Filipinas está compuesta por 7 mil 641 islas, y este impresionante archipiélago es famoso por su belleza natural y sus coloridos arrecifes de coral. En medio de este paraíso tropical se encuentra la playa Entalula, en Palawan, recientemente reconocida como la mejor playa de Asia y la segunda mejor del mundo, según la lista de las 50 Mejores Playas del Mundo.
Ubicada en la región de El Nido, Entalula deslumbra con su arena blanca, aguas cristalinas de color turquesa e imponentes acantilados de piedra caliza cubiertos por vegetación exuberante. Un paisaje que parece sacado de una postal… pero es real.
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Quienes la visitan pueden practicar esnórquel entre vibrantes jardines de coral —a solo unos pasos de la orilla— o remar en paddleboard y kayak hasta calas escondidas. Y si lo tuyo es simplemente relajarte, las palmeras y la arena suave te invitan a hacerlo sin culpa, con un buen libro o bajo el sol.
Una de las razones por las que la playa Entalula es tan especial es su aislamiento. Solo se puede llegar en barco, en un trayecto que dura entre 30 minutos y una hora. El recorrido, rodeado de islas e impresionantes formaciones rocosas, es casi tan espectacular como el destino. Esto también significa que la playa recibe menos visitantes que otras de la región, lo que la convierte en un remanso de paz para quienes buscan desconectarse y conectar con la naturaleza.
Bajo el agua, Entalula es igual de fascinante. Su bahía oeste alberga un jardín de coral y uno de los sitios de buceo más famosos de El Nido: un paredón de piedra caliza que atrae a buzos de todo el mundo. No es raro encontrarse con tiburones, ballenas, delfines o tortugas durante la inmersión.
Existen muchos tours que parten desde El Nido hacia la playa Entalula, y suelen incluir paradas en otros destinos espectaculares como la Laguna Secreta y la Cueva de Cudugnon. Para vivir una experiencia más tranquila, lo ideal es elegir una excursión matutina y así evitar las multitudes.
Además de sus playas de ensueño, Filipinas también conquista con sus vibrantes ciudades, su deliciosa gastronomía y su gente cálida y hospitalaria. En este país, cada isla promete una aventura diferente: desde nadar con dugongos en Calauit hasta recorrer las míticas Colinas de Chocolate en Bohol.
