
Enclavado a tan solo 90 minutos de la bulliciosa CDMX, aparece un rincón conocido como Metepec, un verdadero tesoro del Estado de México, impregnado de historia, cultura y muchos espacios para sacar fotos. Es definitivamente un Pueblo Mágico para andar en bicicleta.
En este sentido, Metepec se perfila como uno de esos destinos mexicanos perfectos para los viajeros ávidos de explorar calles empedradas, deleitarse con exquisitas artesanías y saborear la auténtica gastronomía mexicana.
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Metepec, un Pueblo Mágico para andar en bicicleta y respirar su historia
Metepec, cuyo nombre en náhuatl significa «en el cerro del maguey», es un verdadero crisol de culturas. Sus calles, impregnadas de historia, atestiguan la presencia de los misioneros franciscanos que dejaron su huella en el siglo XVI. El Convento de San Juan Bautista, erigido en esa época, y el majestuoso Templo Parroquial del siglo XVIII, son testigos silenciosos del devenir del tiempo y la fe que ha perdurado a lo largo de los siglos.
El reconocimiento como Pueblo Mágico en 2012 catapultó a Metepec a la fama nacional e internacional, atrayendo a viajeros sedientos de autenticidad y encanto. Ricardo Moreno, un destacado metepequense, personifica el espíritu de este lugar. Aquí, la artesanía en barro y cerámica se entrelaza con una arquitectura vernácula que cautiva a cada paso.
Sumergirse en las calles de Metepec es embarcarse en un viaje al pasado, donde el tiempo parece detenerse entre coloridas fachadas y techos de teja. El Parque Juárez, corazón de la ciudad, invita a los visitantes a disfrutar de la tranquilidad de la naturaleza y las ceremonias cívicas. A su alrededor, el Palacio Municipal da vida al bullicio de la plaza, donde la Fuente de la Sirena rinde homenaje a la mitología prehispánica.
Pero es sobre dos ruedas donde Metepec revela su verdadero esplendor. Sus calles empedradas y sus suaves pendientes son el escenario perfecto para recorrer en bicicleta, permitiendo a los viajeros explorar cada rincón a su propio ritmo. Desde el Cerro de los Magueyes, donde la vista se extiende hasta el horizonte, hasta el histórico Ex Convento de San Juan Bautista, cada pedalada es un descubrimiento en sí misma.

El arte y la gastronomía del Pueblo Mágico de Metepec
El arte y la gastronomía se entrelazan en este Pueblo Mágico para andar en bicicleta. En el Mercado Artesanal, los Árboles de la Vida y las esbeltas catrinas cautivan con su exquisitez y detalle, mientras que el Museo del Barro exhibe las piezas más emblemáticas de la alfarería local. Cada calle, cada tienda, respira el arte y la creatividad de sus habitantes, convirtiendo a Metepec en un verdadero paraíso para los amantes del arte popular.
Pero la verdadera joya de la corona es su gastronomía. Desde la barbacoa al horno de carne de borrego hasta los tamales de charal, cada bocado es un homenaje a la tradición culinaria mexicana. La ensalada de plaza, mezcla de sabores y texturas, es el acompañamiento perfecto para el mole rojo y los frijoles de olla, mientras que las garañonas y los dulces de calabaza endulzan el paladar de los más golosos. Por ejemplo, en el Bar 2 de Abril, los viajeros pueden degustar la auténtica garañona, acompañada de un refrescante pulque.
Por último y no menos importante, en Metepec, los visitantes pueden disfrutar de una variedad de antojitos mexicanos tradicionales como el chorizo verde, mixiote de conejo, pambazos, sopa de hongos, quesadillas y gorditas de maíz azul, entre otros.
Cómo llegar a Metepec desde CDMX
La manera más eficiente de llegar a Metepec desde la Ciudad de México es en automóvil, siendo un trayecto sencillo y directo. Para ello, simplemente dirígete hacia Santa Fe, donde encontrarás la salida hacia la carretera México-Toluca. Una vez en la carretera, continuarás tu ruta pasando por la Marquesa y Lerma; luego de este último, comenzarás a ver indicaciones hacia Metepec. El tiempo estimado de llegada es de aproximadamente 1 hora y 15 minutos.