Tuve la dicha de embarcarme en una de las travesías más asombrosas de mi vida: un recorrido en el Via Rail Canadian, el tren que reina sobre las distancias en Canadá. Este impresionante tren une el oeste con el este del país, en un viaje que dura más de 96 horas y atraviesa cinco provincias, convirtiéndose en una aventura ideal para quienes desean descubrir el país de una forma singular.
Un recorrido épico de 96 horas a través de Canadá con vistas impresionantes
Mi aventura inició en Edmonton de noche, una urbe que se presentaba tranquila y cubierta por una suave capa de nieve. Al subir al tren, lo primero que me impresionó fue la calidez y confort que ofrecía su interior. En vez de viajar en un asiento regular, tuve la fortuna de hospedarme en una cabina Sleeper Plus, una opción que me brindó la oportunidad de disfrutar del trayecto con mayor confort. Esta cabina contaba con cama, baño compartido y todas las facilidades necesarias para hacer el viaje aún más placentero. Las duchas, situadas en otra parte del tren, ofrecían agua caliente, permitiéndome sentirme cómoda durante todo el trayecto.
El Via Rail Canadian ofrece una variedad de opciones de cabina, desde las cómodas Sleeper Plus hasta las lujosas Prestige, con camas amplias, baños privados y servicios exclusivos. La experiencia de estar en el tren, rodeada por paisajes impresionantes, se disfruta plenamente cuando se cuenta con un espacio privado para descansar.
El recorrido fue como vivir dentro de un cuento: el paisaje se transformaba constantemente mientras nos dirigíamos hacia el este. Desde los vastos campos nevados hasta los bosques densos cubiertos de escarcha, cada vista era un espectáculo. Atravesábamos pequeños pueblos tranquilos, cuya belleza se acentuaba bajo la nieve, y vastas extensiones de naturaleza salvaje que me conectaban con la inmensidad de Canadá. Cada día a bordo traía consigo nuevas maravillas, con panoramas que parecían sacados de una postal.
A lo largo del viaje, también pude deleitarme con una gastronomía exquisita. Los menús a bordo del tren estaban llenos de opciones frescas y sabrosas, preparadas con ingredientes locales que convertían cada comida en una celebración de los sabores canadienses. Desde platos sencillos hasta elaboraciones más complejas, cada comida era un festín para los sentidos.
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Y, por supuesto, el viaje estuvo lleno de momentos inesperados: conversaciones con otros pasajeros, encuentros espontáneos y una atmósfera relajada que invitaba a disfrutar cada instante. El viaje no era solo un medio para llegar a mi destino; era una parte integral de la experiencia.
Llegada a Toronto
Finalmente, después de varios días de viaje, llegamos a Toronto, una ciudad vibrante que contrastaba notablemente con la serenidad experimentada durante el trayecto. Fue fascinante observar cómo la diversidad de paisajes y ambientes de Canadá se reflejaba en sus distintas ciudades. Desde la calma del tren, nos adentramos en el bullicio urbano de Toronto, haciendo que el viaje fuera aún más inolvidable.
El Via Rail Canadian es, sin duda, una de las formas más impresionantes de explorar Canadá. No solo por la comodidad y la calidad del servicio, sino también por los paisajes que ofrece, las conexiones personales que surgen a bordo y la sensación única de atravesar un país de costa a costa en todo su esplendor. Si alguna vez buscas una aventura sobre rieles, este es el viaje que debes emprender.
