
Una tarde de 1962, el letrista Vinícius de Moraes y el compositor Antônio Carlos “Tom” Jobim estaban sentados en el Bar Veloso, en Río de Janeiro, cuando vieron pasar a una mujer que los dejó sin aliento. Fascinados, escribieron unos versos en servilletas que más tarde se convertirían en “La chica de Ipanema”, una canción destinada a conquistar el mundo.
Su versión en inglés alcanzó el puesto número cinco en las listas estadounidenses en 1964 y fue interpretada por voces legendarias como Frank Sinatra, Ella Fitzgerald y Amy Winehouse. Con ella, la bossa nova —esa fusión relajada de samba y jazz— se transformó en un fenómeno global y marcó el inicio de una nueva era para la cultura musical de Brasil.
Pero el país del carnaval y la alegría va mucho más allá de la bossa nova. La cultura musical de Brasil abarca una riqueza de estilos que reflejan su diversidad: samba, tropicália, axé, forró, música electrónica y mucho más.
En cada región, el ritmo cambia, pero la pasión por la música se mantiene intacta. Desde los bares bohemios de Río hasta los clubes de São Paulo o los carnavales de Salvador, la cultura musical de Brasil es un viaje sensorial que se vive, se baila y se celebra.

Circo Voador en Río de Janeiro.
Río de Janeiro
Cuna de la samba y de leyendas como Jobim y Tim Maia, Río de Janeiro respira música en cada esquina. Además de sus raíces, hoy la ciudad late al ritmo del funk carioca, el rock y el hip-hop. Los sábados, la Rua do Ouvidor se convierte en una fiesta de samba en vivo, mientras que el Blue Note Rio ofrece noches de jazz con vistas al mar. En el barrio de Lapa, el mítico Circo Voador —donde han tocado artistas como Ana Frango Elétrico y Bala Desejo— sigue siendo punto de encuentro para los amantes del sonido más contemporáneo.

De izquierda a derecha: Casa de Francisca; DJ en Matiz en São Paulo.
São Paulo
Moderna, caótica y fascinante, São Paulo es el epicentro de la escena electrónica brasileña. En el Crema Club, en Pinheiros, se mezclan los beats de DJs locales e internacionales, mientras que Casa de Francisca —un restaurante y foro cultural en un antiguo local de instrumentos musicales— ofrece conciertos íntimos con esencia bohemia. También destacan los bares Matiz y Dōmo, donde la estética japonesa se fusiona con la energía vibrante de la noche paulistana.

Decoración y discos en la tienda de discos Vinil Radical en Salvador.
Salvador
En Salvador, la música no solo se escucha, se siente. Aquí nació la samba, el género percusivo más emblemático de Brasil, y también el axé, mezcla de samba y reggae que define el Carnaval bahiano. La tropicália, con su toque psicodélico, también germinó en esta ciudad de alma afrobrasileña. En Casa da Mãe —un bar y centro cultural frente al mar—, la alegría se traduce en ritmo. Y si quieres llevarte un pedazo de esa energía a casa, pasa por Vinil Radical, una tienda de discos en la Rua Irará.

Sala de Reboco en Recife.
Recife
Capital del forró y cuna del legendario acordeonista Luiz Gonzaga, Recife mantiene viva la tradición del nordeste brasileño. En la Bodega de Véio, los viernes y sábados se llenan de música en vivo, y en la Sala de Reboco, los visitantes se mezclan con los locales para bailar hasta que amanece. Cada rincón de la ciudad confirma que la cultura musical de Brasil es un viaje que se baila, se escucha y se celebra.







