El divino pueblito escondido de Canarias con vistas alucinantes, senderos para recorrer y exquisitos vinos
Sabinosa ofrece la oportunidad de disfrutar de sus exquisitos vinos, (Ilustrativa de Pixabay)

En el extremo occidental de la isla de El Hierro, en las Islas Canarias, se encuentra un pueblito escondido de Canarias que resguarda una belleza natural incomparable y una rica tradición vinícola. Se trata de Sabinosa, un pequeño pueblo dividido en dos barrios, Rosa Cabrera y El Lugar.

Este se asienta sobre una ladera volcánica a 300 metros sobre el nivel del mar, ofreciendo vistas espectaculares del Valle del Golfo. A pesar de su aislamiento, este encantador rincón supo preservar su esencia y sus costumbres herreñas, convirtiéndose en un destino único para los amantes de la naturaleza, el senderismo y el buen vino.

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Vista panorámica del pueblo de Sabinosa. (Mataparda en Wikimedia Commons)

Así de encantador es Sabinosa, un pueblito escondido de Canarias

Situado a 9 kilómetros del casco municipal de Frontera, Sabinosa es la única población del sector occidental de El Golfo y, por tanto, el pueblito de Canarias más occidental de todo el archipiélago. Su entorno volcánico y su ubicación privilegiada lo convierten entonces en un lugar mágico donde el tiempo parece no avanzar.

La historia de Sabinosa se remonta a tiempos antiguos. Los primeros pobladores de la isla, los bimbaches, habitaron la zona y dejaron su huella en forma de yacimientos arqueológicos. Con la llegada de los castellanos en el siglo XV, Sabinosa se convirtió en un importante centro de producción de vino y ganado.

Este pueblito escondido de Canarias se caracteriza principalmente por sus estrechas callejuelas y su arquitectura popular. Sus casas de piedra volcánica y techos de teja reflejan la esencia de la tradición canaria. Sin embargo, lo que realmente cautiva aquí son las impresionantes vistas del Valle del Golfo, un espectáculo natural que deja sin aliento.

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Las hermosas vistas de Sabinosa, en Canarias (Wikimedia Commons-Carlos Cadenas)

A pesar de su pequeño tamaño, Sabinosa rebosa de mucha vida y tradición. Durante las fiestas del pueblo, a finales de octubre, se celebra la Tafeña, una fiesta que coincide con la apertura de las bodegas y la degustación del vino nuevo. Esta celebración es el testimonio vivo de la gran tradición vinícola que caracteriza a este pueblito escondido de Canarias.

Rutas de senderismo en un entorno natural excepcional

Además de su encanto pueblerino y su rica tradición vinícola, Sabinosa es el punto de partida ideal para explorar la naturaleza virgen de El Hierro. Siendo la población más cercana a La Dehesa, una zona de pastos comunales deshabitada dedicada al pastoreo, los amantes del senderismo tienen la oportunidad de adentrarse en el famoso bosque de El Sabinar, donde las sabinas retorcidas por el viento crean un paisaje surrealista.

Asimismo, cerca del pueblito escondido de Canarias se encuentra la Reserva Natural de Mencáfete, un auténtico paraíso para los amantes de la naturaleza. Sus senderos se adentran en el monteverde herreño y la laurisilva, albergando especies endémicas en peligro de extinción. Recorrer estas rutas es sumergirse en la esencia de la isla de El Hierro, un verdadero privilegio para los amantes de la naturaleza.

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Ruta de Sabinosa en un día nublado. (Dan en Flickr)

Los exquisitos vinos de Sabinosa

Además de su riqueza natural, Sabinosa también ofrece la oportunidad de disfrutar de sus exquisitos vinos, uno de los secretos mejor guardados de este pueblito escondido de Canarias. Los lagares tradicionales y los viñedos que rodean el pueblo son el testimonio vivo de una tradición centenaria que se ha transmitido de generación en generación. Y es que la viticultura estuvo presente en Sabinosa desde tiempos remotos. Para dar una idea, los primeros pobladores de la isla, los bimbaches, ya se dedicaban a esto.

Y es que las condiciones climáticas y edafológicas de este rincón son ideales para el cultivo de la vid. Las laderas volcánicas sobre las que se asienta el pueblo, orientadas hacia el sur y protegidas de los vientos alisios, proporcionan un microclima perfecto para la maduración de la uva. Así, Sabinosa se caracteriza por la producción de vinos elaborados con variedades de uva autóctonas, como la verijadiego negro y la baboso negro. Estas uvas, perfectamente adaptadas a las condiciones de la isla, dan lugar a vinos únicos.

Es por estos motivos que los viñedos de Sabinosa son un espectáculo en sí mismos. Las parras se cultivan en bancales, sorteando las laderas volcánicas y creando un paisaje de gran belleza. El trabajo manual y artesanal es fundamental en todo el proceso de elaboración del vino, desde el cultivo de la vid hasta la vendimia y la elaboración del vino.