
Mallorca, la mayor de las Islas Baleares, suele ser reconocida por sus impresionantes paisajes costeros, sus pintorescas ciudades y su rica cultura mediterránea. Sin embargo, hay un pueblito en particular que destaca porsu encanto bohemio: Deyá ó Deia. Situado en la empinada Sierra de Tramuntana, este lugar cuenta con playas asombrosas, caracterizadas por sus acantilados y su profunda belleza.
Su casco urbano, en tanto, con calles empedradas serpenteantes, flanqueadas por casas de piedra de color ocre, invitan a los visitantes a sumergirse en un ambiente atemporal.
Es una gema oculta en Mallorca, tiene playas preciosas y es un pueblo perfecto para el ecoturismo
Deyá, el pueblito de Mallorca con vistas espectaculares

Deyá se encuentra situado en un entorno natural espectacular, con imponentes acantilados que caen abruptamente al mar Mediterráneo creando vistas increcíbles y una rica vegetación que cubre las laderas de las montañas circundantes. Los olivares, bosques y terrazas de cultivo conforman un tapiz verde que contrasta de manera impresionante con el azul intenso del cielo y el mar.
De acuerdo con el portal de Turismo del Gobierno Español «Turespaña», el pueblito en Mallorca usualmente fue un imán para artistas y escritores durante décadas, quienes han encontrado en sus paisajes una fuente inagotable de inspiración. Desde el famoso novelista Robert Graves hasta el pintor Norman Yanikun, numerosos talentos han dejado su huella en Deyá, convirtiendo al pueblito en un verdadero santuario del arte.
A pesar de su modesto tamaño, Deyá alberga una riqueza arquitectónica y cultural sorprendente. La Iglesia de San Juan Bautista, con su imponente campanario que un día sirvió como torre de defensa, domina el horizonte del pueblito. Detrás de ella, se encuentra el pintoresco cementerio municipal, donde descansan algunos personajes ilustres que eligieron Deyá como su hogar.
Algunos puntos de interés en Deyá
- El Museo Arqueológico, ubicado en un antiguo molino del siglo XVIII, exhibe una fascinante colección de piezas que datan de la época prehistórica hasta la era islámica.
- El Museo Parroquial, anexo a la iglesia, alberga una impresionante colección de arte sacro.
- La Casa Museo Robert Graves permite a los visitantes sumergirse en la vida y obra del aclamado escritor.
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Playas de ensueño y experiencias en Deyá
Más allá de su belleza paisajística y su riqueza cultural, Deyá también ofrece playas de ensueño y una exquisita experiencia gastronómica. La Cala Deià, una pequeña cala de guijarros rodeada por acantilados imponentes, es el lugar perfecto para disfrutar de un baño en aguas cristalinas o simplemente relajarse en la orilla mientras se contempla el atardecer.
Muy concurrida en verano, según datos del Ministerio de Transición Ecológica, la playa cuenta con la señalización adecuada. Se trata, además, de una zona protegida, considerada Área Natural de Especial Interés.
Las familias amantes de la buena mesa no se sentirán decepcionados, ya que el pueblito cuenta con una variedad de restaurantes que ofrecen lo mejor de la cocina mallorquina, utilizando ingredientes frescos y locales. Desde los exquisitos arroces de pescado hasta las deliciosas ensaimadas, los paladares más exigentes encontrarán su satisfacción en Deyá.
Caminos y rutas en los alrededores del pueblito para caminar con familiares:
- La carretera de Deyá a Valldemossa ofrece impresionantes vistas panorámicas entre olivares y el mar.
- En Son Marroig, una antigua finca del archiduque Luis Salvador, se puede disfrutar de uno de los miradores más espectaculares de las Islas Baleares.
- El camino hacia el Puerto de Sóller atraviesa campos de naranjos y mansiones señoriales, culminando en un encantador pueblo costero.