Isla de Jeju, el Hawái de Corea del Sur
En verano, las playas de Jeju se llenan con personas de todas las edades. Créditos: Unsplash/Minku Kang

Bajo un cielo que se transforma en un perfecto lienzo azul, la Isla de Jeju se sumerge en un cálido resplandor dorado. El ambiente, callado y apacible, contrasta con el ajetreo y el bullicio que los usuarios de la estación Hoehyeon, en el centro de Seúl, experimentan todos los días a las cinco de la tarde. ¿Cuántos de ellos no estarán recordando las tardes en la playa Hyeopjae?

Esa vibra relajada es solo una de las razones por las cuales miles de surcoreanos siguen yendo a Jeju cada año. A tan solo una hora en avión desde el Aeropuerto Internacional de Incheon, la Hawái de Corea, como le dicen algunos, es conocida por sus paisajes naturales, aguas cristalinas, arena blanca y especialidades gastronómicas como el cerdo negro a la parrilla. 

El paraíso de los enamorados

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La mayoría de los visitantes son jóvenes enamorados, pero Jeju también es protagonista de viajes escolares y vacaciones en familia. Créditos: Usplash/MJ Haru

En Jeju, el murmullo de las olas se mezcla con las risas de los amigos, los secretos compartidos entre adolescentes y las conversaciones animadas de las familias. Sin embargo, entre la multitud de turistas, hay un perfil que se destaca: las parejas jóvenes que están celebrando un aniversario o que acaban de casarse y caminan sin soltarse de la mano. Esta escena se repite una y otra vez durante todo el año, tanto en la vida real como en los k-dramas más idílicos. 

Son muchas las razones por las cuales estos enamorados celebran su amor y/o luna de miel en la Isla de Jeju. Hay quienes, por ejemplo, deciden apostar por lo seguro, ya sea porque han hecho viajes express hasta esta provincia autogobernada o porque, en numerosas ocasiones, han escuchado a sus padres hablar con un cariño especial sobre su primer viaje como marido y mujer. Sea cual fuere el caso, hoteles como el Grand Hyatt Jeju y el Lotte Resort Jeju Art Villas son buenas opciones. 

En esa misma línea, hay quienes rentan casas vacacionales, ya que, de esa manera, pueden escapar del estrés de todos los días y explorar a fondo este lugar. Jocheon Masil, una propiedad de más de 200 años de antigüedad con todas las comodidades de este siglo, o Sirium, una moderna villa con piscina y amplios ventanales son perfectas para ello.   

No nos podemos olvidar de aquellas parejas que son fanáticas de las actividades al aire libre. Para ellas, DoDuBong, un oreum (volcán extinto) que se encuentra en el extremo norte de la isla, es un buen lugar para calentar motores. Durante la primavera, serán recibidos por cientos de flores de cerezo. Más adelante, encontrarán la plataforma de observación, que ofrece una vista panorámica del Hallasan, el punto más alto de todo el país (incluyendo la mainland) y la famosa “zona de los besos”, perfecta para hacerse un par de selfies

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Las cataratas de Jeongbangpokpo, en el sur, son las únicas en toda Asia que desembocan directamente en el océano. Créditos: Unsplash/Linda Yuan

Otros parajes que vale la pena visitar en el sur son la playa Jungmun Saekdalhaebyeon, que se destaca por sus olas veloces y su particular forma de lazo, y las columnas de basalto de Jungmun Daepo, y el acantilado de Daepo Jusangjeolli, un pilar de piedra formado por lava volcánica. 

¿Hay algo más romántico que volver a enamorarse con el mar azul como telón de fondo? Tal vez sí, pero la belleza está en los ojos de quien mira y Jeju tiene todos los ingredientes para que así sea.

Un viaje a través de sabores, tradiciones y paisajes

Además de ser el destino predilecto de los jóvenes y de robarse las miradas en éxitos de la pantalla chica como Aterrizaje de emergencia en tu corazón (2019), la isla de Jeju tiene otras atracciones y costumbres que juegan un papel importante en su popularidad. 

Las mandarinas son el símbolo de Jeju. En el pasado, eran utilizadas con fines medicinales, durante ritos ancestrales o como un objeto para entretener a los invitados de honor. Actualmente, son conocidas por su jugosidad y dulzura, características que son posibles gracias a la fertilidad del suelo volcánico de la isla. 

A los coreanos les encanta un buen souvenir temático, así que no será difícil encontrar llaveros, peluches, sombreros y hasta cafeterías con temática de hallabong, que es el nombre coreano de esta fruta. The Container se destaca en esta última categoría. El edificio es igual a la típica caja que se usa para recoger las mandarinas y el menú cuenta con bebidas como el tangerine latte y el mandarine iced americano, otra obsesión coreana, pero con un giro cítirico. 

Si el café no es lo tuyo y no te molesta ensuciarte las manos, seguro te divertirás recolectando mandarinas. Esta actividad se realiza entre noviembre y los últimos días de febrero en granjas e invernaderos que están acondicionados para ello. Gyulhyangi Experience Farm queda dentro de la ciudad y, después de pagar unos siete dólares, permite recoger hasta un kilo de fruta. Al final, el personal sirve té de mandarina o yuzu caliente acompañado con galletas y mermelada de mandarina. 

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Las buceadoras de Jeju suelen iniciarse a los 15 años y muchas de ellas se dedican a lo mismo durante toda su vida. Créditos: Unsplash/John Ko

Otro de los distintivos de Jeju son las haenyeo. Se trata de una comunidad de mujeres de distintas edades que, durante tres meses, se dedican a pescar mariscos como abulones, pepinos de mar y caracolas para ganarse la vida y alimentar a sus familias. Las haenyeo se lanzan al agua sin ningún tipo de aditamento desde, por lo menos, el siglo XVII. En el Museo Haenyeo hay más información sobre el muljil, una técnica que requiere de un vasto conocimiento sobre el mar.  

Hablando de abulones, las raíces de la gastronomía local se fundan en los productos marinos. El mercado Dongmun es el mejor sitio para comprobar la calidad de los mariscos de la isla. De día, los vendedores de frutas y verduras atienden a sus clientes y les dan el vuelto en efecto. No obstante, a partir de las seis de la tarde las parrillas empiezan a humear. Algunos de los tentempiés más populares son la langosta y las brochetas de camarones u oreja de mar acompañadas con salsa picante.

Una visita a la isla de Jeju no estaría completa sin probar el cerdo negro, cuya carne ha sido comparada con el wagyu A5. Según los lugareños, Geumdwaeji Sikdang, Sukseongdo y Namyeongdon son los mejores restaurantes para degustar una verdadera barbacoa coreana, pero al estilo isleño.

La aventura de toda una vida

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La recolección de mandarinas es una actividad imperdible en Jeju. Créditos: Unsplash/Insung Yoon

Un viajero bien advertido vale por dos, así que estos son algunos detalles que debes tener en cuenta si una escapada a la isla de Jeju suena como algo que te gustaría hacer en el futuro:

  • Hay dos ciudades principales:
    • La capital, Ciudad de Jeju, está en el norte, cerca del aeropuerto.
    • Seogwipo está ubicada en el sur y es el hogar de muchas atracciones turísticas.  
  • El sistema de transporte público está bien equipado, pero es más económico y conveniente alquilar un auto. Para ello hay que presentar el pasaporte, una licencia de conducir internacional y tener tarjeta de crédito. 
  • Aunque cuatro días puede parecer tiempo suficiente como para conocer algunos de sus parajes más famosos, Jeju ocupa un área de 1.833 kilómetros cuadrados. En otras palabras, mientras más largo sea el viaje, mejor. 

El encanto de la isla de Jeju no reside únicamente en sus formaciones volcánicas y pintorescos cafés junto al mar. También está presente en el legado de sus antepasados, sus tradiciones y sus aldeas milenarias. Esa autenticidad se puede palpar en todo momento y se queda con sus visitantes durante mucho tiempo… Tanto así que, incluso los pasajeros del metro de Seúl, sueñan con tomar un helado de hallabong en la playa de Gwakji Gwamul