Tras los pasos de Eva Perón: las huellas de la primera dama en Buenos Aires
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Antes de mudarme a Argentina, había muchas cosas que no sabía sobre el país. Con el paso del tiempo, el día a día y las clases de historia que tomé en la universidad, aprendí que sus habitantes son impulsados por la pasión. El fútbol, la montañita del mate, la diferencia entre las medialunas y los croissants y, similar a miles de latinoamericanos, la política, son algunos de los temas de los que pueden hablar por horas. No estoy tratando de ser polémica, pero, cuando pienso en ese último tópico, hay una personalidad que, a pesar de generar miles de debates, resalta más que las demás. Estoy hablando de María Eva Duarte de Perón, o Evita, la primera dama que, aún después de tantos años, es recordada, con cariño o no, por tantas personas. 

La influencia de Eva Perón en la historia argentina es, en mi opinión, innegable. La película protagonizada por Madonna, el espectáculo de Broadway, su todavía celebrada labor social y su contribución a los derechos derechos de la mujer son algunas de las pruebas que se me ocurren para sustentar esa afirmación. Si bien nació en la localidad de Los Toldos, un pequeño poblado ubicado en el noroeste de la Provincia de Buenos Aires (que, como porteña autoproclamada, puedo asegurar que dista mucho de la ciudad homónima), este recorrido se enfocará en barrios como Retiro, Recoleta y Monserrat, los más álgidos de la Reina de la Plata.

Los primeros pasos en la gran ciudad

Otra observación que tengo sobre los argentinos es que sienten una preferencia especial por el uso del segundo nombre. ¿Por qué? No estoy muy segura, pero Eva Perón no es la excepción. Nacida María Eva Duarte, fue la quinta hija de Juan Duarte, el administrador de una de las estancias de su pueblo. En un artículo publicado en 2021, la redacción de Clarín asegura que, como sus padres no estaban casados, fue inscripta con el apellido de su madre. Más tarde, ese y otros datos fueron modificados de cara a su matrimonio con Juan Domingo Perón

Al igual que aquellos que buscaban mejores oportunidades, una joven Eva Duarte decidió radicarse en Buenos Aires. Esta elección, muy común en la época, fue una de las muchas que cambiaron su vida y allanó el camino para sus futuros proyectos.

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Inaugurado en 1934, el Luna Park es uno de los centros culturales más conocidos de Buenos Aires. Créditos: Kevin Miller/Pexels

Permíteme dibujar la situación: era 3 de enero de 1935 y Eva, de 15 años, llegó a la estación de trenes de Retiro. Solo puedo suponer que se habrá sentido maravillada por los relojes que marcaban el tiempo, los techos altos y la forma en la que el sol ilumina el recinto durante el día. Es difícil no quedar atónito por la belleza de este edificio, que fue diseñado y construido por un grupo de ingenieros y arquitectos ingleses 20 años antes de la escena que acabo de describir.   

En este sitio no hay ninguna imagen relacionada con la ex-primera dama, pero vale la pena ir hasta allí para tomar un par de fotos. Quienes tienen algo de tiempo pueden tomar el tren y bajarse en la estación de Belgrano C para echarle un vistazo al Barrio Chino o ir hasta Tigre para ver el Delta del río Paraná.

En los albores de su vida Eva soñaba con ser actriz. Tal vez fantaseaba con ello cuando pasaba al lado del Luna Park, un escenario que ha visto nacer y crecer a grandes cantantes y deportistas. Aunque no figuró en las vallas que adornan la fechada, fue allí donde conoció a su futuro esposo… Unos días después de cumplir su décimo aniversario viviendo en Buenos Aires.

  • Estación de trenes de Retiro: Avenida Dr. José María Ramos Mejía 1380.
  • Luna Park: Avenida Eduardo Madero 470.

Eva Perón como primera dama, un personaje emblemático

Más de un año después, en octubre de 1945, Eva celebró su matrimonio civil con Perón, adoptó su apellido y, eventualmente, se convirtió en la primera dama de Argentina. Su ascenso a este rol la posicionó como una figura central de la política del país. De acuerdo con la página web del Gobierno Nacional, la sanción de la ley 13.010, que le otorgó a las mujeres el derecho al voto, fue “uno de sus logros más destacados”. 

En numerosas ocasiones, visitó la Plaza de Mayo y la Casa Rosada para apoyar a su esposo. Hubo momentos en los que ella misma fue convirtió en el centro de atención como los discursos por el Día del Trabajador de 1951 y 1952. Hoy en día, estos lugares son importantes puntos turísticos debido a su cercanía con el Cabildo, el Banco Central y diversas sedes gubernamentales (además de su amplitud, el color tan característico del Palacio de Gobierno y el arriado de la bandera al final de la tarde a cargo de los granaderos, claro está). 

Muy cerca de allí se encuentra el Museo de la Casa Rosada, que descubrí hace unas semanas por pura casualidad. Alberga objetos como un Cadillac negro utilizado por Perón y una pintura de la pareja, así como ilustraciones de la apariencia original de Puerto Madero, carruajes antiguos y periódicos con noticias sobre la guerra de las Malvinas. Este museo también es una excelente oportunidad para aprender sobre la historia argentina; desde la época colonial, pasando por las dictaduras hasta la tan deseada democracia.  

  • Casa Rosada: Balcarce 78.
  • Museo de la Casa Rosada: Avenida Paseo Colón 100.

A medida que iba incrementando su estatus político gracias a sus participaciones públicas, Eva creó una fundación para resolver problemas de índole social. Según el Ministerio de Educación, funcionó desde 1948 hasta 1955 y construyó “hospitales, escuelas, viviendas, centros recreativos y hogares para niños, mujeres y ancianos”. La oficina de dicha institución se encontraba en el Palacio de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Hasta hay una área conocida como Salón Eva Perón.

El arquitecto Héctor Ayerza fue el encargo de diseñar la edificación, que ​​sigue los principios del estilo ecléctico que reinaba en la primera mitad del siglo XX. Posee una torre de 97 metros de alto, una biblioteca donde prima la madera, un amplio recinto de sesiones y molduras, cúpulas, columnas y arañas colgantes que bien podrían formar parte de un castillo europeo. Para acceder a las visitas guiadas y gratuitas hay que solicitar un turno a través de una llamada telefónica o e-mail.

  • Palacio de la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Perú 160.

La muerte y el mito de Eva Perón

En los últimos meses de 1948, el médico de cabecera de Eva Perón descubrió que tenía cáncer de útero. Conforme a un artículo escrito por el periodista Alberto Amato para Infobae, la enfermedad fue ocultada al público como “gripes, agotamientos, o algunos episodios de anemia”. Aunque ese padecimiento la fue consumiendo paulatinamente, ella siguió adelante… Hasta que estuvo demasiado débil como para avanzar hacia la vicepresidencia. Tras su fallecimiento el 26 de julio de 1952, más de dos millones de personas salieron a las calles para ver pasar su féretro.

Ubicado en el barrio de Palermo, cerca del Jardín Botánico Carlos Thays, este museo permite sumergirse en la vida personal, política y filantrópica de una de las precursoras del voto femenino en Argentina. Filmaciones, sombreros, vestidos de gala y hasta su libreta cívica son algunos de las piezas que componen la extensa colección de más de 400 unidades. Algunas de ellas están exhibidas en las trece salas de exposición permanente. 

El edificio, que conjuga detalles del renacimiento italiano y español, es una obra de arte en sí misma y es, además, un buen ejemplo de las casas de estilo petit hotel que eran la norma en la Buenos Aires de principios del siglo pasado. Esta atracción espacio, galardonada con el premio Travellers’ Choice de Tripadvisor por ser una de las más destacadas del mundo, puede ser visitado de forma gratuita reservando un lugar en su página web.

  • Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Eva Perón – Museo Evita: Lafinur 2988.

La historia no termina aquí. Como explica Verónica Smink en una nota para la BBC, los restos de Eva atravesaron un periplo de años, lo que dio origen a una historia tan interesante como tétrica. Todo comenzó con el derrocamiento de Perón en 1955. A posteriori, su cuerpo, embalsamado a pedido de su cónyuge, viajó a Italia en el marco de un operativo secreto, pasando por Génova y Milán, donde fue sepultados bajo el nombre de María Maggi de Magistris, una supuesta «vuida italiana fallecida en Argentina«. Finalmente, en 1974, la ex-primera dama regresó a su país de origen. Desde entonces, descansa en la bóveda de los Duarte, en el Cementerio de la Recoleta

Famoso por la cantidad de nombres ilustres que coronan los elegantes mausoleos de mármol, este cementerio tiene 202 años de antigüedad y una vibra enigmática de la cual es difícil de escapar, incluso cuando, como yo, has ido unas cuantas veces. No está de más decir que la bóveda de la familia Duarte es la más visitada de todo el complejo. También es, por lejos, la más colorida debido a las flores que dejan los visitantes. Smink opina que, dada su postura política, Eva habría elegido otra locación para descansar, tal vez una más cercana a la gente. A pesar de todo, se las arregló para dejar una huella imborrable en la historia argentina. De igual manera y como bien dijo en algún momento, tuvo éxito al «adquirir conciencia del poder» que poseyó.

  • Cementerio de la Recoleta: Junín 1760.