia, es recomendable elegir una noche nublada o cercana a la luna nueva. Esto se debe a que la luz de la luna puede dificultar la observación de los dinoflagelados. Un punto a tener en cuenta es que la bioluminiscencia es difícil de capturar en cámara, así que hay que asegurarse de estar presentes en todo momento para disfrutar de la aventura.
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Las playas bioluminiscentes del Caribe

Si bien las bahías bioluminiscentes son raras y escasas, este fenómeno, que no deja de sorprender, se puede avistar en distintas partes del mundo. No obstante, lo cierto es que las playas y lagunas de este tipo son más accesibles de lo que parecen… Y algunas están bañadas por las cálidas aguas del Mar Caribe:
- Bucerías, Nayarit, México.
- Holbox, Quintana Roo, México.
- Laguna Manialtepec, Oaxaca, México.
- Laguna Luminous, Falmouth, Jamaica.
- Playa Rocas, Montezuma, Costa Rica.
- Isla Cedros, Paquera, Costa Rica.
- Laguna Encantada, Islas del Rosario, Colombia.