Esta región europea es un paraíso gastronómico poco conocido—y la mejor forma de visitarla te lleva por Italia, Eslovenia y Croacia

Istria—una región que abarca partes de Italia, Eslovenia y Croacia—es un fascinante centro cultural que me encanta recomendar a los viajeros que buscan un viaje enfocado en la gastronomía. Prueba vinos deliciosos, busca trufas y visita restaurantes innovadores en este recorrido por una zona relativamente compacta. La mayoría de los puntos destacados dentro de este triángulo culinario están a menos de dos horas en coche entre sí—y como el servicio de tren es limitado—la mejor forma de explorar la región es conduciendo. Aquí mis recomendaciones para un viaje culinario por Istria:

Noreste de Italia

La primera parada es la región italiana de Friuli-Venezia Giulia. Hospédate en la ciudad capital, Trieste, definida por influencias italianas, austrohúngaras y eslavas. Juntas, estas culturas crean una cocina local única que va desde mariscos frescos hasta sopas abundantes. Luego, conduce una hora hacia el norte hasta la región vinícola de Collio, donde se cultivan diversas variedades de uvas blancas como Friulano, Ribolla Gialla, Malvasía y Sauvignon Blanc. Muchos productores aquí utilizan métodos orgánicos o biodinámicos, con un enfoque en técnicas de baja intervención. Para una experiencia especial, visita Tenuta Borgo Conventi, donde ofrecen catas privadas y recorridos con información directa de los enólogos del viñedo.

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Eslovenia

Desde Trieste es un corto trayecto en coche a Eslovenia, llena de restaurantes comprometidos con el uso de ingredientes locales y el trabajo con agricultores pequeños que priorizan la sostenibilidad. La chef Ana Roš, del restaurante Hiša Franko con tres estrellas Michelin, alcanzó la fama tras aparecer en Chef’s Table en 2016 y ser nombrada Mejor Chef Femenina del Mundo por The World’s 50 Best Restaurants al año siguiente. Inspirados por su enfoque, una nueva generación de jóvenes chefs está reimaginando la cocina eslovena en Liubliana, donde el espíritu creativo de la capital y su conexión con la naturaleza han convertido a la ciudad en un centro de experimentación e innovación.

Explora esta creciente cultura gastronómica en Odprta kuhna, un animado mercado de comida en la Plaza Pogačar de Liubliana, que se realiza todos los viernes desde la primavera hasta el otoño. Más de 50 vendedores—desde chefs reconocidos hasta estrellas del street food—se reúnen para ofrecer clásicos eslovenos y platillos con inspiración internacional. Para una comida con mesa, prueba Aftr, un pequeño y colorido bistró del chef Jorg Zupan que sirve platos para compartir, con sabores audaces y toques internacionales.

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Croacia

Para cerrar el viaje, dirígete hacia el sur, hasta la península de Istria, en forma de corazón. Este mosaico de pueblos medievales en las colinas y villas pesqueras costeras ofrece comidas rústicas, donde la gastronomía no busca reinventarse, sino dejar que los ingredientes de la más alta calidad hablen por sí mismos.

Aquí abundan el aceite de oliva premiado, las valiosas trufas blancas, el pršut (jamón curado) seco al aire y el espárrago silvestre, y casi siempre cada comida viene acompañada de una experiencia práctica. Puedes unirte a una búsqueda de trufas con perros entrenados en los bosques de Motovun, visitar una granja de cabras como Kumparička para probar quesos artesanales, y hacer una cata de aceite de oliva como si fuera vino en Chiavalon, una finca familiar.

En cuanto al alojamiento, recomiendo hospedarse en la ciudad costera de Rovinj o en el campo, en el Meneghetti Wine Hotel & Winery, una finca vinícola con mucho encanto.