Breslavia, la ciudad polaca de los gnomos
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Toda ciudad tiene un punto de referencia que cautiva a los viajeros. En Londres es el Big Beg y, en Barcelona, la Sagrada Familia. Pero, lo que hace que Breslavia se destaque es algo mucho más pequeño. De hecho, mide, en promedio, entre 15 y 50 centímetros de alto y se esconde de manera astuta en las calles y las plazas, desafiando a los detectives aficionados o sorprendiendo a los peatones desprevenidos.

Me refiero a las más de 360 estatuas de bronce con forma de gnomo. Algunos, como el de la plaza Rynek (que, por cierto, luce adorable con su tallo de girasol), están a simple vista, mientras que otros, como el pequeño Krasnal Rejet de la calle Ruska ¾ son más difíciles de descubrir. ¿Quién habría pensado que estos simpáticos personajes se convertirían en un ícono de la capital de la Baja Silesia?

La ruta de los gnomos

Los gnomos son criaturas mágicas que, según muchas leyendas, utilizan sus poderes para proteger a la tierra, las plantas y los animales y, en ocasiones, realizar pequeños trucos como cambiar las cosas de lugar para mostrar su descontento. Aunque esta información es fantástica, los que “viven” en Breslavia, que en polaco se llama Wrocław, no aparecieron de la nada. ¿De dónde salieron? 

Papá Enano, el primero de estos pequeños, fue instalado en la calle Świdnicka por el gobierno en 2001 para conmemorar el inicio de la Alternativa Naranja. Este es un movimiento anti-soviético que nació en esta ciudad y que, de acuerdo con la BBC, “ayudó a derrocar el opresivo régimen comunisa de Polonia en la década” de los 80. Durante aquella época, cualquier expresión artística en contra del establishment estaba prohibida. Por ello, la Alternativa Naranja  utilizó a los krasnale, su nombre en polaco, para burlar dichas reglas y mostrar lo absurda que era la situación del país. 

Eventualmente el régimen comunista se fue de Polonia, pero estos pequeños se convirtieron en un elemento esencial de la identidad de Breslavia. De hecho, en 2005 el escultor Tomasz Moczek pensó que sería una buena idea crear más estatuas para homenajear la «historia y la vida cotidiana» del lugar. Así diseñó más de 100 figuras y sirvió de inspiración para otros creativos, que se animaron a crear las suyas para empresas y organizaciones locales.

Cada gnomo tiene una expresión facial, postura y oficio diferentes, por lo que la diversión está asegurada si decides cazarlos solo o con niños. Incluso puedes acudir a la oficina de turismo y pedir un mapa para seguirles la pista o usar la versión digital.

Desde pierogis hasta letreros de neón

Breslavia se fundó en el siglo X, lo que significa que tiene una rica historia que se refleja en sus calles y que los gnomos solo son la punta del iceberg. En la Plaza del Mercado, por ejemplo, podrás apreciar los intrincados detalles góticos del ayuntamiento y de la Iglesia polaco-católica de Santa María Magdalena. Esta última, construida en el siglo XIV, tiene una torre de 86 metros de alto y el “Puente de las Brujas”, que son ideales para admirar la ciudad a vista de pájaro.

En esa misma zona encontrarás Piwnica Świdnicka, que está dentro de “la posada más antigua” del continente. Aunque sus paredes han sido testigos de multitud de sucesos, su moderno interior está a la altura de cualquier establecimiento de alta gama. Con platos como los pierogis rellenos de morcilla, el tartar de lomo y la sopa servida en pan de centeno, este es un gran lugar para beber una pinta de cerveza artesanal y probar la gastronomía polaca.

Otras opciones para comer son el restaurante Konspira, conocido por su decoración ochentera y preparaciones tradicionales, Gorąca Pączkarnia F-Wiatrak, que tiene donuts con rellenos como cereza, ruibarbo y grosella, y Święty Jan, un bar que resalta por su ambiente oscuro y una mezcla aperitivos clásicos como los nachos y sabores  típicos de Lublin.

El Museo Nacional es una parada obvia para los amantes del arte, así que, en su lugar, hablaré de la Universidad de Breslavia. Esta recomendación puede parecer un poco extraña, pero vale totalmente la pena. Te sugiero adquirir el ticket de las “4 salas”, ya que te dará acceso al museo, la torre matemática y a dos de sus salas principales: el Aula Leopoldina, un ejemplo exquisito del barroco tardío, y el Oratorium Marianum, una capilla cuyas paredes están adornadas con frescos.

Para tomar buenas postales, ve a la Neon Side Gallery durante la noche, un callejón lleno de letreros de neón de estilo antiguo. El Jardín Botánico de la universidad, un colorido manto de flores, también es una gran opción para los fanáticos de la fotografía.

Otros tesoros antiguos

Breslavia es conocida como la Venecia polaca porque está compuesta por 12 islas, unidas entre sí por unos 110 puentes. Teniendo eso en cuenta, no puede faltar un crucero por el río Oder. La mayoría de los barcos parten de un punto cercano al centro de la ciudad. Según Wroclaw Guide, algunos de ellos dan una vuelta adicional por la Universidad y la isla de Słodowa».

La isla de la catedral no es una isla, sino la parte más antigua de esta localidad. Planifica tu visita para coincidir con la puesta de sol para no perderte al farolero. ¿Por qué? Pues desde 1846 es la persona asignada para encender manualmente las farolas. ¿Viste? Te dije que los gnomos no eran lo único fantástico de este lugar.

Ya sea en un viaje en solitario o con toda la familia, el río Oder, los edificios antiguos y los modernos restaurantes de Breslavia hacen de este un sitio mágico e inolvidable. Estoy segura de que, si pudieran hablar, los gnomos estarían de acuerdo conmigo (especialmente con la parte de la magia).