
Desde la serenidad caribeña de Palomino hasta la vibrante Bogotá, Naio Hotel & Villas y Coco Hotel redefinen la experiencia del lujo colombiano. Naturaleza, diseño, gastronomía y cultura convergen en dos destinos únicos que celebran la autenticidad.
En Colombia, el lujo ha encontrado nuevas formas de manifestarse ahora también se mida con la capacidad de conectar con un entorno, con una historia o con uno mismo. En este nuevo mapa de hospitalidad sofisticada, dos nombres emergen con fuerza: Naio Hotel & Villas, en Palomino, La Guajira, y Coco Hotel, en Bogotá. Operados por OxoHotel Hospitality Management Group, ambos hoteles ofrecen experiencias completamente distintas, pero igualmente inolvidables.

Naio Hotel & Villas, el alma del Caribe hecha santuario
Naio Hotel & Villas está escondido entre la Sierra Nevada de Santa Marta y el azul profundo del mar Caribe en Palomino, en La Guajira. Es un recinto parece haber sido esculpido por la naturaleza misma. Aquí, el lujo no grita; susurra. Cada villa, entre exuberante vegetación tropical y senderos que invitan al silencio, se convierte en una cápsula de serenidad privada. Hay villas de 70 a 200 m², todas con terrazas privadas, piscinas y jardines pensados para desaparecer del mundo sin dejar de sentirlo.

El diseño arquitectónico de Naio fusiona líneas limpias con materiales orgánicos y artesanía local. La madera, la piedra y una paleta de tonos tierra dialogan con el entorno. No es un hotel que se impone, es uno que se integra. En su interior, todo está pensado para despertar los sentidos, desde la luz natural y la textura de las telas hasta la brisa constante. Es un lugar donde la contemplación no es una actividad, sino un estado.
Pero Naio también es aventura. Desde surf y tubing en el río Don Diego hasta expediciones a la mítica Ciudad Perdida, pasando por cabalgatas al amanecer o clases de yoga frente al mar. Este hotel propone un viaje no solo al descanso, sino a la esencia misma del Caribe colombiano. El entorno, y el hotel, se convierten en un escenario natural para reconectar con el cuerpo, con la cultura y con lo ancestral.

Un destino para celebrar y ser
En Naio, comer es viajar sin salir del plato. La propuesta gastronómica está dividida entre cocina de autor local e inspiración asiática que rinde tributo a los ingredientes del territorio. Desde frutos del mar y tubérculos ancestrales hasta técnicas orientales. Cada plato es un puente entre culturas. La mixología, inspirada en la selva y la costa, acompaña la experiencia con cócteles botánicos y toques exóticos. Este es el tipo de lugar donde el paisaje entra en el paladar.

Naio no es solo para viajeros en busca de desconexión, también un destino para celebraciones memorables. El hotel ha sido sede de bodas en la playa, retiros corporativos y encuentros espirituales que aprovechan la privacidad del lugar y su capacidad para borrar los límites entre lo íntimo y lo sagrado.

El hotel cuenta con 103 suites, desde habitaciones superiores hasta villas de lujo y casas familiares. Entre los servicios se destacan el spa, senderos ecológicos, gimnasio, restaurante, piscina y zonas tanto de selva como de playa. Y sí, es pet friendly.
Coco Hotel, diseño y alma bogotana
Si Naio es silencio, Coco Hotel es una sinfonía de ciudad. En pleno corazón de la Zona G de Bogotá, donde confluyen la alta cocina, la movida cultural y el pulso financiero, se erige este hotel boutique de 38 habitaciones como una joya de diseño urbano y sofisticación. “Caos y calma” es su lema, y cada rincón parece construido para probar que ambas pueden coexistir con estilo.
Desde la fachada hasta los espacios interiores, Coco Hotel captura la esencia de Bogotá, ecléctica, vibrante e impredecible. El equipo de diseño, en colaboración con el prestigioso estudio ALH Taller de Arquitectura, ha creado una estética que mezcla la arquitectura capitalina tradicional con detalles contemporáneos. Aquí, lo local no es un adorno es y está, en el corazón de Bogotá.

Cada habitación, desde las Middle Room hasta las Pool Suite con terrazas y piscina climatizada, ha sido diseñada para que el huésped no solo descanse, sino que sienta. Sábanas de 300 hilos, altavoces Bluetooth, duchas espaciosas, terrazas privadas y materiales nobles completan un concepto que combina tecnología, confort y alma. En un rincón de la ciudad donde todo vibra, Coco se convierte en el refugio perfecto sin perder la conexión con el entorno.

Sabores, descanso y lujo
La propuesta gastronómica de Coco Hotel es uno de sus diferenciales más potentes. Por un lado Malacate, en el lobby, y el imponente Sexto, en la terraza.
Malacate celebra los ingredientes colombianos de proximidad con una visión del neobistró europeo. En Sexto, la experiencia se lleva al fuego con su cocina a la brasa, proteínas frescas y técnicas ancestrales se combinan en platos que rinden tributo a la herencia culinaria de Bogotá. La mezcla de sabores, técnicas e inspiración hacen que la comida en Coco no sea un complemento, sino un motivo para volver a celebrar, o simplemente a darse un gusto e indulgencia al nivel de las principales capitales del mundo.
Coco no pretende abstraerte de Bogotá, sino enseñarte a verla desde otro ángulo. El equipo de concierge no solo ofrece mapas y claves de Wifi para conectarse en la distancia, también guía a los huéspedes hacia experiencias auténticas. Desde caminatas para conocer y comprar por el exclusivo Barrio Rosales, hasta galerías de arte y joyas escondidas en Chapinero. Sin dejar de lado el centro histórico en La Candelaria. El hotel funciona como puente entre el viajero y lo que la ciudad realmente es, una mezcla intensa de arte, caos, sabor y memoria.

Y para quienes viajan por trabajo, Coco no se queda atrás. Sus espacios de reunión de 70 m², equipados con tecnología de punta y servicio gastronómico in-house, convierten las juntas y reuniones en momentos memorables para cerrar grandes negocios.
Naio y Coco son opuestos complementarios. Uno mira al mar, el otro al concreto. Uno invita al recogimiento, el otro a explorar. Pero ambos tienen algo en común, entienden que el verdadero lujo hoy es la conexión significativa. Con el entorno, con la cultura, con uno mismo.
Con estos dos hoteles colombianos, OxoHotel invita a detenerse, a respirar y a sentir.