La ciudad más soleada de California está en el norte (y es un imán para la aventura)
Una carretera vacía y un pico de montaña en Redding, California. Crédito:Sohini Appana/Getty Images

unque California es famosa en todo el mundo por su clima soleado, solo una ciudad puede presumir oficialmente ser la más luminosa del Estado Dorado. Y, contra todo pronóstico, no está en el sur ni junto al océano, sino en el norte del estado.

Ubicada a unos 193 kilómetros al sur de la frontera entre Oregón y California, Redding registra un promedio anual de 88 % de sol, más que cualquier otra ciudad californiana, según datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). Esta cifra la posiciona, además, como la segunda ciudad más soleada de Estados Unidos. Con ese escenario, no sorprende que funcione como un campamento base ideal para los amantes de la naturaleza. A pocos minutos de áreas naturales protegidas, atravesada por el río Sacramento y con el Monte Shasta dominando el horizonte, Redding parece hecha a la medida de la aventura.

Con un clima así, las actividades al aire libre sobran. “Aquí hay algo para todos, y me gusta llamarlo descubrir tu verdadero norte”, explica Jennifer Johnston, residente de Redding y gerente de turismo, marketing y comunicaciones de Visit Redding. “Es un lugar para reconectar con tu brújula interior, con tu yo auténtico, y perderte en la naturaleza. Cada día puede ser una pequeña aventura”.

Y no exagera. Más de 320 kilómetros de senderos y decenas de cascadas rodean la ciudad, mientras que deportes acuáticos como kayak y paddleboard atraen a los visitantes a los lagos Whiskeytown y Shasta. “Podrías pasar una semana aquí, hacer una excursión diferente cada día y no aburrirte jamás”, añade Johnston.

Para quienes buscan un buen punto de partida, el Área Recreativa Nacional de Whiskeytown permite explorar tanto por tierra como por agua, además de ser pet friendly. “Puedes caminar hasta cuatro cascadas diferentes en Whiskeytown”, señala Johnston, incluida Crystal Creek Falls, una cascada de dos niveles al final de un sendero corto y accesible para sillas de ruedas.

Otra visita imprescindible es el Parque Nacional Volcánico Lassen, ubicado a menos de una hora en coche. El parque alberga paisajes de otro planeta como Sulphur Works y el evocador Infierno de Bumpass, donde pozos de lodo burbujeante y respiraderos de vapor revelan la intensa actividad geotérmica de la zona. “Es un parque nacional muy subestimado”, asegura Johnston.

Más allá de la naturaleza, Redding también sorprende por su paisaje urbano. El Puente del Reloj de Sol es su icono más reconocible: una estructura de vidrio y cables que cruza el río Sacramento y convierte un simple paseo peatonal en una experiencia visual. “No es común caminar sobre un puente colgante de vidrio”, dice Johnston. “Especialmente al amanecer o al atardecer, cuando los colores se reflejan en el río y las montañas”.

Las opciones bajo techo tampoco se quedan atrás. El histórico Teatro Cascade, en el centro de la ciudad, data de la década de 1930 y conserva su estilo art déco original. Desde conciertos sinfónicos hasta producciones teatrales y espectáculos navideños, asistir a una función aquí es, literalmente, viajar en el tiempo.

Antes o después del espectáculo, vale la pena explorar las tiendas locales, como Carousel and Ferris Wheel Kids, ideal para encontrar regalos únicos. Para comer, Woody’s Brewing Company ofrece cervezas artesanales y comida reconfortante, mientras que Market Street Blade & Barrel apuesta por una experiencia más refinada. En los meses cálidos, Taste & See Creamery se convierte en parada obligada con sabores tan originales como cheesecake de leche de cabra con arándanos o fresa asada con balsámico.

En cuanto al hospedaje, Redding ofrece opciones para todos los estilos. Los campistas pueden instalarse cerca del Área Recreativa Nacional Whiskeytown o el Bosque Nacional Shasta-Trinity, mientras que quienes prefieren mayor comodidad encontrarán hoteles como el Sheraton Redding at the Sundial Bridge, el Holiday Inn Redding o el Americana Modern Hotel, una versión contemporánea del clásico motel de carretera.