
Conduciendo entre un bosque lluvioso y siempre verde, más allá de la ajetreada ciudad de Seattle, una neblina ondulante comienza a cubrirlo todo. El aire fresco huele a promesa de lluvia. Envuelto en una niebla etérea, juras haber visto a un hombre lobo cruzando entre las sombras.
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La mayoría de los viajeros asocia el otoño con calabazas, hojas doradas y tazas humeantes de sidra de manzana. Sin embargo, en un pequeño pueblo enclavado en la cima del Pacífico Noroeste, el otoño es la temporada de la magia.
Bienvenido a Forks, Washington, el pueblo más lluvioso de Estados Unidos. Con un promedio anual de más de tres metros de lluvia, aquí los visitantes no huyen del agua: la celebran.
Rodeado por casi un millón de acres del Parque Nacional Olympic y más de 70 millas de costa del Pacífico, Forks, Washington es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Ya sea haciendo senderismo por el musgoso bosque Hoh, explorando las pozas de marea en la majestuosa playa Kalaloch o remando en el cristalino lago Crescent, la lluvia le da a cada aventura un toque místico. Es probablemente el único destino donde los turistas se decepcionan si sale el sol.
Octubre marca el inicio de la temporada de lluvias en Forks, Washington, y es el momento perfecto para una escapada otoñal acogedora. Caminar por sus calles es como entrar en un cuento: tiendas pintorescas con paneles de madera como Sasquatch the Legend o cafeterías clásicas como Sully’s Drive-In. “Forks es el pueblo natal que nunca tuviste”, dice Lissy Andros, directora ejecutiva de la Cámara de Comercio de Forks, a Travel + Leisure. Y es que no hay nada más hogareño que escuchar una tormenta mientras te acurrucas junto a una chimenea con una taza de chocolate caliente.
No es de extrañar que Stephenie Meyer eligiera Forks, Washington como escenario de su famosa saga Crepúsculo. Puedes adentrarte en el mundo de vampiros y hombres lobo visitando la Cámara de Comercio local, tomarte una selfie con la camioneta de Bella y recoger un mapa de los lugares emblemáticos de la historia.
Muy cerca está La Push, también parte de la saga, un poblado de la tribu Quileute con playas salvajes ideales para caminar, surfear o ver tormentas —siempre con respeto por la comunidad local.
¿El consejo de Andros para los visitantes? “Sal a caminar”. En Forks abundan los secretos ocultos, incluso detrás de la Cámara de Comercio hay un sendero que se adentra en el bosque lluvioso. En cuestión de minutos, te verás envuelto bajo un dosel de coníferas, acompañado solo por el sonido de la lluvia cayendo suavemente. Y en ese instante, sentirás que eres la única persona en la Tierra. Eso, sin duda, es magia.







