7 ciudades europeas que son la cuna de ingredientes famosos (algunos con denominación de origen)
Créditos: iStock/Beeldbewerking

No es ningún secreto que Europa es un paraíso para los amantes de la buena mesa. Cada región tiene sus propias especialidades, pero algunas de ellas se han hecho un lugar en el circuito internacional gracias a productos específicos. Desde el hogar de la mostaza más famosa del mundo hasta un pueblito inglés cuya Denominación de Origen está atada a una divertida leyenda, estos lugares se enorgullecen de sus tradiciones culinarias y tienen todos los elementos para dejarte con ganas de repetir y, además, cerrar con algo dulce.

Las regiones gastronómicas más inesperadas de Europa

Entre todos los tipos de mostaza, la dijon es mi favorita. Por eso, casi me siento obligada a mencionar la ciudad francesa que lleva esa denominación de origen

Dijon es, por obvia razones, conocida por su mostaza (y su vino, pero hablaremos de eso en otra oportunidad). La Moutarderie Edmond Fallot es el lugar para degustar y comprar un producto auténtico. También puedes ir a la boutique original de la marca Maille, que también dispone de combinaciones que no están disponibles en tu supermercado de confianza: con hongos, naranja, miel, entre otras.

En el año 2015 la Unesco le otorgó a Dijon  el título de Patrimonio Mundial debido a su vasto “patrimonio cultural y arquitectónico”. El palacio de los duques y de los estados de Borgoña es una de las huellas de la historia de esta ciudad, que funcionó como una de las capitales de ese antiguo feudo europeo. Este conjunto de edificios es tan extenso que, actualmente, alberga el ayuntamiento, el Museo de Bellas Artes, el archivo municipal y la oficina de turismo. 

centro_historico_Dijon-1000x667 - 7 ciudades europeas que son la cuna de ingredientes famosos (algunos con denominación de origen)
Dijon tiene su propia iglesia de Notre Dame y está ubicada en el centro histórico. Créditos: iStock/RnDm

Aquellos a los que les gusta la historia o simplemente les interesan los datos curiosos, saben que la verdadera champaña empezó a producirse en el noreste de Francia. Si bien el monje benedictino Dom Pérignon se encargó de perfeccionar el método de fabricación de esta bebida burbujeante que siempre está presente en las celebraciones, la de esta localidad francesa sigue atrayendo a miles de turistas cada año por su autenticidad.

El epicentro de la fama de Champagne se encuentra en sus míticas bodegas. Para una experiencia auténtica, visita la Maison Ruinart en Reims, la más antigua de la región, disfruta de la “Expérience Cordon Rouge” de Mumm en Épernay, o degusta los productos de Taittinger en Saint-Nicaise, que forman parte de la lista de Patrimonio Cultural de la Unesco. 

Después, puedes dar un paseo por Hautvillers, un pueblito que alberga la abadía donde nació la historia de Don Pérignon. Para completar el cuadro, puedes hospedarte entre los viñedos del Royal Champagne Hotel & Spa, el Château de Sacy, bien Cottages Antoinette

Con una tradición vinícola que se remonta a la época en la que la cultura fenicia reinaba en Europa, no es de extrañar que Jeréz de la Frontera sea famosa por el cultivo de la uva Palomino Fino. 

Dadas las características de esta ciudad, los recorridos gastronómicos son el pan de cada día… Y qué pan. Puedes empezar acercándote a las Bodegas Lustau, donde uno de sus expertos te explicará cómo diferenciar los tipos de vino, su origen y su «maridaje perfecto».

En cuanto a otros lugares dignos de visitar, puedo mencionar el Mercado Central de Abastos, conocido popularmente como “La Plaza”, la iglesia de San Miguel, con su imponente fachada de estilo gótico, y el Museo Arqueológico, que alberga una colección de piezas de distintas épocas. La exhibición “Cómo Bailan los Caballos Andaluces” de la Fundación Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre también es una buena opción para conocer uno de los elementos que componen la cultura andaluza. 

Si bien es cierto que algunos platos italianos como pasta e fagioli o la fregola sarda no llevan ingredientes extras para preservar su sabor original, el queso parmesano se ha convertido en un símbolo de la gastronomía de Parma. De hecho, fue en este lugar, junto con Reggio Emilia, donde comenzó la producción de este ingrediente, que luego se extendió a otras provincias de la región. 

Parma es una ciudad más pequeña, pero eso no quiere decir que no tenga suficientes lugares donde perderse. Para empezar, no puedes dejar de entrar a su Catedral, donde te llevarás una sorpresa al ver los frescos de Correggio en su cúpula. Después de una caminata de seis minutos llegarás al Teatro Farnesio, un gran ejemplo del exuberante legado cultural de la región. Por último, en la Galleria Nazionale encontrarás obras como La Scapigliata de Parmigianino y San Juan Bautista de Correggio.

Hablando de queso, el gouda también nació en Europa, específicamente en un municipio que se encuentra ubicado entre Rotterdam y Utrecht. Conocida como «la ciudad medieval del queso», Gouda tiene mucho que ofrecer en términos de turismo. 

Además de probar la especialidad de esta localidad en el Gouda Cheese Market, las actividades típicas incluyen recorrer sus canales en paddleboard y probar los tradicionales stroopwafels de la fábrica Kamphuisen. Dado que, durante la Edad Media, sus residentes eran conocidos por producir cerveza, haz una parada en uno de sus bares.

mercado_del_queso_Gouda-1000x664 - 7 ciudades europeas que son la cuna de ingredientes famosos (algunos con denominación de origen)
Kaaswaag Gouda, Gouds Kaashuis y la Place Royale son los mejores lugares para comprar y probar el queso de esta ciudad neerlandesa. Créditos: iStock/JacobH

Para acompañar una tabla de charcutería o preparar un cóctel, el vino de Oporto es uno de los ingredientes más versátiles de la cocina. Esta bebida es originaria de la región del Duero, donde se encuentra la ciudad de Porto

Las bodegas de Sandeman, ubicadas en la ribera sur del río Duero, están entre las más populares. No solo cuenta con una experiencia de vinos, que incluye una muestra de pinturas y fotografías, sino que también dispone de un hostal en uno de sus edificios históricos.

Si bien hay historiadores que afirman que la costumbre de poner carne, queso u otros ingredientes entre dos rebanadas de pan se remonta a tiempos muy antiguos, la historia de que John Montagu, IV conde de Sandwich, le pidió a sus sirvientes que le hicieran un bocadillo para no ensuciarse las manos mientras jugaba a las cartas es mucho más entretenida y memorable. Esta historia ocurrió en el siglo XVIII, y, desde entonces, este pequeño pueblo medieval ha sido ligado a la comida popularizada por Montagu.

Cada verano, los habitantes de esta localidad participan en un festival que rinde homenaje a su historia medieval y que, además, sirve como excusa para pasar un buen rato. Este año comenzará el viernes 23 de agosto y, durante tres días, habrá música en vivo, exposiciones de autos clásicos y puestos de comida que tal vez ofrezcan el bocadillo que se convirtió en su denominación de origen.