
Primera parte. Cómo elegir dónde vivir y no morir en el intento
Por asuntos laborales, tuve el placer de venir a Madrid por dos meses. Un viaje que me generaba mucha expectativa ya que es un buen tiempo para vivir una ciudad, con ilusión de conocer a fondo sus barrios, sus tiendas, su gente, repetir visitas a museos que me gusten y probar tapas en todos lados. También me generaba mucho estrés, hay que decirlo, porque uno tiene que ordenar la vida en la ciudad que deja y planificar lo que pueda de la nueva.
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La tarea más desafiante fue elegir un piso. ¿Cómo saber cuál es el mejor barrio? Un buen barrio para vivir, que no sea lo suficientemente turístico, con hordas de gente en sus esquinas, que tampoco esté alejado, oscuro y desolado. Quería que sea un lugar limpio y acogedor, y que no me costara una fortuna. No quería pasar dos meses en un hotel, pero tampoco en un alquiler temporario repleto de objetos y fotos de sus dueños. Mudarme cada dos semanas tampoco era una opción.
Blueground, para estadías de más de 30 días en Madrid
Después de mucha investigación, encontré Blueground, un sitio de alquileres temporarios para estadías de más de 30 días, donde todos los apartamentos estaban super cuidados, limpios, amoblados con estilo neutro, en los mejores barrios de Madrid. Así di con una joya en una callecita de San Marcos, en Chueca. Un piso pequeño pero con dos ambientes amplios, buena distribución y, lo más importante, muy luminoso. Mi nuevo hogar sería un piso reciclado a nuevo, con wifi, calefacción, lavaplatos y todas las cosas necesarias para tener que preocuparme sólo por lo importante y por lo bueno. Así de fácil, sin letra chica. Las instrucciones eran pagar, bajar una aplicación y seguir instrucciones.

Al llegar del aeropuerto, después de 12 horas de vuelo -y no en primera- desde Buenos Aires, busqué un kiosco cercano y, tal como me indicaron el día anterior, brindé un código, tomé las llaves y llegué a esta callecita de adoquines, repleta de fachadas amarillas con balcones negros llenos de flores. Mi primera satisfacción fue llegar y encontrar un lugar limpio y con un kit de supervivencia: agua, jabones, shampoo y otros insumos necesarios para los primeros días, hasta que mi mente y mi cuerpo coincidieran en la misma ciudad.
Según me cuenta Francisco Juliusberger, el General Manager de Blueground España, alquilan los pisos por más de seis años y los remodelan bajo el mismo estilo, mismos tonos pastel, muebles net y decoración limpia. “Puedes encontrar a todos, con sus libros en la mesa de igual forma, sea en Miami o en Madrid”; y claro, es su sello.

¿Cómo es reservar un alquiler en Blueground?
Blueground es una empresa global de PropTech, que está reinventando la forma en que vive la gente. Cuenta con una red de miles de viviendas llave en mano, en barrios codiciados de todo el mundo, disponibles para estancias de un mes o más. La plataforma tecnológica de Blueground proporciona una solución totalmente digitalizada; para poder ver y reservar apartamentos disponibles en cuestión de minutos hasta gestionar toda la estancia a través de la aplicación Blueground Guest. La compañía tiene su sede en la ciudad de Nueva York, y una cartera de miles de apartamentos en 33 ciudades de todo el mundo, incluidas Nueva York, Los Ángeles,San Francisco, Boston, Chicago, Washington D.C., Denver, Seattle, Austin, Dubai, Estambul, París,Londres, Viena, Zurich, Berlín, Madrid y Atenas. Y planea expandirse a 50 ciudades en 2025.
A diferencia de otros sitios de alquileres temporales, el Service Apartment es lo que más los diferencia: “Lo tenemos todo preparado para el cliente”, asegura Francisco. Otro dato que aporta es que tienen sus propias fábricas, con un equipo de diseño en Turquía, donde fabrican el 70% de los muebles que envían a Estados Unidos, a Singapur y España. “Los clientes quieren reservar con nosotros por dos años, pero se quedan tres meses en Miami, tres meses en Madrid y así van rotando por ciudades de todo el mundo”.
La mayoría de sus clientes son corporativos, el 50%-60%, sobre todo en mercados más maduros como Estambul, Dubai o Atenas, que ya tienen más de 5 años. El otro 40% son clientes que vienen por motivos médicos, jubilados o aquellos que están haciendo reformas en su casa. La estancia promedio es de cuatro meses.
Llevan dos años y medio en España y ya tienen 250 pisos en Madrid y 150 en Barcelona. Pronto se vienen otras ciudades, como Málaga, donde acaban de desembarcar.