
¿Cuántos de los sueños que tenemos de niños anidan en nosotros y persisten en nuestros caprichos adultos? ¿Quién no fantaseó alguna vez con dormir en casas del árbol? Las nuevas casas del resort de lujo Nayara Bocas del Toro, en Panamá, dan la posibilidad de cumplirlo y elevar aún más la experiencia: hacerlo en medio de una isla privada solo para adultos, con una vista panorámica a un bosque de manglares y al esplendor del mar Caribe.
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Si bien Bocas del Toro es un destino bastante desconocido por los viajeros que buscan playas de postal en Centroamérica, su riqueza cultural y natural resultan deslumbrantes. Además, es un spot que goza de buen clima todo el año, a diferencia de otras islas caribeñas que pueden atravesar bravas épocas de huracanes.

El camino por la selva tropical
Para llegar hasta las casas hay que viajar a la colorida Bocas del Toro y tomar una lancha durante media hora en dirección a la Isla Frangipani. Luego adentrarse en caminos serpenteantes cubiertos de vegetación y ascender por las escaleras curvas que rodean estas extravagantes estructuras de 15 metros de alto.

Desde las ventanas del piso al techo de su único dormitorio y su sala de estar abierta al exterior se puede sentir el aire de la selva tropical. Las duchas y bañeras al descubierto invitan a vivir una experiencia única de conexión con la naturaleza. Si se necesita servicio a la habitación, un sistema de poleas facilitará la atención.

Un diseño camaleónico con la naturaleza
Las casas fueron diseñadas por el fabuloso estudio IBUKU, dirigido por Elora Hardy y con sede en Bali, conocido por su apuesta a la arquitectura sustentable a través de estructuras de bambú. El proyecto es un decidido tributo a la artesanía local y la sensualidad de la naturaleza, con un concepto que combina las tradiciones del diseño balinés y panameño.
Su construcción está enriquecida por cuatro variedades de bambú de origen local y 19 variedades de madera recuperada de 500 años de antigüedad, parcialmente petrificada, recuperada del fondo del Canal de Panamá.
“El bambú y la madera recuperada debajo de los pies dan textura a nuestro viaje. A nuestro alrededor, las pantallas se curvan lúdicamente y los postes se elevan sobre nuestras cabezas. La vista a los manglares nos envuelve y nos sentimos parte de ella. Con un equilibrio de elegancia y textura, estamos a la vez abiertos a la naturaleza y protegidos dentro de nuestro propio espacio.”
Elora Hardy.

Las dos IBUKU Island Treehouses, las primeras de cinco, funcionan con energía solar y utilizan agua de lluvia recolectada y purificada. Antes de la construcción se realizó un detallado estudio ambiental para conocer cómo dotarlas de un tratamiento seguro de aguas residuales.
Además de incluir todas las comidas, Nayara Bocas Del Toro te ofrece hacer snorkeling en barreras de coral y recorrer sus manglares en kayak o paddle boarding. También, la posibilidad de alquilar un bote con capitán para navegar las zonas del archipiélago que más te gusten, ir mar adentro para contemplar a los delfines al atardecer o tomar clases de buceo o surf.
Eso sí, no te pierdas la posibilidad de observar un fenómeno único: la bioluminiscencia que se produce en el mar de noche por efecto de un proceso biológico de microorganismos vivos.
Datos Útiles
- Cómo llegar: El aeropuerto local es Bocas del Toro (BOC), se llega en avión Air Panama desde el aeropuerto Marcos A. Gelabert (PAC), en Albrook. Cuidado que no salen del regional Tocumen (PTY), en Ciudad de Panamá. Luego, un bote privado a la isla Frangipani.
- Qué más puedo ver: Isla de los Monos, Isla Bastimentos (Red Frog y Polo Beach) y la playa de las estrellas de mar, en Isla Colon.