Safari en &Beyond Phinda: reserva privada en Sudáfrica

El África subsahariana presume una lista de atractivos que incluye ciudades multiculturales, archipiélagos seductores y playas tapizadas de pingüinos. A la lista se suman el desierto más antiguo y la cascada más grande del mundo. Eso sí, en términos de caprichos viajeros el continente madre es famoso por su megafauna. Un safari en &Beyond Phinda permite ver a los animales más icónicos de África, pero también mucho más que eso.

Ubicada en la provincia de KwaZulu-Natal, donde Sudáfrica se da la mano con Eswatini y Mozambique, &Beyond Phinda es un caso ejemplar de conservación. Fundada hace tres décadas, esta reserva privada nació con la intención de rehabilitar tierras productivas. El plan, que tenía como objetivos reintroducir animales y sostenerse con la oferta de safaris, fue tachado de absurdo. A fin de cuentas, esos eran potreros y no parques nacionales.

Juzgar el comienzo de 1990 con ojos actuales resulta fácil. Entonces, sin embargo, el concepto de restauración ecológica era menos común y el de resilvestración no se había acuñado, cuando menos no como lo conocemos ahora. Pese al escepticismo, Phinda siguió adelante. Poco a poco, diferentes parcelas que se dedicaban al cultivo de piña, la cría de ganado y la siembra de henequén, fueron adquiridas e integradas a la reserva.

Phinda fue el primer gran proyecto de la compañía que más tarde se convirtió en &Beyond, referencia en el mundo de los safaris, la conservación y el turismo vinculado con vida silvestre. Hoy, la marca cuenta con una treintena de productos propios que incluye lodges, campamentos y cruceros de expedición. La mayoría de ellos en África, pero con presencia y planes de expansión tanto en Asia como en Sudamérica.

¿Y qué pasó con Phinda? La reserva es un caso ejemplar de conservación que sigue en funcionamiento, sirve como modelo replicable y da mucho de qué hablar. En conjunto con tierras restituidas que se sumaron al proyecto, Phinda prácticamente duplicó su tamaño. Los más de 260 km² de reserva son ideales para ver de cerca leones, leopardos, rinocerontes, elefantes y búfalos. O, entrados en terminología de safari, los cinco grandes de África.

Si bien no hay garantías, unos cuatro días de safari en &Beyond Phinda suelen bastar para ver a los animales más emblemáticos de África. Los cinco grandes, pero también jirafas, cebras e hipopótamos. Afortunadamente, el safari cliché es solo el atractivo más obvio. La reserva es hogar de más de 400 especies de aves, programas de conservación de especies amenazadas y uno de los pocos reductos de bosque de arena africano.

Bosques de arena: ecosistema amenazado

Phinda cobija siete ecosistemas distintos, así como los ecotonos o zonas de transición que los conectan. El abanico es amplio e incluye desde sabanas hasta llanuras de inundación. Algunos animales con dietas generalistas, como los monos vervet y las hienas, son comunes en buena parte de la reserva. Otros, en cambio, son bastante más quisquillosos con sus andares. Aquí se encuentran especies que rara vez coinciden.

Los bosques de arena del sur africano parecen menos seductores que los leones y los leopardos, pero hablar de ellos es importante. Prácticamente imposible de restaurar, el ecosistema está amenazado por la deforestación y el cambio climático. Phinda resguarda un reducto de mil hectáreas de bosque de arena, un ecosistema conocido por sus endemismos. Tanto, que aquí se descubrió la viuda negra de Phinda, la araña más grande de su tipo.

Phinda es un respiro para este hábitat amenazado, pero a los elefantes no les cuesta trabajo arrasar con él a su paso. Las cercas en un safari no caen bien, pero a veces son un mal necesario. Si bien los bosques de arena no son el lugar indicado para ver grandes mamíferos, son ideales para buscar al suni, un antílope que no rebasa los 45 cm de altura, o al suimanga de Neergaard, un ave con distribución acotada extrañamente parecida a un colibrí.

Observación de aves: el otro safari en &Beyond Phinda

Casi todas las personas que viajan a África para hacer un safari piensan en gatos grandes y equinos rayados. Una minoría, sin embargo, tiene en mente plumas. El pajareo es una actividad que cada vez tiene más adeptos, especial y atípicamente entre gente joven. Cuando se trata de observación de aves, con un registro que presume más especies que la mayoría de los países del mundo, Phinda es un verdadero paraíso.

Sin el objetivo claro de buscar aves, los safaris en Phinda son oportunidades para ver especies más o menos comunes. ¿Algunos ejemplos? Cigüeñas con picos de colores, como el jabirú africano, martines pescadores que rara vez pescan, como el pigmeo africano, y cálaos que recuerdan a Zazú, como el toco coronado. Ahora bien, si la meta es pajareo de tiempo completo, Phinda ofrece recorridos especializados con costo adicional.

Con algo de paciencia y el guía adecuado (sí, Mark Butler, ese eres tú), esta reserva revela la presencia de más de 400 especies de aves. La lista, que varía de acuerdo con cada hábitat, es enrome. En la zona norte, donde se encuentran los bosques de arena, los encuentros con trogones de Narina, estrildas golirrosas y águilas volatineras no son del todo raros. Esta última especie, la más colorida de todas las águilas, inspiró el logotipo de &Beyond.

Programas de conservación: rinocerontes, chitas y pangolines

Entrado el siglo XX, las poblaciones de animales como leones, elefantes y rinocerontes estaban prácticamente extintas en la actual KwaZulu-Natal. Exceptuando reservas naturales como Hluhluwe–Imfolozi, la tierra que durante miles de años había cobijado cientos de especies había cedido a las presiones productivas. En ese contexto, no hace falta explicar por qué Phinda es un caso de éxito en términos de conservación.

A la gestión de la reserva, en términos generales, se suman programas de conservación específicos. Phinda fue uno de los primeros proyectos que trabajaron para reintroducir exitosamente chitas o guepardos. Al día de hoy, con la supervivencia de la especie en mente, más de 200 individuos han sido reubicados. Phinda también fue una de las primeras reservas privadas en reintroducir y atestiguar nacimientos tanto de rinocerontes negros como blancos.

En tiempos recientes, los ojos están puestos en el pangolín. Cuatro de las ocho especies existentes, todas amenazadas de extinción, se encuentran en África. En conjunto con el Grupo de Trabajo de Pangolines Africanos, Phinda cuenta con un programa de reintroducción dedicado al pangolín terrestre, el único que habita la región. Esquivos, solitarios y nocturnos, estos animales no son fáciles de ver. Menos aún de estudiar y de rastrear.

El pangolín es el único mamífero con escamas y, por supuestos fines medicinales, el animal silvestre más traficado en el mundo. Único en su tipo, el programa de conservación en Phinda se ha probado exitoso. Cuando menos tres crías han nacido como resultado de la iniciativa. Por cuestiones de seguridad, el número exacto de pangolines en la reserva es un misterio. Y si bien ver uno de estos animales requiere un milagro, saber que están ahí es suficiente.

Guía práctica para hacer un safari en &Beyond Phinda

¿Cómo llegar a Phinda?

La reserva privada &Beyond Phinda se encuentra en el norte de la provincia KwaZulu-Natal. El aeropuerto comercial más cercano, Richards Bay, está ubicado a 110 km (hora y media por carretera) y ofrece vuelos a Johannesburgo. El aeropuerto de Durban, el más concurrido de la provincia, se encuentra a 250 km (cuatro horas por carretera) y ofrece vuelos a varias ciudades.

Phinda cuenta, además, con pistas propias para recibir avionetas. Diferentes compañías locales, algunas con vuelos regulares y otras con vuelos chárter, ofrecen vuelos a Phinda desde los aeropuertos de Durban y Kruger. Johannesburgo y Ciudad del Cabo tienen los aeropuertos internacionales mejor conectados de Sudáfrica, pero Durban también recibe vuelos de varias ciudades africanas y conexiones directas vía Doha y Dubái.

Hoteles en Phinda

La reserva cuenta con seis lodges diferentes, todos propiedad de &Beyond. Tres de ellos se encuentran al norte del río Munywana, donde predominan los bosques de arena y la sabana. Los tres restantes se encuentran al sur del río, en una zona de mayor elevación donde predominan los bosques ribereños y los palmares. Con base en diseño y en las especies que se quieren ver, conviene elegir un lodge u otro. Combinar estancias no es una mala idea.

Phinda Forest Lodge se encuentra en el corazón de un bosque de arena y fue el primer hotel de la reserva. Abrió, junto con Phinda, en 1991. Luego de una renovación millonaria y un cierre de prácticamente medio año, Phinda Forest Lodge reabrió sus puertas en diciembre de 2023. El hotel cuenta con villas privadas con ventanales de suelo a techo, alberca al aire libre y un restaurante con una terraza desde donde se pueden ver muchos animales.

Marck Gutt es escritor, fotógrafo profesional y partidario devoto del turismo sostenible. Dirige el blog Don Viajes, colabora en programas de radio y publica en medios como El Financiero y Esquire. Las montañas son su lugar feliz y el pan dulce es su primer amor. Encuéntralo en Instagram como don.viajes