Bosnia y Herzegovina, tan asequible como impresionante
Dominio Público

He estado navegando por las redes sociales y me he encontrado con que, debido al exceso de turismo en ciudades como Londres, Barcelona y Ámsterdam, muchos viajeros están buscando alternativas para disfrutar del verano europeo sin tener que lidiar con las multitudes y los inconvenientes del sobreturismo. Es aquí donde Bosnia y Herzegovina entra en escena como una opción atractiva y llena de posibilidades para aquellos que no le tienen miedo a la novedad.

Enclavado en el corazón de la península de los Balcanes, Bosnia y Herzegovina ofrece una experiencia de viaje más auténtica y satisfactoria (y que, además, va más allá de la típica postal europea). Su rica y vasta historia se refleja en su arquitectura, gastronomía y tradiciones. Y sus paisajes montañosos y ciudades balnearias son el escenario ideal para los amantes de la naturaleza y la aventura. Ahora permíteme mostrarte la «Tierra de la Buena Gente» (o Zemlja Dobrih Ljudi).

Sarajevo, un encuentro entre el pasado y el presente

La capital de Bosnia y Herzegovina, está rodeada por imponentes montañas y bañada por las aguas del río Miljacka. Su historia se remonta al año 1461, cuando fue fundada bajo el nombre de Bosna-Saraj. Desde entonces, esta localidad ha acumulado un legado histórico que se respira en cada uno de sus rincones y recovecos.

La Ciudad Vieja, conocida como Baščaršija, es el corazón de Sarajevo. Aquí, el pasado se entrelaza con el presente de manera armoniosa. Inicia tu recorrido en la calle Ferhadija, que está bordeada por restaurantes, cafés, templos y mercadillos. En la intersección con Mula Mustafe Bašeskije encontrarás un mensaje incrustado entre los adoquines. Se trata del monumento “Encuentro de Culturas”, que simboliza la conexión entre Oriente y Occidente.

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El Ayuntamiento, que está cerca del Museo de Sarajevo y la mezquita de Gazi Husrev-beg, tiene influencias moriscas, renacentistas y del art nouveau. Créditos: Sporisevic Photography/Unsplash

El nombre de esta ciudad le sonará conocido a los fanáticos de la historia. Y es que Sarajevo es el hogar del Puente Latino, una sencilla estructura de estilo otomano que fue testigo del evento que desencadenó la Primera Guerra Mundial en 1914. Justo enfrente, en una de las paredes del Museo de Sarajevo, hay una placa que marca el lugar exacto desde el cual Gavrilo Princip, de diecinueve años, le disparó al archiduque Francisco Fernando de Austria. Anímate a entrar y ver sus exposiciones; la entrada cuesta solo 3 dólares.

Para obtener vistas panorámicas de la ciudad hay tres opciones. La primera es el teleférico que va a la cima de la montaña Trebević, cuyo billete individual de ida y vuelta está en tres dólares. Aprovecha los 10 minutos que tendrás en el funicular para apreciar los tejados anaranjados y la naturaleza que los rodea. Aunque no hay ningún mirador en la cima, tiene zonas bonitas para hacer picnics y un restaurante para probar comida bosnia. La segunda es la plataforma de observación del piso 36 de AVAZ Twist Tower, que, según fuentes oficiales, abrirá sus puertas en el último trimestre de este año. Este rascacielos de 176 metros es el más alto de los Balcanes, así que las vistas a ojo de pájaro estarán aseguradas.

El paseo desde el casco histórico hacia Fuerte Amarillo, la tercera opción, puede resultar un poco agotador, pero la recompensada son una vistas panorámicas increíbles (y, además, es totalmente gratis). Ha sido catalogado como uno de los “mejores puntos de observación” de la ciudad, y por una buena razón. Desde allí, podrás contemplar la ciudad bañada por la luz dorada del atardecer. Para completar la experiencia, prueba el auténtico café bosnio (2.79 dólares) en Karajima. Con 3.34 dólares adicionales puedes agregar una čokolada (chocolatada) con un toque de coco, fresa, frambuesa, canela o chocolatina After Eight.

Sarajevska Pivara es un buen lugar para relacionarse con los lugareños y probar la calidad de las cervezas artesanales en Bosnia, mientras que el servicio y las habitaciones del Swissôtel Sarajevo (337.37 dólares por noche), que se coronó como el mejor hotel del país en los World Travel Awards de 2024, te permitirá descansar apropiadamente para continuar con el viaje.

Algunos alojamientos económicos incluyen los hoteles de cuatro estrellas Holiday y Story (98 y 68 dólares por noche, respectivamente) y el Hotel Grand Sarajevo de tres estrellas (48 dólares por noche).

Mostar, un viaje en tren más allá del stari most

La ciudad histórica de Mostar se encuentra a solo dos horas y media en tren desde Sarajevo. Todo lo que tienes que hacer es dirigirte a Railway Station, comprar un billete (o reservar un viaje de ida y vuelta en la página de BH Railways por 11 dólares) y subirte al tren regional que te corresponda. Esta localidad es ideal para escapadas de un solo día, pero vale la pena hacerse un poco de tiempo para explorarla como se debe. 

El horizonte de Mostar no estaría completo sin el emblemático Puente Viejo, conocido como stari most. En verano, los clavadistas más osados saltan desde allí hacia las frías aguas del río Neretva, una tradición que nació en la época otomana. Más allá de esta entretenida actividad, el puente es un símbolo de resiliencia, pues, durante la Guerra de Bosnia, representó la unión que los bosnios musulmanes y católicos forjaron para luchar contra los bosnios serbios.

Desde las Guerras Mundiales hasta la Guerra de los Balcanes, Bosnia y Herzegovina ha sido marcada por una gran cantidad de conflictos bélicos, especialmente durante el siglo pasado. El Museo de las Víctimas de Guerra y el Genocidio (3 dólares) ofrece a sus visitantes una visión de la Guerra de Bosnia. Como punto de partida debes saber que se extendió por tres años y enmarcó el bombardeo que destruyó el stari most en 1993 (sí, lo que vemos ahora es producto de una reconstrucción realizada en 2004).

En el corazón de la ciudad encontrarás el antiguo bazar de Kujundziluk. Está lleno de pintorescos edificios de piedra, restaurantes tradicionales y tiendas que venden ropa, artesanías e incluso las típicas lámparas turcas hechas de metal y vidrieras. ¿Estás buscando un recuerdito? Tal vez lo encuentres aquí.

Si consideras que tienes bastante tiempo para recorrer Mostar, dedica un día para acercarte a la cascada de Kravice. A solo 40 minutos de la ciudad, encontrarás un agua perfecta para nadar o refrescarse en los días más calurosos. También hay senderos para caminar y espacios abiertos donde puedes desconectar y disfrutar de los bosques que la rodean.

Un destino por descubrir

Podría seguir escribiendo recomendaciones para quienes se sienten atraídos por Bosnia y Herzegovina, pero, como eso ocuparía demasiado espacio, lo dejaré hasta aquí. Sin embargo, no puedo dejar de mencionar algunos lugares que también me parecen interesantes:

  • Počitelj es un pueblo otomano que se ha conservado muy bien a lo largo del tiempo. La Unesco lo reconoció como Patrimonio de la Humanidad en 2007.
  • El manantial kársico de Vrelo Bune y el monasterio derviche de Teckel de Blagaj. Este último existe desde el siglo XVI y está situado debajo de un acantilado. 
  • El monasterio de Blagaj Tkija está a los pies de un acantilado, en un entorno natural que ofrece un ambiente muy pacífico. 

Desde puentes que narran en silencio la turbulenta historia del país hasta mercados eclécticos donde puedes descubrir tesoros inesperados, la creciente popularidad de Bosnia y Herzegovina es bien merecida. Y lo mejor de todo es que se trata de un destino económico que te permite disfrutar de un lado diferente de Europa. ¿Te convencí de visitar el Srce Evrope?