
Desde los callejones históricos de Le Marais hasta los restaurantes de moda en Pigalle y Montmartre, cada uno de los 20 distritos de París ofrece un sinfín de posibilidades para explorar. Pero, ¿qué sucede cuando ya has subido a la Torre Eiffel por enésima vez o has recorrido todas las instalaciones artísticas de 59 Rívoli? No nos malinterpretes, esos lugares son encantadores, pero, a veces es mejor abrir la mente y aventurarse a descubrir los pueblos y villas que se encuentran a un corto viaje en tren desde el centro.
Las huellas de van Gogh y el camino del artista
Además de sus brochazos dramáticos y gusto por los colores brillantes, Vincent van Gogh es conocido por haber sido un viajero experimentado. Impulsado por su sed de encontrar un trabajo y obtener el reconocimiento de sus pares, no solo recorrió los Países Bajos, sino también países como Inglaterra, Bélgica y Francia. Fue en este último destino, en la localidad de Auvers-sur-Oise, donde produjo más de 70 obras y, finalmente, falleció a la edad de 37 años.
Naturalmente, los spots turísticos más populares de Auvers-sur-Oise están relacionados con el autor de La noche estrellada.
Por un lado, tenemos el hotel Ravoux, donde el neerlandés vivió por 70 días. Conocido popularmente como la maison van Gogh, este pequeño recinto ofrece visitas guiadas y no solo es posible ver ese mítico cuarto iluminado por una claraboya, sino que también incluye un video que explica su estadía en el pueblo mediante obras como, por ejemplo, La iglesia de Auvers-sur-Oise, vista desde el ábside.
Por otro lado, está la tumba de Vincent, que se encuentra en el cementerio municipal y está cubierta por un manto de hojas verdes y flores que depositan viajeros de todo el mundo. Allí descansa junto a su querido hermano menor Theodore, que pereció seis meses después.
Una forma interesante de recorrer este pueblito es siguiendo el Camino de los artistas. El mismo está compuesto por carteles ubicados en las locaciones que inspiraron a van Gogh (y a otros pintores famosos como el impresionista Camille Pissarro), resultado en piezas como Trigal con cuervos.
Estoy enamorado del Metro de París y te cuento por qué
El refugio campestre de Caillebotte
Menos popular internacionalmente que sus homólogos, pero igual de talentoso, Caillebotte es otro pintor al que le encantaba pasar su tiempo en las afueras de París. Nació, creció y estudió en el corazón de la Ciudad de las Luces. Sin embargo, al llegar a la adultez se radicó en Yerres, el pueblito en el que solía pasar los veranos con su familia.
Conocido por sus paisajes naturales y ambiente relajado, Yerres es otra opción ideal para escapar del bullicio de la gran ciudad. Tal como ocurre en otros destinos, su principal atractivo gira en torno a quien fue su habitante más aclamado; Gustave Caillebotte.
La maison Caillebotte parece sacada de las páginas de un cuento fantástico. Aunque su fachada, con amplias ventanas y columnas que evocan el estilo griego, muestra el encanto de la arquitectura del siglo XIX, la mejor parte está en el interior.
Desde la sala con almohadones y papel tapiz a juego hasta el salón familiar que nos transporta al pasado con el mobiliario original, esta es una parada obligatoria en Yerres. Allí también es posible recorrer el jardín e incluso rentar un bote para poner a prueba tus habilidades en kayak.
Otras opciones para ir más allá de París
Los itinerarios son importantes, pero todo es más divertido cuando descubrimos un sitio nuevo mientras estamos de viaje. Aquí hay otros lugares para ir durante unas horas y luego regresar a tu hospedaje en París.

Ubicado en el departamento de Oise, a 50 minutos de la capital, el palacio de Chantilly no tiene nada que envidiarle a los castillos más conocidos del Viejo Continente. Además de tener una interesante mezcla de estilos arquitectónicos, cuenta con una colección de arte que fue curada por Henri d’Orléans, duque de Aumale e hijo de Louis-Philippe, el último rey de Francia.
No podemos dejar de mencionar el Palacio de Versalles. Hay quienes aseguran que no vale la pena hacer el viaje de 25 kilómetros, pero ¿quién querría dejar pasar la oportunidad de entrar a la sala de la Coronación o pasearse por la Galería de los Espejos? Una de las formas más especiales para disfrutar de este ícono de la historia francesa es durante el Gran Baile de Máscaras que se celebra cada junio. Los tickets de la próxima edición salen a la venta en diciembre, así que tienes tiempo para planear cómo será tu traje de gala.
La última opción es Vernon, que está muy cerca de Giverny, el pueblo favorito de Monet. La antigua casa del molino, el museo (que tiene algunas de las pinturas de Monet y otros impresionistas), el castillo de Bizy y la Maison du Temps Jadis son algunos de sus lugares de interés. ¿Ahora sí estás de acuerdo con la idea de hacer un paseo corto en las afueras de París?