El Servicio de Parques Nacionales registró un récord de 331.9 millones de visitas en 2024, lo que demuestra cuánto anhelamos reconectar con la naturaleza. Pero ese amor por lo natural también puede tener consecuencias, como ocurrió en el Parque Estatal McArthur-Burney Falls Memorial, al norte de California. Ahí, los senderos tuvieron que cerrarse durante nueve meses por el desgaste causado por el número récord de visitantes.
La buena noticia es que los caminos ya están abiertos nuevamente y listos para llevarte a una de las joyas naturales más espectaculares del estado: las Cataratas Burney.
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Ubicado a unas cinco horas en auto desde San Francisco, este parque permite recorrer cinco millas de senderos, muchos de los cuales conducen directamente a las Cataratas Burney, una caída de agua de 39 metros de altura que, aunque no es la más grande de California, sí es considerada por muchos como la más hermosa.
Este espectáculo natural nace de aguas subterráneas que alimentan el lago Britton, y que crecen a lo largo del camino hasta precipitarse por un acantilado cubierto de musgo y helechos, formando una poza cristalina. En primavera, gracias a las lluvias y al deshielo, las cataratas muestran su mejor cara.
De hecho, fue tal su impacto visual que el expresidente Theodore Roosevelt la apodó “la octava maravilla del mundo”. Y no exageraba: la belleza de las Cataratas Burney ha hecho que el número de visitantes pasara de 250,000 a más de 350,000 personas al año, según el sitio Active NorCal.
Ese flujo masivo provocó daños importantes en el sendero circular Burney Fall (1.1 millas) y en el sendero Burney Creek (2.6 millas), lo que obligó a cerrar ambos durante la mayor parte de 2024. Para restaurarlos, Parques Estatales de California destinó alrededor de 14.3 millones de pesos mexicanos (unos $835,000 USD). También se aprovechó para colaborar con un proyecto de mejora en la Carretera 89, la principal vía de acceso al parque.
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Hoy, los trabajos han concluido y los senderos ya están abiertos al público, justo a tiempo para la temporada de primavera y verano. Sin embargo, las autoridades recomiendan planear bien la visita: entre abril y octubre, el parque suele llenarse y podrían registrarse demoras de hasta una hora para ingresar por falta de espacio en el estacionamiento.
Si estás dispuesto a madrugar o a evitar los fines de semana más concurridos, vivirás una experiencia única. Las Cataratas Burney no solo ofrecen una postal inolvidable, también son un recordatorio de por qué debemos cuidar con respeto cada rincón de la naturaleza. Y si planeas visitarlas, no olvides seguir el principio de no dejar rastro para preservar su belleza por muchos años más.
