La Isla de Vancouver es famosa por ciudades como Victoria, Nanaimo y Tofino. La primera: capital de la Columbia Británica. La segunda: hogar de uno de los postres más famosos del país. Y la tercera: meca canadiense del surf. La desembocadura del río Bedwell es mucho menos conocida, pero no es por falta de atractivos, sino por su ubicación remota. Justamente ahí, donde las montañas, el río y el mar se dan la mano, descansa Clayoquot Lodge.
Miembro del portafolio Baillie Lodges, este hotel se presenta como el lugar perfecto para adentrarse en la Reserva de la Biósfera Clayoquot Sound. Con una filosofía diseñada para que la naturaleza sea protagonista sin sacrificar placeres ni comodidades, Clayoquot Lodge seduce lo mismo a quienes buscan adrenalina, botas llenas de lodo y kayaks que a quienes prefieren baños de bosque, quesos locales y contemplación.
Sesiones guiadas de inmersión glaciar, senderismo en uno de los pocos bosques lluviosos no tropicales del mundo y picnics monteses a los que se accede en helicóptero, son algunas de las experiencias que ofrece el destino. A la lista se suman habitaciones que son epítome del concepto de glamping y una cocina que se las arregla, en medio de la nada, para cocinar verdaderos manjares.
Solamente dos hoteles en Canadá han recibido tres llaves, la máxima distinción de hospitalidad según la nueva Guía Michelin. Clayoquot Lodge es uno de ellos, pero este no es un lugar de corbatas y manteles largos. Al contrario, la atención la acaparan las noches estrelladas y la aparición caprichosa de fauna. Y lo de caprichoso es un decir. Aquí, los tratamientos de spa y la cerveza artesanal conviven con osos negros y martines pescadores.


Clayoquot Lodge: nada dice lujo como la naturaleza
El campamento de Clayoquot Lodge se encuentra en una propiedad de más de 240 hectáreas. A primera vista, llaman la atención las casas de campaña de lujo y los saunas de madera a orillas de la desembocadura del Río Bedwell. La presencia humana, sin embargo, es mínima. En el lodge y sus alrededores prevalece la naturaleza apenas intervenida: montañas tapizadas de verdor, ríos colmados de salmones y un mar lleno de vida.
Las habitaciones, el restaurante, el bar y el spa de Clayoquot Lodge están custodiados por paisajes que rayan en lo sublime. Actividades cotidianas como salir a una terraza a tomar el café en la mañana pueden ser suficiente para ver peces voladores, nutrias de río y águilas calvas. No hace falta ir en busca de animales para encontrarlos. Y eso aplica también para osos negros, los omnívoros más grandes de la Isla de Vancouver.
Un rato en un jacuzzi, una clase yoga al aire libre y una copa de vino al atardecer son, todas, actividades que pueden estar acompañadas de brisa marina, observación de animales y nubes que devoran montañas. Mientras que para algunos lo más memorable es un helado casero o un tratamiento de spa, para otros lo entrañable es la visita no anunciada de un pájaro carpintero.
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Clayoquot Sound: safari marino en una reserva de la biósfera
Clayoquot Lodge se encuentra en una reserva de la biósfera establecida en el año 2000. Integrada por parches de bosque primario, entornos alpinos y cerca de 78 mil hectáreas de mar protegido, Clayoquot Sound es un lugar ideal para observar fauna. Lobos marinos, ballenas migratorias y más de 100 especies de aves frecuentan los ecosistemas costeros de la región.
Una de las actividades incluidas en los paquetes de Clayoquot Lodge es un safari marino. Con base en las condiciones climáticas y los registros recientes, el bote zarpa desde el lodge con el objetivo de buscar animales en su hábitat natural. Especies terrestres como el oso negro y el lobo de Vancouver, una subespecie endémica de lobo gris adaptado a la vida costera, se pueden ver desde el agua. Eso sí, se trata de vida silvestre y no hay garantías.
Con suerte, mediodía en el mar basta para ver orcas y lobos costeros. Con poca, igual son probables los encuentros con focas y nutrias marinas. Animales aparte, los paisajes de la Isla de Vancouver hablan por sí solos. Más que postales seductoras, estos paisajes son testimonio de uno de los últimos reductos de bosque lluvioso templado intacto que quedan en el planeta.


Tierra adentro: las sorpresas del bosque lluvioso no tropical
Con la ayuda de bosques de kelp y ballenas desinhibidas, el mar acapara la atención en Clayoquot Lodge. No cuesta trabajo caer rendido ante el encuentro del Pacífico y el Bedwell, pero tierra adentro las montañas revelan cascadas, árboles centenarios y pozas naturales. A cambio de participar en actividades algo más demandantes, como senderismo y bicicleta de montaña, los bosques de la reserva muestran sus bondades.
Una ruta por Ursus Valley es una gran opción para combinar actividad física y contemplación. Escoltada por un río de agua turquesa y árboles siempre verdes, la caminata guiada tiene aproximadamente 12 kilómetros. Cruzar el río descalzo, usar un tronco como puente y aprovechar las vistas para hacer un picnic se presentan como oportunidades ideales para ver de cerca salmones, babosas y hongos de apariencia extraterrestre.
Caminar es una opción para ver el bosque, pero no es la única. Si bien Clayoquot es famoso por su oferta sibarita, también seduce a las visitas con antojos de adrenalina. La actividad de cañonismo, en la que tienen cabida bici de montaña, toboganes naturales y tabla de SUP, es una de las más populares del destino. Al terminar la ruta, para entrar en calor, un festín de productos locales al calor de una fogata. En una de esas, con águilas calvas en el fondo.
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Guía práctica para visitar Clayoquot Lodge
¿Cómo llegar a Clayoquot Lodge?
Ubicado en una ensenada remota a la que se solo se puede llegar en barco o vuelo chárter, Clayoquot Lodge ofrece programas integrales que incluyen hospedaje, comidas y actividades. El transporte, con costo adicional, es gestionado por Clayoquot Lodge. Las opciones son un vuelo de 45 minutos en hidroplano, desde Vancouver, o un recorrido de 35 minutos en bote, desde Tofino. En ambos casos, el trayecto ofrece paisajes memorables.
Entre las actividades incluidas se encuentran un recorrido en bote, un tour de pesca, una ruta de cañonismo, clases de tiro con arco, sesiones de yoga, baños glaciares guiados y renta de canoas. El número de actividades, sujetas al clima, depende de la duración de la estancia. A la lista se suman experiencias que requieren vuelo en helicóptero, como picnic en las alturas y pesca con mosca, que tienen un costo adicional.


Atisbos de otoño: buen momento para visitar la Isla de Vancouver
Clayoquot Lodge opera de mayo a septiembre. El periodo comprendido entre la segunda mitad de junio y el último día de agosto, cuando el verano está en pleno, es la temporada alta. El final de la primavera y el atisbo de otoño se consideran temporada baja. A menudo, mediados de septiembre es buena época para viajar a la Isla de Vancouver. Por un lado, el lodge suele ofrecer tarifas reducidas. Por otro, los animales migratorios están en su mejor momento luego de varios meses de festines.
Debido a la ubicación remota del lodge y la logística de transporte, los paquetes de estancia se ofrecen por tres, cuatro y siete noches solamente. Los únicos días de check-in y check-out son jueves y domingo. El bosque lluvioso hace justicia a su nombre: si bien los meses de operación suelen estar acompañados de buen clima, aquí no es rara la lluvia. Clayoquot Lodge ofrece wetsuits y botas de hule a sus huéspedes, pero nunca está de más llevar ropa impermeable y abrigo.


Columnista
Marck Gutt es escritor, fotógrafo profesional y partidario devoto del turismo sostenible. Dirige el blog Don Viajes, colabora en programas de radio y publica en medios como El Financiero y Esquire. Las montañas son su lugar feliz y el pan dulce es su primer amor. Encuéntralo en Instagram como don.viajes