
La isla de A Creba, situada en la ría de Muros y Noia, en la provincia de La Coruña, es un enclave que ha capturado la atención tanto de los locales como de los visitantes durante décadas. Con una extensión de algo más de siete hectáreas, este islote, separado por solo 250 metros de la costa, es una muestra de la riqueza natural y la historia de la región gallega.
A lo largo del tiempo, esta isla de España ha sido objeto de debates en torno a su titularidad, una cuestión que ha generado diversas interpretaciones y, en ocasiones, polémicas. Desde 1922, la isla de A Creba ha sido de propiedad privada, y en la actualidad, pertenece al empresario compostelano Emilio Penas Gerpe.

Cómo se compró la isla de A Creba
La historia de esta propiedad se remonta a 1966, cuando el padre de Emilio adquirió la isla de una treintena de personas que residían en la montaña de O Freixo. Estas familias, en su mayoría pertenecientes a los linajes Gerpe y Canay, habían heredado el terreno insular a finales del siglo XIX, lo que estableció una línea de propiedad que ha permanecido en manos privadas por más de un siglo.
El entorno de A Creba ha sido transformado significativamente por sus propietarios. Lo que alguna vez fue un terreno cubierto de tojos y rocas, hoy es un espacio cuidado y regenerado, con una casa construida en los años ochenta y pinares repoblados. La familia Penas Gerpe ha dedicado mucho esfuerzo a mantener y mejorar la isla, convirtiéndola en un pequeño paraíso que, aunque privado, permite el acceso público en la zona delimitada por la Ley de Costas.

A lo largo de los años, la isla de A Creba ha estado en el centro de diversas discusiones sobre su titularidad. Algunos sectores de las poblaciones ribereñas, especialmente en la villa de Esteiro, han defendido que A Creba debería ser un bien público, argumentando que en tiempos pasados la isla podría haber sido de uso común.
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Sin embargo, la propiedad privada está claramente respaldada por documentación legal registrada, incluyendo un certificado del secretario del Concello de Muros que, en 1987, confirmó que la isla no figuraba en el Inventario de Bienes del Ayuntamiento.
Aunque han existido intentos de reivindicar la titularidad pública de A Creba, los propietarios actuales han manifestado estar abiertos a discutir posibles usos futuros de la isla, siempre dentro del marco legal que regula su acceso y conservación. A lo largo de las décadas, han mantenido contactos con gobiernos locales, pero hasta ahora, ninguna administración ha avanzado formalmente en la compra o gestión de la isla.