Uno podría suponer que haber sido nombrado el jardín más hermoso del mundo le permitiría a Longwood Gardens descansar en sus laureles, pero ese no es el caso. Este famoso complejo de jardines, invernaderos y fuentes, ubicado en las verdes colinas al sur de Filadelfia, en Kennett Square, Pensilvania, está a punto de inaugurar una impresionante expansión de $250 millones de dólares, asegurando que este ícono histórico siga cautivando a multitudes durante las próximas décadas.
La expansión incluye un invernadero de tres mil metros cuadrados que parece flotar sobre el agua y alberga un jardín mediterráneo, un patio de bonsáis de mil metros cuadrados, un elegante restaurante con vista a las fuentes, un pabellón dedicado al jardín en cascada de Roberto Burle Marx y nuevos bosques de árboles.
Las nuevas atracciones abrirán al público el 22 de noviembre, y Travel + Leisure tuvo un primer vistazo.
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Para quienes no lo conocen, Longwood es un complejo de 445 hectáreas construido en 1906 por Pierre S. du Pont, miembro de la fabulosa y adinerada familia du Pont de Delaware. Se encuentra en el Valle de Brandywine, a 19 kilómetros de Wilmington, Delaware y a 48 de Filadelfia. Cuenta con una serie de invernaderos con elaboradas exhibiciones de horticultura interior, un popular espectáculo de fuentes en elegantes terrazas de piedra barrocas y jardines temáticos distribuidos en el bosque y alrededor de media docena de estanques.
La zona también alberga otras dos propiedades de la familia du Pont que se pueden visitar: Winterthur, que alberga la colección de antigüedades americanas de la familia (una de las más grandes del mundo), y Nemours, un château con jardines al estilo de Versalles.
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¿Cómo es el jardín más hermoso del mundo?
Diseñado por la firma de arquitectura neoyorquina Weiss/Manfredi, el nuevo West Conservatory es diferente a cualquier construcción realizada en Occidente en décadas recientes. La estructura de vidrio y metal presenta un techo plisado que se despliega de manera desigual, evocando las ondulaciones de las colinas cercanas. Abundan las ilusiones ópticas: la fachada que da hacia las fuentes se hunde en una especie de curva catenaria, engañando al ojo y alterando la línea del techo. Las columnas que sostienen el techo son asimétricas y curvas, cambiando de forma a medida que uno se acerca al edificio. Todo el complejo reposa sobre un brillante estanque reflectante.
Sobre islas flotantes dentro del estanque se encuentran jardines mediterráneos diseñados por Reed Hildebrand, con cipreses mediterráneos, agaves, laureles y kumquats cultivados en espaldera. Los diseñadores querían asegurar que fuera un espacio accesible para grupos intergeneracionales, por lo que incorporaron áreas con bancos para que las personas puedan descansar y disfrutar de la experiencia.
Adyacente al nuevo invernadero, hay un nuevo patio de bonsáis que presentará una selección rotativa de cincuenta a sesenta bonsáis, muchos de los cuales provienen de la reciente donación de la Colección Kennett, la más grande fuera de Asia. Estas miniaturas escultóricas serán exhibidas entre casi una docena de cerezos Yoshino.
Un objetivo central para los arquitectos era crear una sensación de cohesión entre las variadas atracciones de la propiedad y dar mayor protagonismo a algunas de sus obras. Durante años, una de las joyas de Longwood había estado sufriendo: su Cascade Garden, el único diseño en América del Norte del legendario paisajista brasileño Roberto Burle Marx, no recibía la atención que merecía. Ahora, esta obra de arte inspirada en el bosque tropical cuenta con un pabellón exclusivo.
Fuera del pabellón, el Water Lily Court (donde se exhiben varios de los 1200 nenúfares de Longwood) ha sido rodeado por un anillo de columnas que conecta las históricas áreas de conservación hechas de piedra y materiales compuestos con las contemporáneas de vidrio y acero.
El restaurante con vistas al jardín más hermoso
A pesar de la asombrosa ambición del nuevo invernadero y jardines, la adición más destacada para los visitantes de Longwood podría ser el restaurante que los arquitectos excavaron en la tierra, justo debajo del Conservatorio Beaux-Arts original. Siempre ha habido suficiente para ver en Longwood como para pasar todo el día, pero el nuevo 1906 Restaurant probablemente hará que quieras prolongar la visita con un almuerzo o una cena aquí.
Ubicado en una serie de bóvedas reforzadas con celosías, el restaurante ofrece vistas a las fuentes de Longwood a través de ventanas de vidrio arqueadas. Es una vista impresionante durante el día, cuando el sol brilla sobre el agua en movimiento. Pero por la noche, en distintas épocas del año, Longwood presenta lo que llama su «ballet acuático» en su máxima expresión: un espectáculo de fuentes iluminadas que podría dejar sin palabras hasta al más grande showman de Las Vegas. Al ritmo de la música, las fuentes se balancean y se contonean, disparándose hacia el cielo nocturno, a veces incluso con llamas, en un frenético despliegue vertiginoso.
Y ahora, todo esto puede disfrutarse en un hermoso restaurante mientras se degusta una refinada comida gourmet.
