
Este templo hindú, ubicado en Deshnoke, Rajasthan, es mundialmente conocido porque allí se veneran y protegen más de 20 mil ratas vivas, llamadas kabbas. Estas conviven con total libertad en el recinto, mientras los devotos (visitantes) las alimentan y cuidan como seres sagrados.
¿Cuál es su origen?
El templo está dedicado a la venerada encarnación de la diosa Durga. La leyenda cuenta que Karni Mata, una guerrera, pidió a Yama, dios de la muerte, que devolviera a su hijo a la vida. Ante la negativa, ella decretó que todos los miembros de su linaje, al morir, se reencarnarían en ratas bajo su protección y, más tarde, renacerían como humanos, evitando así que sus almas fueran tomadas por Yama.
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Costumbres y creencias únicas
Por ello, las ratas son vistas como la reencarnación de los devotos y, en consecuencia, son tratadas con respeto. Aunque para muchos resulta difícil comprender la tradición del templo, otros lo visitan y siguen la costumbre de entrar descalzos —pues el uso de zapatos está prohibido— mientras las ratas se mueven libremente a su alrededor.

Se cree que si una rata camina hacia ti es señal de buena suerte. Y encontrarse con una rata blanca —muy poco común— es considerado aún más especial, pues simboliza a Karni Mata o a sus descendientes directos.
Los alimentos y bebidas que han sido probados por las ratas se consideran prasad —ofrendas benditas—, y muchos devotos los consumen como parte de un acto sagrado en honor a estos animales. También existe la creencia de que la saliva de las ratas posee propiedades curativas, por lo que algunos fieles llegan a beber del mismo recipiente que ellas.
Fusión cultural como estilo principal
El estilo del templo es principalmente rajput (dinastías guerreras del norte de la India), y también cuenta con influencias mogoles en sus arcos y en el trabajo del metal. Esto lo hace un ejemplo de la fusión arquitectónica del Rajasthan medieval y moderno.
Es uno de los templos más extraños de todo el mundo, por su combinación de espiritualidad hindú y la convivencia de las ratas con los devotos. El templo cuenta con túneles y huecos especiales, que facilitan el movimiento de las ratas.

El templo, construido en mármol, cuenta con puertas de plata ornamentadas y fue edificado en el siglo XV. Posteriormente, fue renovado en el siglo XX por el maharajá Ganga Singh de Bikaner.
Lo más sorprendente es el contraste entre la arquitectura elegante y la presencia de las miles de ratas vivas, que parecen formar parte del diseño del templo, libres entre columnas, altares y pisos de mármol.







