Buenos Aires: como un local (adoptivo) por Paige Nichols
crédito Caroline Cagnin

Paige Nichols nació en Washington DC y llegó a Buenos Aires por primera vez en el 2007, en el marco de un intercambio académico. Volvió al año siguiente porque se había quedado con ganas de más Argentina. Nunca más se fue. Paige es periodista, comunicadora de lifestyle, experta en viajes de lujo y una enamorada de la cultura porteña: su gente, su gastronomía, sus historias y su dinámica creativa. Tiene su podcast, Bad Information, que puede escucharse en cualquier plataforma.

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Le cedimos la pluma para que nos cuente algunas de sus actividades favoritas en la ciudad de la furia. Después de todo, ella ya es una local, una local adoptiva.

Para mí, Buenos Aires se compone de momentos. Es una ciudad llena de lugares “turísticos” para visitar,  por supuesto; pero su magia se encuentra dentro de los espacios cotidianos. El que sabe buscarlos -y apreciarlos- es el ganador de la Quiniela. Me encanta observar la gente, los perros, los edificios, todo en su esplendor. 

La ciudad realmente tiene una cosa intangible que nos atrae y nos enamora. Adoro sentir esa conexión con las particularidades de Buenos Aires y volverlas propias.

¿Por qué? El people watching es sublime y la vida mejora infinitamente cuando pega el sol justo en la esquina de Posadas.

¿Por qué? Las pastas caseras hechas con los mejores ingredientes de estación, y las albóndigas son el plato favorito de mi perro Pocho (recibido siempre como cliente VIP).

O si es más tarde, ¿por qué no un Dirty Martini? Como en La Rambla, los mozos que llevan años ahí son lo mejor del lugar. Sentarte en las mesas de afuera te da una vista insuperable del advanced style de la sociedad porteña.

Desde Retiro hasta Barrio Parque y el MALBA. ¿Por qué? Recorrer esa zona a pie te permite chusmear los miles de estilos arquitectónicos que reflejan distintas épocas de Buenos Aires. Es aún mejor en primavera cuando las jacarandas tiñen todo de lila y el perfume de los jazmines te sigue por doquier.

¿Por qué? No se me ocurre un plan nocturno más porteño. El Lorca tiene las mejores películas independientes, Cadore el mejor helado de pistacho y la Academia funciona las 24hs desde que se abrió en el 1930.