El pequeño y remoto Pueblo Mágico rodeado de alucinantes montañas al que se accede por un sinuoso camino
Miradores en las montañas que rodean a Batopilas (Gentileza: Secretaria de turismo de México)

Enclavado en las profundidades de la Sierra Madre Occidental, el pintoresco pueblo de Batopilas, conocido como «Río Encajonado» en lengua Tarahumara, emerge como un destino fascinante para los amantes de la naturaleza y la historia. Este remoto Pueblo Mágico, parte de las Barrancas del Cobre en Chihuahua, ofrece una experiencia única que se inicia con el intrépido viaje por el dramático «Camino de la Muerte».

Este rincón colonial mexicano está rodeado de alucinantes montañas, donde el pasado minero se mezcla con leyendas y una belleza natural incomparable.

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Plaza principal de Batopilas (Gentileza: Secretaria de turismo de México)

Batopilas, el remoto Pueblo Mágico de Chihuahua

El viaje hacia Batopilas desde Creel, principal centro turístico de la Sierra, se convierte en una aventura de 5 horas a lo largo de un único camino pavimentado que desciende la imponente barranca. Este trayecto, aunque desafiante, revela paisajes de extraordinaria belleza y miradores que desafían las alturas. La travesía, aclamada como el «Camino de la Muerte«, presenta giros cerrados y descensos vertiginosos, ofreciendo una experiencia inolvidable para los valientes viajeros.

Fundado en 1708 tras el descubrimiento de una rica mina de plata por el explorador español José de la Cruz, Batopilas vivió su apogeo con hasta 50 mil habitantes y una opulencia que atrajo a magnates como Alexander Robey Shepherd. Sin embargo, la actividad minera decreció en el siglo XX, transformando el pueblo en una pequeña población de aproximadamente 1000 habitantes. Entre sus distritos mineros, destaca el de Andrés Manuel del Río, homenaje al descubridor del vanadio.

Hoy en día, Batopilas se abre al turismo, destacando en el ámbito ecológico y de aventura. Con 15 hoteles de diversas categorías, el pueblo atrae a viajeros estadounidenses y europeos que aprecian su riqueza colonial. Fue designado como Pueblo Mágico en 2012.

Dentro de este Pueblo Mágico, las Barrancas del Cobre despliegan su majestuosidad. La Casa Barffuson, la Iglesia de la Virgen del Carmen, y la Misión de Santo Ángel Custodio de Satevó son solo algunas de las joyas arquitectónicas que aguardan a los visitantes. Las festividades, como la Semana Santa y las celebraciones de la Virgen del Carmen, revelan la magia de Batopilas.

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Batopilas se encuentra enclavado entre montañas (Susan Hunt en Flickr)

Batopilas, un tesoro rodeado de montañas

Batopilas, con sus calles adoquinadas y casas pintadas de múltiples colores, es un museo al aire libre. Sus edificios coloniales, como la Hacienda San Miguel y el Palacio Municipal, narran historias de un pasado esplendoroso. La antigua Misión de Satevo, a 8 kilómetros de distancia, ofrece una ventana a la historia colonial de la región.

Se pueden recorrer las antiguas minas, como La Bufa, también la Ex Hacienda Shepherd, propiedad de Robert Shepherd, un testimonio de esa época que conserva el mobiliario y ambiente de antaño.

Desde el Mirador de la Bufa, se disfruta de vistas panorámicas incomparables. Los alrededores ofrecen oportunidades para paseos en cuatrimoto, a caballo, ciclismo de montaña y senderismo. Por último, el mirador de Piedra Redonda y la Barranca de los Plátanos son destinos ideales para explorar la biodiversidad y refrescarse en verano.