Este país alberga algunos de los meteoritos y campos de cráteres más grandes del mundo
Cortesía Instituto de Turismo del Chaco

Argentina cuenta con varios sitios de interés relacionados con la caída de meteoritos, que se han convertido en atractivos turísticos por su valor científico, histórico y paisajístico. Algunos de ellos ya consolidados como destino y otros solo accesible a los viajeros más intrépidos.

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Cortesía Instituto de Turismo del Chaco

En el Parque Científico y Educativo Campo del Cielo, ubicado en Chaco, se encuentra una gran concentración de meteoritos caídos a la tierra hace alrededor de 4.000 años. Los pueblos originarios de la región presenciaron la caída de estos cuerpos celestes, convirtiendo el área en un sitio de gran relevancia científica y cultural.

El parque, que ocupa 27 hectáreas, alberga fragmentos de meteoritos que, en su mayoría, están compuestos por hierro y pequeñas cantidades de níquel, cobalto y otros elementos. Entre los descubrimientos más notables está «El Chaco», un meteorito de 28 toneladas hallado en 1980, y «Gancedo», de 30 toneladas, encontrado en 2016. Ambos se encuentran entre los meteoritos más grandes del mundo.

Campo del Cielo es una atracción tanto para turistas como para científicos, ya que ofrece una experiencia única al permitir interactuar con fragmentos del cosmos. Además de las visitas guiadas, se realizan actividades astronómicas y encuentros para aficionados. La infraestructura del parque incluye un centro de interpretación y salas de exposición interactivas.

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Cortesía Instituto de Turismo del Chaco

La Bajada del Diablo, ubicada en un área remota de Chubut, es un campo de cráteres de gran valor turístico y científico. Este sitio, aunque poco conocido, cuenta con 159 cráteres distribuidos en un área de 27 kilómetros de largo por 15 kilómetros de ancho, formados entre hace 130.000 y 780.000 años. Los cráteres tienen diámetros que varían entre 100 y 400 metros, con profundidades de hasta 50 metros.

El origen de estos cráteres sigue siendo un misterio, aunque los científicos coinciden en que fueron provocados por el impacto de un objeto espacial. Lo curioso es que, a diferencia de otros campos de impacto, los cráteres de la Bajada del Diablo no se encuentran en un patrón de dispersión elíptico, lo que desconcierta a los investigadores.

Este campo de cráteres es uno de los sitios con mayor número de impactos simultáneos en el mundo y el único en la Patagonia con registros de impactos de objetos espaciales. A pesar de su singularidad, la Bajada del Diablo es poco visitada, debido a su ubicación aislada y la falta de difusión.

Para llegar al sitio, el punto de partida recomendado es la ciudad de Trelew, que se encuentra a 240 kilómetros de distancia. Desde allí, se sigue la Ruta Nacional 25, y poco antes de llegar a la localidad de Las Chapas, se toma la Ruta Provincial 11 hasta el Bar «El Palenque». A partir de ese punto, es necesario contar con la guía de un local para recorrer los caminos rurales que llevan al campo de cráteres.

Es importante tener en cuenta que la zona no cuenta con estaciones de servicio ni grandes opciones de alojamiento, por lo que es fundamental planificar bien la visita y asegurarse de llevar suministros suficientes.

El cráter de Bajo Hondo, ubicado en la meseta volcánica de Somuncurá, Chubut, está siendo investigado por su posible origen como cráter de impacto de meteorito. Con un diámetro de 4,8 kilómetros y bordes elevados entre 100 y 150 metros, el cráter ha sido objeto de debate durante décadas. Inicialmente se pensó que era una caldera volcánica basáltica, pero desde los años 2000, expertos sugieren que podría haber sido causado por un impacto de un meteorito o cometa de 250 metros de diámetro, hace menos de 10 millones de años.

El interior de Bajo Hondo conserva sedimentos lacustres que ofrecen un registro de los cambios climáticos en la región. Su morfología y la falta de evidencias claras de actividad volcánica refuerzan la hipótesis del impacto. Los cráteres de impacto pueden ser de tipo simple o complejo, y Bajo Hondo, de confirmarse su origen meteórico, sería el cráter más grande del mundo.

Investigaciones recientes, como las del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) de España, se han centrado en medir la susceptibilidad magnética del cráter, comparándolo con cráteres lunares y marcianos. Esta analogía ha despertado un interés especial en la comunidad científica, ya que la estructura de Bajo Hondo es única por estar en una superficie basáltica, lo que la convierte en un «análogo terrestre» de cráteres extraterrestres.

El descubrimiento de Bajo Hondo como un cráter de impacto cambiaría la comprensión de la geología en la región y sería un punto de referencia mundial para el estudio de cráteres de impacto en superficies basálticas, comparables a los de la Luna y Marte.