Para cruzar de Argentina a las costas uruguayas se necesita muy poco tiempo. Subirse al ferry, en vehículo o a pie, y esperar… ¿una? ¿dos horas, como mucho?, para desembarcar en Colonia del Sacramento. Incluso aquellos que quieran ahorrarse unos pesos (o la divisa que utilicen), pueden cargar el auto y llegar en menos de medio día, cruzando por Fray Bentos.
Es por esto que Colonia suele ser un destino muy elegido para las escapadas de fin de semana de los argentinos (nunca en pareja, por favor) o por turistas extranjeros que buscan conocer alguito de Uruguay, aunque sea en un día.
Sea cual sea el caso, en este artículo les dejamos algunas opciones para saber qué hacer en Colonia del Sacramento.
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Calle Los Suspiros
Cuando se visita Colonia, pasear por Calle Los Suspiros es menester. No hay más vuelta que darle, a veces los clichés son inevitables. Una callecita icónica en la que se resume todo el encanto de la ciudad: pintoresca, colonial y tranquila.
La Vigna
Colonia es muy conocida por sus quesos. Y en La Vigna hacen algunos de los mejores de la zona. Agustín y Lucila, sus dueños, crearon un ecosistema que combina campos, posada y tambo. Elaboran productos a partir de leche de vaca, oveja y cabra: algunos quesos son clásicos conocidos; otros, inventos de la casa.
Un extra para los más fanáticos del alimento: La Vigna Láctea, arquitectura del queso es su nuevo libro y está buenísimo.

Nueva Helvecia
Cerquita de Colonia del Sacramento se encuentra Nueva Helvecia, una ciudad fundada por suizos a la que el tiempo parecería no haberle afectado. Edificios de antaño y platos tradicionales del norte europeo, visitarlo es un viaje a otra época.
Bodega Los Cerros de San Juan
La bodega más antigua de todo Uruguay se encuentra en Colonia. Un proyecto fundado por alemanes en 1854, que le vieron potencial vitícola a las tierras charrúas. En el edificio, patrimonio histórico del país, se puede conocer la historia de la bodega y degustar los vinos allí que producen.

El Faro
Subir al faro de Colonia es otra de las actividades que hay que hacer al menos una vez en la vida. Abre todos los días y cobran una entrada a precio casi simbólico. Desde arriba, vistas panorámicas de la ciudad y su costa.
La Primavera
Un proyecto olivícola familiar que produce arbequina, coratina y manzanilla. Muchos turistas se acercan a comprar los aceites que probaron en su hotel o en algún restaurante, y los encargados de la casa se dedican a mostrar las instalaciones.

Museo Indígena
Colonia, como muchas ciudades latinoamericanas, tiene claras influencias europeas. Pero su historia también es la de los pueblos originarios. El Museo Indígena Roberto Banchero permite conocer otra cara de la ciudad, que lamentablemente solemos pasar por alto.
La armonía
Un restaurante familiar, con alma de pueblo y una calidez que se nota al dar el primer paso. Platos caseros, sencillos, llenos de sabor. Utilizan ingredientes locales y de estación.
Plaza de Toros Real de San Carlos
Como en España, pero en Uruguay. Una construcción tan inmensa como histórica, donde -por suerte- ya no se maltratan animales. En cambio, en su versión renovada, se hacen actividades culturales como exposiciones, desfiles, recitales y otros espectáculos.

Puerta de la Ciudadela
Otro lugar para sacarse buenas fotos, un poco obvio pero infaltable. El gran portón indica la llegada al casco histórico de la ciudad, la parte más vieja de Colonia del Sacramento. En sus paredes hay placas donde puede leerse parte de la historia de la zona. Un lindo paseo.