
El Museo de la Tortura, ubicado en Santillana del Mar, Cantabria, es un fascinante y escalofriante museo privado que alberga una colección de más de medio centenar de instrumentos de tortura y pena capital. Estos artefactos, que datan desde la Edad Media hasta la época Industrial, ofrecen una visión perturbadora de las prácticas judiciales y punitivas en Europa entre los siglos XV y XIX.
Este singular museo invita a los visitantes a explorar una parte oscura de la historia europea, presentando piezas originales en un entorno que refleja la atmósfera histórica de la época. Es un destino único para aquellos interesados en la historia y en descubrir los métodos de tortura utilizados en el pasado, aunque no es apto para personas sensibles debido a la naturaleza de los objetos expuestos.
Así es el Museo de la Tortura Santilla de Mar en Cantabria

El Museo de la Tortura, ubicado en Santillana del Mar, exhibe una colección donada por un privado, con objetos que abarcan desde la Edad Media hasta la época industrial. El museo, distribuido en varias plantas, se divide en secciones temáticas: castigo ejemplarizante y humillación pública, castigo físico y tortura de reos, instrumentos de ejecución, y aparatos diseñados específicamente para torturar a mujeres.
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Cada objeto expuesto en el museo viene acompañado de ilustraciones históricas y una leyenda que explica su uso, el tipo de delito al que se aplicaba, y su contexto histórico y geográfico. La colección incluye más de un centenar de instrumentos de tortura, entre piezas originales y reconstrucciones, ofreciendo una visión detallada y perturbadora de las prácticas punitivas a lo largo de los siglos.
- Ubicación: C. de Bertrand Clisson, 1, 39330 Santillana del Mar, Cantabria, España
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Qué elementos podrás encontrar en el Museo de la Tortura
Todo en el Museo de la Tortura remite al dolor, la muerte y el sinsentido de la tortura. El merchandising, que incluye mugs y carteles irónicos con leyendas al estilo de «Silencio o guillotina», muestra imágenes por ejemplo, de dos personas ardiendo en la hoguera, atadas sus manos a un poste o de la típica representación de la muerte encapuchada.
El museo alberga documentos gráficos como la imagen de la última ejecución pública en guillotina, en 1939, en Francia que terminó con la vida de un asesino serial: el alemán Eugin Weidmann y elementos de tortura desde la Edad Media hasta la época Industrial. También, una representación del «rompecráneos», un elemento que se colocaba en la cabeza del reo a modo de vincha que también se encuentra en exposición.
Guillotinas, prensas de manos de la época de la Inquisición, aplastapulgares, cinturones de castidad, jaulas colgantes con la estructura del cuerpo humano -es decir que no permitía el movimiento de quien allí fuera puesto- donde ubicaban a personas para que sintieran sufrimiento extremo y todo tipo de artilugios pensados para provocar sufrimiento pueden encontrarse desplegados en el lugar.