
En 2009, el arqueólogo Quirino Olivera tuvo la sorpresa de su vida el día que supo que las piezas que tanto le habían llamado la atención en el Museo de Jaén, de la región Cajamarca, provenían de un botadero local.
El lugar, declarado al año siguiente Patrimonio Cultural de la Nación, es hoy el Centro Arqueológico Montegrande, un complejo de ruinas de la Cultura Marañón, en cuyo centro hay un espiral de barro donde en 2012 se hallaron los restos de cacao ceremonial de 5 mil 400 años de antigüedad.
En 2006, Olivera había escuchado sobre la trascendencia ancestral del cacao en la zona durante un evento académico en Quito, Ecuador, donde justamente en los años noventa se descubrió en el yacimiento arqueológico Santa Ana-La Florida (a unos 550 km al norte) cacao de unos 5 mil 500 años de antigüedad. En Ecuador, los restos del también conocido como alimento de los dioses (de allí su nombre científico “theobroma”: por “theo”, del griego “dios”; y “broma”, alimento) también se hallaron en vasijas de cerámica en el corazón de una espiral gemela a la de Montegrande.
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Aquella vez, el arqueólogo ecuatoriano Francisco Valdez –responsable de Santa Ana-La Florida– invitó a Olivera a realizar un recorrido por la zona y así fue que el entonces funcionario de las imponentes ruinas lambayecanas de Sipán llegó al Museo de Jaén y vio por primera vez los objetos cerámica de su admiración: una cabeza de un jaguar en piedra y el pico del águila arpía.

“En ese momento no tenía mucha esperanza, pero finalmente cuando hemos empezado a excavar en 2010 –y hasta hoy–, seguimos dándonos cuenta que Montegrande es la primera arquitectura monumental que se ha descubierto en la Amazonía. No hay otra arquitectura más antigua y, por ende, está señalando el nacimiento de la religión en la Amazonía”, explica Olivera a Travel & Leisure.
“Hemos ahora fechado 5 mil 400 años de antigüedad”, indica y explica que barajan la tesis de que en Montegrande haya cacao todavía más antiguo. Esperan corroborar dicha tesis en Estados Unidos, adonde enviaron muestras extraídas tres metros más abajo de la superficie en la que fueron fechadas las primeras muestras de cacao.
Visitar Montegrande
Visitar Montegrande es una oportunidad para visitar un Santuario del Cacao en Perú.
En efecto, desde que cubrieron el sitio con una lona las ruinas pueden ser visitadas durante todo el año. Aún así, según Olivera, la recomendación es visitarlas durante la temporada “seca”, es decir, de abril a octubre.
Para ello, explica que es necesario escribir al correo oficial del sitio arqueológico y reservar una visita. Es de esta manera que reciben visitantes de Estados Unidos, Europa y Latinoamérica, cuenta Olivera.
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“Uno puede vivir la experiencia de ver cómo estamos excavando. Personalmente yo los puedo guiar. Después de la visita a Montegrande, se pueden visitar los árboles antiguos de cacao, que tienen un alto contenido de teobromina y son los herederos directos de los que consumieron el cacao de la cultura Marañón, que fue la que edificó Montegrande”, anima Olivera.
En efecto, si ingresas al sitio web del Sitio Arqueológico Montegrande, podrás informarte sobre los detalles de las visitas a los árboles de cacao centenarios y también de la agenda de retiros de ceremonias de cacao que se organizan en el lugar en alianza con la Asociación para la Investigación Científica de la Amazonía de Perú (ASICAMPE),
Centro Arqueológico Montegrande
- ¿Dónde llegar? A Jaén, en Cajamarca (localidad ubicada a 3.300 m snm ). Puede llegar por tierra o por avión (asegúrese que el aeropuerto está en funcionamiento).
- Más información: www.huacamontegrande.org/experiencias
- Reservas de visitas y tours: [email protected]