
En una esquina pintoresca en el corazón del barrio de Palermo, en la Ciudad de Buenos Aires, se encuentra un icónico café llamado Montecarlo. Fundado en 1922, este establecimiento ha logrado conservar su encanto original a lo largo de un siglo de existencia.
Su antigua arquitectura y decoración atemporal lo convierten en un verdadero ícono de la ciudad donde el tiempo parece detenerse. Las paredes, revestidas de madera noble, albergan recuerdos y anécdotas que han perdurado a lo largo de generaciones.
Bar Montecarlo, tradición arraigada en el corazón de Buenos Aires
El ambiente de Montecarlo es acogedor y tradicional, con un toque artístico gracias a las obras expuestas por su propietario, Gerardo Lorenzo. Sea el ritmo del tango o el entusiasmo de un acordeón, la música en vivo brinda un toque único al lugar. Los viernes por la noche, el café se convierte en un escenario para artistas locales, como bailarines o cantantes de tango.

Su salón amplio, amueblamiento de calidad y decoración clásica lo convierten en un destino obligado para aquellos que buscan sumergirse en la esencia porteña.
Montecarlo, el pintoresco bar notable de Palermo y favorito del Che Guevara
El Café Montecarlo no es un lugar cualquiera, cuenta con una leyenda que lo envuelve. Se rumorea que, en sus inicios, solía ser el sitio predilecto del mismísimo Che Guevara. Esto se debía a la cercanía de la vivienda familiar de los Lynch, donde residía el célebre argentino.
Además, se dice que los petiteros de antaño ataban sus caballos en la entrada del café después de apostar en el cercano hipódromo. Estos relatos han contribuido a forjar el misticismo que rodea a este legendario establecimiento.
Delicias porteñas: estos son los platos típicos del bar Montecarlo
En Palermo, un barrio actualmente dominado por la cultura gastronómica francesa y las cafeterías de moda, Montecarlo se yergue como un bastión de la tradición porteña. Aquí, el café con leche se sirve en tazones bombé de gran tamaño, acompañado de medialunas y exquisitos tostado de miga que, acorde a las recomendaciones, no tiene competencia en la ciudad.

Paula Comparatore es la actual chef de Montecarlo quien, tras la reapertura pospandemia, se encargó de generar un nuevo menú con los clásicos indiscutido de la cocina argentina de bodegón. Empanadas, revueltos gramajo y budines de pan desfilan en las bandejas de los mozos a toda hora.
Con su enorme historia a cuestas, Montecarlo no solo es un lugar para rememorar el pasado, también es un rincón de Buenos Aires para celebrar el presente. Aquí, los visitantes se reúnen para compartir momentos memorables, reuniones familiares, citas románticas o simplemente una charla entre amigos. El ambiente acogedor y la calidez del servicio crean un espacio perfecto para disfrutar de la buena compañía y la exquisita gastronomía local.