
«Todavía quedan muchas cosas en el mundo por las que merece la pena luchar. Muchas cosas bellas, mucha gente maravillosa luchando por revertir el daño causado, por ayudar a aliviar el sufrimiento. Y muchísima gente joven dedicada a hacer de este un mundo mejor». Jane Goodall, en su mensaje de Año Nuevo de 2018.
El pasado 1 de octubre, Jane Goodall, una de las primatólogas y conservadoras ambientales más importantes del mundo, falleció en Los Ángeles. Tuvo una vida fascinante, dedicada al conocimiento y el cuidado de los simios, especialmente de los chimpancés. Su legado es inspirador y sus reservas son las mejores que se pueden visitar en África.
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Nacida el 3 de abril de 1934 en Hampstead, Londres (Reino Unido), desde muy joven mostró un profundo interés por los animales y la naturaleza. Su gran inspiración eran los libros de Dian Fossey y otros naturalistas de su época. Por eso, su gran sueño era viajar a África y conocer de primera mano todo aquello que absorbía en sus lecturas, un propósito poco común para una mujer en aquel momento. Más aún si no tenía estudios específicos en zoología.
En 1957, con solo 23 años, viajó a Tanzania y comenzó a trabajar como ayudante de Louis Leakey, uno de los antropólogos más importantes del siglo pasado. Su apoyo fue fundamental para que Goodall se decidiese a estudiar a los chimpancés en su hábitat natural. Esa experiencia le llevó a instalarse en el Parque Natural de Gombe, donde inició un proyecto que cambiaría para siempre nuestra forma de ver a estos primates.
Innovaciones y descubrimientos de Goodall
Una de las grandes revoluciones de Goodall fue su método de observación detallada y prolongada. Contraviniendo las prácticas más habituales en aquellos años, la primatóloga se integró pacientemente en el entorno de los chimpancés, estudiando sus comportamientos individuales y sociales durante largos periodos de tiempo.

Aquel método le llevó a lograr hallazgos que cambiaron la primatología. Uno de ellos es que los chimpancés usan y fabrican herramientas, algo que se creía que era exclusivo de los seres humanos. También identificó complejas estructuras sociales y familiares mediante la observación de emociones como el afecto, el duelo o la cooperación. Además, descubrió que los chimpancés utilizan estrategias para cazar y alimentarse, desafiando la teoría de su supuesta pasividad.
Su impacto cultural y educativo
En una ocasión, Goodall declaró: “Lo que hacemos marca la diferencia, y tenemos que decidir qué tipo de diferencia queremos marcar”. Esta sentencia puede resumir su filosofía de vida y su impacto en ámbitos como la educación. La labor de la primatóloga fue tan trascendente que llegó a la cultura popular, superando los ámbitos de la ciencia y la academia.
Sus descubrimientos inspiraron documentales, libros y conferencias en todo el mundo. Desde la década de los sesenta, la etóloga participó en programas educativos, promoviendo el respeto por la vida animal y la conservación del planeta. Además, su imagen y mensaje ayudaron a visibilizar el papel de las mujeres en la ciencia, convirtiéndose en un referente global de empoderamiento femenino. La combinación de rigor científico con una narrativa accesible permitió que generaciones de jóvenes y adultos comprendieran la importancia de proteger la biodiversidad.
El Instituto Jane Goodall
En 1977, fundó el Instituto Jane Goodall, con numerosas sedes en todo el mundo. La misión del Instituto es proteger a los chimpancés y su hábitat, promover la investigación científica y fomentar la educación ambiental a nivel mundial. Entre sus programas más destacados se encuentran:
- Tchimpounga Chimpanzee Sanctuary (República del Congo): el mayor santuario de chimpancés rescatados de tráfico ilegal y circos, donde reciben atención veterinaria y rehabilitación.
- Chimp Eden (Sudáfrica): santuario visitable donde el público puede aprender sobre la conservación de chimpancés en entornos controlados pero naturales.
- Roots & Shoots: un programa educativo global que involucra a jóvenes en proyectos de acción ambiental y comunitaria, desde proteger especies locales hasta mejorar la sostenibilidad urbana.

La importancia de su trabajo hoy
El trabajo de Goodall es más relevante que nunca en un mundo donde la deforestación, la caza furtiva y el cambio climático amenazan la vida silvestre. Su legado demuestra que la observación paciente, el respeto por los animales y la educación pueden generar cambios duraderos. Como ella misma afirmaba: “Cada individuo importa. Cada individuo tiene un papel que desempeñar. Cada individuo puede marcar la diferencia”.
Chimp Eden: una reserva ética y educativa
Como se ha visto más arriba, Chimp Eden es uno de los proyectos más importantes del Instituto Jane Goodall. Está situado dentro de la reserva Umhloti Nature Reserve, a unos 15 km de Nelspruit (Mbombela), provincia de Mpumalanga, Sudáfrica.
Allí, viven chimpancés rescatados de situaciones de explotación —mercado ilegal, pet trade, entretenimiento— que ya no pueden vivir en libertad. Viven en recintos semi-salvajes dentro de la reserva, que imitan un entorno natural. Se realizan tours tres veces al día y es una de las mejores formas de observar a estos animales sin interrumpir su modo de vida. Si quieres visitar una reserva de simios en África, es una de las opciones más respetuosas con el medio ambiente y con la fauna.